por Salomé Eguizabal y Charlie Ericksen
Así como Elián González le puso rostro al “refugiado cubano” hace unos ocho años, Elvira Arellano lo ha hecho hoy con el término ofensivo “illegal alien” (extraño ilegal).
Sus historias tienen muchos paralelos. Cada una se centró en una madre joven y sola y en su hijo. Cada madre tomó increíbles riesgos por conseguir una mejor vida para su hijo. Ambas madres soñaron el “sueño americano”, y ambas vivieron una pesadilla.
Sus dramas presentan diferencias, diferencias tan grandes como los Estrechos de la Florida que se tragaron a la madre de Elián y que casi acabaron con la vida de él, también. Elizabeth Rodríguez murió a los 28 años junto con 11 personas más a bordo de su pequeña nave camino a la Florida. A Elvira la arrancaron del tenaz abrazo de su hijo para ser rápidamente deportada.
A Elián, de cinco años, lo encontraron balanceándose en la cámara de una llanta unos pescadores de la Florida el día de Acción de Gracias de 1999. Instantáneamente el niño se ganó el corazón colectivo de esta nación con su historia y su sonrisa. Su llegada también encendió una batalla política que se extendió siete meses.
Nativa de México, Elvira ahora tiene 32 años y su lucha se refleja trazada en su rostro.Parecieran haber pasado ya sus años de felicidad.
Salió hace 10 años con sueños pero sin documentos. Un largo romance incluyó el nacimiento de su sola felicidad, Saúl, de 8 años ahora, pero terminó con el tiempo en la separación del padre de su hijo.
En diciembre del 2002, mientras trabajaba en mantenimiento en el aeropuerto internacional O’Hare en Chicago, a Arellano la capturaron en una redada del departamento federal de inmigración, Immigration and Customs Enforcement (ICE).Al fracasar toda apelación que presentara, desafió la orden de deportación el año pasado y buscó santuario con Saúl dentro de la iglesia metodista unida Adalberto en aquella ciudad.
El par se convirtió en vocero nacional contra las políticas de inmigración de los EE.UU., las cuales separan a las madres de sus hijos. Durante el pasado año, su situación se volvió símbolo de la lucha que enfrentan muchas familias estadounidenses que tienen varios estados migratorios entre sí, las que tienen miembros tanto indocumentados como residentes legales. El Centro Hispano Pew calcula que hay 3,1 millones de niños que nacen aquí de madre o padre indocumentado.
“El Congreso debe tomar acción en septiembre para parar la separación de las familias, la tortura de cuatro millones de niños ciudadanos de los Estados Unidos, las redadas y las deportaciones”, dijo Arellano el día que anunció que dejaría la protección de la iglesia después de pasar un año en el santuario para viajar a Washington D.C. para cabildear ante el Congreso.
Antes de salir, le dijo a Hispanic Link News Service que si el ICE la quiere detener, que lo hiciera en Washington “frente a los hombres y las mujeres que toman las decisiones importantes y quienes no hacen caso de millones de familias que gritan que necesitamos que cambien las leyes de inmigración”.
También planificó una breve presentación en Los Angeles, y fue allí que fue detenida el 19 de agosto en las afueras de la iglesia Nuestra Reina de los Ángeles, después de reunirse con periodistas.Dentro de pocas horas la había deportado a México.
La red de solidaridad con los inmigrantes, National Immigrants Solidarity Network, dice que su deportación es “una movida vergonzosa… una clara señal del gobierno destinada a infundir terror en las personas que se atreven a alzar su voz y pelear contra la injusticia”.
Elvira, ubicada ahora en la ciudad fronteriza de Tijuana, dice que intenta continuar a luchar desde México. Le prometió a su hijo, quien lloraba, que volverían a estar juntos pronto.
Hasta que se reúnan, Emma Lozano, presidenta de Centro Sin Fronteras, un grupo de defensa al inmigrante en Chicago, se encarga de Saúl. El niño ha viajado por todo el país, rogando por el futuro de su madre, y es probable que siga haciendo lo mismo.
“Ha conocido a otros niños que viven situaciones difíciles por la deportación de sus padres, y quiere formar parte de la lucha”, Arellano le dijo a Hispanic Link unos días antes que la deportaran.
En Cuba, Elián González aparenta ser un estudiante de secundaria bien centrado ahora. En el 2000 el gobierno de los Estados Unidos le permitió reunirse con su padre en Cuba a pesar del enorme clamor público por dejar que el niño se quedara con sus parientes en los Estados Unidos.
Entre las historias de las dos familias hay otra diferencia. Aquí a Elián, cubano, lo adoran millones de personas. Una foto de los medios que lo muestra gritando en lo que lo arrastraron de la casa de su familia en Miami los agentes federales de inmigración selló aquella imagen.
El ICE se cuidó de no cometer otro tropiezo de relaciones públicas con Saúl. Esperaron a que a él y a su madre los estuvieran llevando en auto de la iglesia en Los Ángeles antes de rodear el vehículo y prender a Elvira.
(Salomé Eguizabal y Charlie Ericksen reportan para Hispanic Link News Service, basado en Washington, D.C. Comuníquese con ellos a: editor@hispaniclink.org).© 2007.