martes, noviembre 19, 2024
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Elecciones mexicanas: regresa el PRI

­por Emma Volonté­­­
Corresponsal­ de El Reportero en México

­Illustration of The North Atlantic Treaty Organization: (PHOTO BY MOYSÉS SANTIAGO ZÚÑIGA)Indígenas de Chiápas votan en las elecciones mexicanas. (PHOTO BY MOYSÉS SANTIAGO ZÚÑIGA)­

Enrique Peñ­a Nieto es el nuevo presidente de México. En las elecciones del 1° de julio el candidato del PRI (Partido Revolucionario Institucional) ganó con alrededor del 38 por ciento de los votos, contra el 31 por ciento alcanzado por el progresista Andrés Manuel López Obrador del PRD (Partido de la Revolución Democrática). Peña Nieto dejó sólo el 26 por ciento a Josefina Vázquez Mota, del oficialista PAN (Partido de Acción Nacional), y el 2.5 por ciento a Gabriel Quadri de la Torre de la agrupación Nueva Alianza.

En México existe una sola vuelta en las elecciones presidenciales: gana quien consigue más votos. El presidente dura seis años en el cargo y no se puede presentar otra vez a las elecciones. El día electoral ha transcurrido sin dificultades, aunque hubo varias denuncias de irregularidades en un contexto donde, según una encuesta publicada unos días antes de las elecciones, el 71 por ciento de los electores consideraba que podía haber fraude electoral.

El Partido Revolucionario Institucional es una agrupación conservadora, nacida de las cenizas de la revolución mexicana, que gobernó desde 1929 hasta 2000. Más de setenta años de clientelismo, corrupción e impunidad, que no se acabaron cuando el PRI fue obligado a ceder el poder al PAN, partido aun más conservador. En las elecciones presidenciales de 2006, el líder de centro izquierda Andrés Manuel López Obrador, que había obtenido sólo 250 mil votos menos que Felipe Calderón, acusó a la derecha de fraude electoral y junto a sus partidarios ocupó durante tres meses el centro de la Ciudad de México.

Según muchos analistas, la decisión de Felipe Calderón – poco tiempo después de su elección – de iniciar la así llamada “guerra al narco”, fue justo una demonstración de fuerza hacia el adversario progresista.

Los electores mexicanos han querido cerrar los doce años de gobierno del PAN, exasperados por la guerra al narco (que en seis años ha causado la muerte de casi 60 mil personas), la crisis económica (la economía mexicana es la 14° del mundo, pero el PIB ha pasado de un 6,9 por ciento en el período 1950-1982 al 1,97 por ciento actual) y por las desigualdades presentes en el país (el hombre más rico del planeta es el mexicano Carlos Slim, y al mismo tiempo México es el país con más migrantes al mundo). Los mexicanos han sacado al PAN eligiendo la alternativa más promocionada por los medios de comunicación: según una investigación del prestigioso periódico inglés The Guardian, a partir de 2005 el PRI pagó a la emisora Televisa para promover su candidato y desprestigiar al adversario López Obrador.

El movimiento estudiantil Yo Soy132 nació en mayo para denunciar la manipulación mediática por parte del duopolio televisivo

Televisa-TV Azteca.

Ha sido creado como movimiento “anti-Peña Nieto”, y al fin se ha declarado apartidista. Con su aparición en escena en el último mes de campaña electoral, el movimiento estudiantil ha puesto un obstáculo al triunfo del candidato del PRI – que según los primeros sondeos se imponía ante López Obrador por veinte puntos – y ha reabierto la campaña electoral.

Enrique Peña Nieto fue el controvertido gobernador del Estado de México, entidad que se encuentra en el centro de la República Mexicana. El fracaso más evidente de su período como gobernador se registró en 2006 en el poblado de San Salvador Atenco, cuando un operativo de la policía contra la población que se resistía a la construcción de un aeropuerto causó – según cifras oficiales – 2 muertos, 201 detenidos y 23 denuncias de violaciones sexuales a las fuerzas del orden.

Otro elemento que crea pesimismo entre los defensores de derechos humanos sobre el futuro mandato de Peña Nieto es la inclusión del general colombiano Óscar Naranjo Trujillo entre las filas de sus asesores extranjeros en materia de seguridad. Naranjo, que fue Director de la Policía Nacional de Colombia durante el gobierno Uribe, es acusado de ser uno de los responsables de la Operación Fenix – o sea del bombardeo ocurrido en 2008, por parte del ejército colombiano, de un campamento de las FARC en territorio ecuatoriano, durante el que murieron cuatro ciudadanos mexicanos – y de tener fuertes relaciones con el narcotráfico (por ejemplo, en 2006 su hermano fue detenido por tráfico de cocaína en Alemania).

“Frente al crimen organizado no habrá ni pacto ni tregua. La lucha contra el crimen va a seguir, con una nueva estrategia, para reducir la violencia y proteger, ante todo, la vida de los mexicanos”, ha declarado Peña Nieto, sin precisar qué tipo de estrategia impulsará en contra de los carteles del narco, o si retirará el ejército que ocupa buena parte de las calles del país.

En política económica, sin duda alguna Peña Nieto promoverá un capitalismo neoliberal dependiente y volcado a la exportación, que creará endeudamiento. Se prevé un plan de privatización de lo público, especialmente de Pemex, la empresa estatal que tiene el monopolio de los hidrocarburos.

En cuanto a la política extranjera, México seguirá mirando desde lejos el proceso de integración latinoamericano impulsado ­por los gobiernos progresistas de la región, que está reforzando su soberanía, y quedará con los países de la Alianza del Pacífico, los más fieles aliados de los Estados Unidos en Latinoamérica : Colombia, Chile y Perú.

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