por Jon Rapoport
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El desgastado documento pasó de mano en mano en el underground. ¿El título? “Vida en el Domo del Placer”.
La fecha de su publicación es incierta, perteneciendo a los tórridos años de la revolución y la represión del Estado. La mayoría de las estimaciones lo sitúan en 2067.
El hombre que lo firmó fue olvidado hace tiempo, pero se rumora que trabajó para el Departamento de Control de Estados Unidos (aka “Sphincter”), un vástago de la Fuerza de Seguridad de la Patria. Él fue, quizá, un científico con acceso especial al Presidente, el Congreso y el Pentágono.
¿Por qué es tan importante este documento? Porque refleja los desarrollos recientes –en particular, la drogadicción masiva de la población, bajo la apariencia del cuidado de la salud mental.
De la página 56 del documento: “El objetivo del Nuevo Orden Americano debe ser la reducción del dolor y el sufrimiento, en favor del placer. La población debe contemplar la luz al final del túnel. Las nuevas drogas en la línea de investigación deben trasmitir placer a un nivel que no pueda ser negado o ignorado por el usuario”.
Muchas personas creen en el actual programa de drogas. Sienten el placer. Están satisfechos con sus vidas, independientemente de las condiciones externas.
Pero en la página 294, vemos el apuntalamiento de todo el programa:
“El placer por sí solo no es suficiente. Debe ser acompañado por la creencia de que el coeficiente de satisfacción creado por estas drogas es aceptable, un techo de lo que es posible en una vida vivida.
“Por eso, necesitamos una disminución general de las expectativas, porque las drogas no pueden estimular el tipo de placer proveniente de enarbolar ideales como la libertad, la independencia, el poder y la imaginación.
“Estos ideales deben ser erradicados. Así las drogas serán suficiente. Y el placer que traen consigo parecerá suficiente”.
En otras palabras, una persona que aún es consciente de su propia libertad, su poder y su independencia innatos experimentará un placer profundo. Las drogas no pueden generar ni trasmitir una sensación a este nivel.
Por tanto, afirman nuestros líderes, la conciencia de libertad, poder e independencia debe ser extirpada de la población.
En el underground, sabemos que ese programa está en marcha. Ha estado operando durante años.
Como evidencia, señalo la forma estándar de revisión federal, X-12f-B, una serie de preguntas planteadas a cualquier estudiante de Estados Unidos a punto de graduarse en la preparatoria, y para cualquier persona en el país durante una entrevista laboral de cualquier tipo, así como a cualquiera que aplique para prestaciones del gobierno.
Dentro de esta forma estándar está lo siguiente:
“¿Cuándo fue la última vez que te sentiste libre? ¿En qué año?”
“¿Te sentiste libre cuando eras niño?”
“¿Te ha dicho alguien que debes ser libre?”
Un entrevistador hace estas tres preguntas claves a cualquier norteamericano. Si las respuestas sugieren que el entrevistado lo es, o lo ha sido, será, tarde o temprano, reencauzado hacia el llamado Camino del Sistema, que es una fuerza de trabajo descalificada y desprotegida enviada a áreas de residuos tóxicos para hacer limpieza, en un contrato federal de siete días.
Luego tenemos la red de evaluación psiquiátrica federal, que funciona como una sucursal del Mandato de Vigilancia Anti-Crimen de la NSA del Hogar y Lugar de Trabajo (NHWSACM).
Por medios electrónicos, a través de escáneres cerebrales a control remoto, un perfil de creencias de todos los norteamericanos es ensamblado. Entre otras apreciaciones, este perfil determina el grado de profundidad de las convicciones de las personas.
El contenido de estas creencias no tiene importancia. Lo que interesa es el nivel de compromiso respecto a estas creencias.
El underground ha aprendido que estos perfiles son utilizados para identificar a los norteamericanos que aún profesan una fe profunda en cualquier cosa. Aquellos que la tienen son colocados en algunos tipos diferentes de fuerza de trabajo manual.
La idea es separar y amurallar a los “creyentes” de cualquier tipo de la población general.
Con el tiempo, la gente de Norteamérica, presumiblemente, aceptará las drogas del placer como la forma de vida más elevada.
Las drogas se convertirán en los ideales.
Lo que las drogas imparten será el único “mayor placer” reconocido.
No habrá nada más.
Ése es el motivo por el que nosotros en el underground hemos desarrollado un antídoto. Está basado en una vieja fórmula que ha sido borrada de los registros públicos y privados.
Solía ser denominada “orgánica”.
Hoy ese término está fuera de la ley.
Ahora utilizamos “Orgánico” para indicar un concentrado vegetal secreto, que revierte algunos de los efectos de las drogas del placer.
Cultivamos los vegetales en cientos de lugares escondidos del planeta, y estamos dispensando el concentrado ampliamente. De ser descubiertos y capturados, desapareceremos.
El objetivo de nuestro plan es simple. Si suficientes personas, consumiendo Orgánico, experimentan un placer menor con las drogas, despertarán y se darán cuenta de que sus vidas pueden abarcar más.
Echemos una mirada a los agentes de la FDA. Son una legión. Incluso si no utilizan sus uniformes y armaduras SWAT, ellos portan armas. Los agentes más jóvenes fueron educados, desde su infancia, en establecimientos especiales, y nunca han comido vegetales… Ellos fueron entrenados para ser considerados viles venenos.
Estos centros de crianza han sido fundados y dirigidos por la Asociación de los Manufactureros de Abarrotes. Aparentemente, la GMA solía ser una familia de crimen de lavado de dinero, que secretamente recaudaba dinero para promover alimentos genéticamente modificados, cuando aún en la Tierra no se sustentaban los cultivos genéticamente modificados.
Ahora, son oficialmente un departamento de la Fuerza de Choque FDA-USDA. Ellos despliegan drones, y también hacen búsquedas de puerta en puerta.
Sólo el mes pasado, en Madison, Wisconsin, un grupo de estudiantes disidentes, al observar cinco agentes moviéndose de puerta en puerta en un distrito de alojamiento fuera del campus, mostraron racimos de brócoli y espinaca antes de que los agentes pudieran sacar sus armas y les inducieron pánico.
Tres agentes sufrieron golpes, y cuatro corrieron hacia un tanque de retención de fluoruro de la ciudad, entraron y se ahogaron.
Un estudiante gritó: ¡ASÍ ES COMO TRATAMOS A LOS VAMPIROS!
(Jon Papaport es autor de dos colecciones explosivas: The Matrix Revealed y Exit From the Matrix).