domingo, noviembre 17, 2024
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El gobieno nos está haciendo esclavos del estado

por Marvin J. Ramirez

Marvin  J. RamírezMarvin J. Ramírez

No es secreto que la mayoría de los norteamericanos todavía piensan que son las criatura­s más avanzadas de esta era, los más exitosos económicamente y tal vez, los más cómodos con su sistema capitalista de gobierno. Y tanto se les ha lavado el cerebro respecto de lo terrible que es el socialismo, que nunca habrían pensado que esto en realidad está ocurriendo aquí mismo.

Y recientemente cuando en el país acababa de asumir un nuevo presidente demócrata, Newsweek lo dijo: “Ahora somos todos socialistas».

Si no lo escuchamos de nuestros medios “gubernamentales” (CNN, Fox News, etc.) probablemente no es cierto y es apenas una teoría de conspiración. Porque todo lo que sabemos tiene que venir de nuestros conglomerados de las cadenas de TV y medios.

Pero veamos lo que Pravda, el periódico oficial de Rusia, está diciendo.

Como el quiebre de una gran represa, el paso de Estados Unidos hacia el marxismo está ocurriendo a paso rápido, contra el retroceso de un pasivo, y público sumiso, disculpa querido lector, me refiero al pueblo, dice el artículo de Pravda.

Cierto, la situación ha sido bien preparada durante el pasado siglo, especialmente los últimos veinte años, dice el artículo.

Las bases iniciales de prueba fueron conducidas en nuestra Sagrada Rusia y fue una prueba sangrienta. Pero nosotros los rusos no podemos solamente darnos vuelta y renunciar a nuestras libertades y almas, sin importar cuánto dinero Wall Street le dio a los puños de los marxistas”, siguió el artículo.

Aquellas lecciones fueron tomadas y usadas para preparar de manera apropiada

al pueblo norteamericano para entregar sus libertades y almas, al antojo de sus elites y mejores.

Oigan, están hablando de los amos de nuestro sistema: los banqueros.

Primero, la población fue atontada a través de un sistema educativo politizado y de bajo estándar basado en la cultura pop, en vez de los clásicos. Los norteamericanos saben más sobre sus dramas favoritos de TV que el drama en Washington, D.C. que afecta directamente sus vidas.

Les importa más su “derecho” de tragar una hamburguesa de McDonalds o Burger King que sus derechos constitucionales. Luego se voltean y nos sermonean sobre nuestros derechos y nuestra “democracia”.

El orgullo enceguece al tonto.

Luego su fe en Dios fue destruida, hasta que sus iglesias, decenas de miles de distintas “ramas y denominaciones” fueron para la mayoría poco más que circos de domingo y sus televangelistas y principales sermoneadores protestantes estaban más felices con vender sus almas y que sus rebaños estuvieran en el lado “ganador” de tal político pseudo Marxista u otro.

Su rebaño puede quejarse, pero cuando se les explica que podrían estar en el lado “ganador”, sus rebaños eran rápidos en rechazar a Cristo con la esperanza de obtener poder terrenal. Incluso nuestras Sagradas Iglesias ortodoxas fueron escandalosamente liberadas en Estados Unidos.

Y si esta declaración no es suficiente, Pravda lo sintetiza en pocas palabras.

El colapso final vino con la elección de Barack Obama, sigue el artículo. Su rapidez en los pasados tres meses ha sido verdaderamente impresionante. Sus gastos e impresiones de dinero han fijado un récord, no sólo en la corta historia de Estados Unidos, sino en el mundo. Si esto sigue así por otro año, y no hay signo de que no seguirá, Estados Unidos se parecerá a la República de Wiemar y, en el peor de los casos, a Zimbabwe.

Las pasadas dos semanas han sido las más sorprendentes de todas. Primero vino un anuncio de un plan de rediseño del sistema Bizantino de impuestos de Estados Unidos, por los mismos ladrones que lo usaron para financiar sus robos, pérdidas ­y estafar por cientos de billones de dólares. Esto hace que nuestros oligarcas rusos se vean como poco más que matones callejeros ordinarios, en comparación. Sí, los norteamericanos han vencido a nuestros propios ladrones en los volúmenes que cortan. ¿Debemos felicitarlos?

Muchos de ustedes pueden pensar: “Oh! Con el socialismo no nos faltará nada, el estado brindará todo, pero de la manera que lo vemos cuando el estado se vuelve el dueño de todo lo que tenemos, incluso nuestro trabajo. Esperen a ver cómo sus hijos darán las espaldas a sus padres, porque nuestro nuevo papi, el estado, brindará lo que nuestro progenitor no puede.

Y esperen a ver cuando usted critique las acciones del gobierno y perderá no sólo su empleo y su ración alimenticia, sino que su libertad y el significado de ser un hombre libre y una sociedad libre. Y lo más triste es, ni siquiera sabrá quién está tras esto: la elite internacional bancaria, y todos trabajaremos como sus esclavos por comida. DESPIERTEN, TONTOS, NO DEJEMOS QUE ESTO LE PASE A NUESTRA NACIÓN.

Detengámoslo antes de que sea demasiado tarde.

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