por José de la Isla
José de la Isla
D’Vera Cohn y Jeffery Passel escribieron un nuevo estudio del Centro Hispano Pew que proyecta el crecimiento de la población en los EE.UU. en las próximas cuatro décadas. Al terminar la rueda de prensa en la que anunciaron lo que hallaron, no quisieron sacar conclusiones de su informe.
Aquí no sufrimos las mismas limitaciones.
No obstante, sí dejaron caer una sugerencia en cuanto que altos indicios de matrimonio entre latinos y otros grupos étnicos podrá dar con que los latinos ya no se identifiquen como tal.
Cohn y Passel proyectan que el total de la población de los EE.UU. aumentará en casi un 50 por ciento para el año 2050, de 300 millones hoy a 438 millones en las próximas dos y media generaciones.
Los inmigrantes recién llegados serán el 47 por ciento del crecimiento, mientras que sus hijos y nietos serán los responsables del 35 por ciento.
Los latinos, ahora el 14 por ciento del total nacional, y ya considerados el mayor grupo “minoritario”, aumentarán a un 29 por ciento.
Los blancos, no hispanos, también se volverán una minoría, con el 47 por ciento.
Se anticipa que los negros se mantendrán en el 13 por ciento.
Mientras que hoy, los inmigrantes representan una de cada ocho personas de la población nacional, la proporción disminuirá a uno de cada cinco.
Lo que Cohn y Passel hallaron tiene paralelo con las proyecciones que se han hecho desde 1990 sobre el rápido crecimiento demográfico de los hispanos. Sin embargo, podrían ser más importantes los cambios sociales y culturales que le llegan a la población en general.
generaciones que les siguen. El treinta y dos por ciento de los de segunda generación y el 57 por ciento de los de tercera y más generaciones se proyecta se casarán con personas de otra etnicidad o raza.Un estudio del 2003 que hicieron Roberto Suro y Passel reportó que la primera generación de latinos, como otros inmigrantes, tiende a casarse con personas de su mismo grupo étnico o racial. Sólo un ocho por ciento de los hispanos nacidos en el extranjero se casa con personas que no son de su grupo.
Pero no es así con las Es posible que el mayor cambio que veamos al trasformarnos al 2050 no sea de agrupamientos étnicos, raciales o de otro tipo. De lo contrario, los mayores cambios se podrán dar con la transformación en el pensamiento popular. Los estigmas raciales, evidentes desde la década de los 1920, están ya en sus últimas horas.
La mayor parte de las actitudes de prejuicio étnico y racial no perdurarán hasta llegar al 2050.
¿Cuál será la razón de esto? Las actitudes negativas contra los grupos étnicos serán aplicables cada vez más a la propia familia o círculo de amistades. Los racistas (declarados o secretos) son los dinosaurios de la era actual.
Es probable que surja una noción más amplia de la identidad nacional. Desde los años veinte, en los que los Estados Unidos se definió como un club particular con valores nacionales, se volverá ideología predominante una sociedad más abierta, hasta internacional.
Así hablamos ahora, pero así seremos en el siguiente periodo.
Para darnos algo de perspectiva sobre el camino a recorrer, es útil imaginar cómo será la vida en el año 2050. Imaginemos que hoy es 1960. Entonces pensemos en cada hito y cada fracaso desde 1960 a hoy. Multipliquemos eso por dos o tres para tomar en cuenta la aceleración a velocidad del viento que adquieren los eventos gracias al conocimiento y la experiencia. Bienvenidos al 2050.
[José de la Isla, autor de “The Rise of Hispanic Political Power” (Archer Books, 2003), redacta un comentario semanal para Hispanic Link News Service. Comuníquese con él a: joseisla3@yahoo.com]. © 2008
