NOTA DEL EDITOR
Queridos lectores: A medida que la elección presidencial pasa por un alto engranaje y muchos de nosotros podemos percibir los prejuicios obvios de los principales medios, pensé que este artículo, escrito por James Perloff, puede arrojar luz acerca de qué es realmente el poder y quién gobierna los Estados Unidos. ESTA ES LA TERCERA PARTE DE UNA SERIE
Qué es, cómo se formó y quiénes son el Consejo de Relaciones Exteriores
por James Perloff
Entra Obama
El candidado Barack Obama reveló que procedería con las iniciativas de Bush. En un discurso en Berlín el 24 de julio de 2008, aseveró:
“Esa es la razón porque el mayor de todos los peligros es permitir que nuevos muros nos dividan unos a otros. No podemos soportar los muros entre viejos aliados a ambos lados del Atlántico. No podemos soportar los muros entre los países con la mayoría y aquéllos con las minorías. Los muros entre razas y tribus; nativos e inmigrantes; entre cristianos y musulmanes y judíos no los podemos soportar. Esos son los muros que ahora debemos derribar… Sí, ha habido diferencias entre Estados Unidos y Europa. Sin duda, habrá diferencias en el futuro. Pero las fronteras de la ciudadanía global continúan manteniéndonos unidos… En este nuevo siglo, a los norteamericanos y también a los europeos se les pedirá que hagan más — no menos. La asociación y la cooperación entre naciones no es una elección; es el camino, el único camino, para proteger nuestra seguridad común y avance de nuestra común humanidad”.
A sólo dos meses de ser presidente Obama viajó a Europa para una serie de reuniones con líderes europeos. Asistió a la Cumbre del G20, que terminó en un acuerdo tentativo para lanzar un nuevo sistema financiero global, utilizando como justificación de este importante paso hacia un gobierno global el reciente colapso financiero generado por el gobierno y la Fed.
Henry Kissinger —portavoz de política exterior del establishment durante cuatro décadas— publicó un artículo en International Herald Tribune el 12 de enero de 2009, titulado “La posibilidad de un Nuevo Orden Mundial”. En él afirmó:
“Mientras la nueva administración estadunidense se prepara para asumir el cargo en medio de la grave crisis financiera internacional, podría resultar contraintuitivo argumentar que la tan inestable naturaleza del sistema internacional genera una oportunidad única para la diplomacia creativa…
“Incluso los países más ricos se enfrentarán a la reducción de recursos. Cada uno tendrá que redefinir sus prioridades nacionales. Un nuevo orden internacional emergerá si nace un sistema de prioridades compatibles…”
La alternativa a un nuevo orden internacional es el caos.
Kissinger también señaló en “Chillido en la calle”, de CNBC: “El presidente electo está asumiendo el cargo en un momento en que muchas partes del mundo se están convulsionando simultáneamente… Su tarea será desarrollar una estrategia global para Estados Unidos en este periodo, cuando, realmente, se puede crear un nuevo orden mundial . Es una gran oportunidad, no es sólo una crisis”.
Declaraciones anteriores revelan que el establishment quiere una sola moneda para el mundo, de la forma en que la Unión Europea ha consolidado sus monedas en el “euro”. Ya en la conferencia de Bretton Woods en 1944, John Maynard Keynes propuso una moneda mundial que llamó bancor. Richard L. Gardner (CFR) escribió en Foreign Affairs, otoño de 1984: “Sugiero un esquema alternativo radical para el próximo siglo: la creación de una moneda común para todas las democracias industriales y un Banco de Emisión asociado para determinar la política monetaria”.
En marzo de ese año, Obama y el Primer Ministro Británico Gordon Brown se reunieron con reporteros en la Casa Blanca. Brown anunció que “existe la posibilidad en los próximos meses de un nuevo pacto global que incluiría a todos los países del mundo para ordenar y limpiar el sistema bancario”. Obama añadió:
“La globalización puede ser una fuerza enorme para bien… Pero también es cierto que… en la mayoría de los países aún tenemos un sistema regulatorio de los años treinta, diseñado en la última gran crisis, que debemos actualizar nuestras instituciones, nuestro marco regulatorio, de forma que el poder de la globalización se canalice en beneficio del hombre y la mujer ordinaria”.
Si la tendencia continúa, sin embargo, se puede esperar que los cambios beneficiarán a un puñado de la élite global, no a los “hombres y mujeres ordinarios”. Otra prueba de que la administración Obama simplemente continuará la agenda globalista está indicada por sus reuniones.
CONTINUARÁ EN LA EDICIÓN DE LA PRÓXIMA SEMANA