[Author]NOTA DEL EDITOR:
Debido a la falta de espacio y la longitud de este artículo, se publicará en dos partes. Esta es la Parte 1.
por Jens Gluesing[/Author]
PRIMERA PARTE – Usando un overol de color naranja y sombrero para el sol, llegaron los chinos al Río Brito, en helicóptero antes de ser escoltado por soldados a la orilla del río – a la derecha, hasta el lugar donde José Enot Solís siempre lanza su red de pesca. Los chinos perforaron un agujero en el suelo, luego otro y después otro. “Perforan agujeros por todas partes de la costa”, dice el pescador, apuntando a una apertura de tamaño de un pomelo en el lodo con más de un metro de profundidad. Junto a él se encuentran trozos de papel con escritura china. Sin embargo, aparte de eso, no hay mucho más que ver sobre el proyecto monumental y controvertido que se va a construir en el lugar: El Gran Canal Interoceánico, un segundo canal de navegación entre el Atlántico y el Pacífico.
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La hidrovía se extenderá desde Río Brito en la costa del Pacífico hasta la desembocadura del río Punta Gorda, en la costa del Caribe. Sin embargo, curiosamente se sabe poco acerca de los detalles del proyecto. Sólo el presidente de Nicaragua, Daniel Ortega y sus asesores más cercanos saben la cantidad de dinero que ya se ha invertido, lo que va a pasar con las personas que viven a lo largo de la ruta y cuando llegaran de China los primeros trabajadores de la construcción. No existen estudios sobre el impacto ambiental y social de la empresa.
La línea de tiempo es escasa. |El primer barco está programado para navegar en el Río Brito, el cual se convertirá en parte del canal, en tan sólo cinco años. Cuando esté terminado, el canal tendrá 278 kilómetros (173 millas) de largo, 230 metros (755 pies) de ancho y hasta 30 metros (100 pies) de profundidad, mucho más grandes que el Canal de Panamá hacia el sur. Se ha previsto una amplia zona de seguridad de 500 metros de ambos lados de la vía acuática. Y será capaz de manejar enormes buques pertenecientes a la categoría del post-panamax, algunos de los cuales pueden transportar más de 18.000 contenedores.
Hasta ahora, sólo unas cuantas docenas de chinos expertos están en Nicaragua y desde el final del año pasado han estado llevando a cabo pruebas de perforación en la desembocadura del río. Están midiendo la velocidad con la que fluye el río, los niveles de agua subterránea y las propiedades del suelo. No hace mucho tiempo, la policía estableció un puesto de control en el lugar y es posible que toda la zona, en última instancia, sea cerrada.
Sin embargo, hasta ahora, la región sigue siendo un paraíso para los científicos naturales y surfistas. Las tortugas marinas ponen sus huevos en la playa y un bosque seco tropical se extiende detrás de ella hacia el sur, llegando mucho más allá de la frontera con Costa Rica. Pero si el río fuese dragado y erguido a como está previsto, el pueblo de Río Brito dejará de existir.
Sin respuestas
El proyecto ha creado una enorme incertidumbre para los que siempre han vivido ahí desde la llegada de los trabajadores chinos, pues se han estado preguntando cuándo van a ser reasentados y cuanto les proporcionará el gobierno como compensación. Hasta el momento, no han recibido ninguna respuesta. Y no están solos: Un total de 30.000 personas viven lo suficientemente cerca de la ruta de donde esta previsto el canal y que probablemente también tengan que ser reubicadas, aunque un número exacto aún no se ha anunciado.
Actualmente los empleados de una empresa china están yendo de puerta en puerta para recoger datos sobre los residentes y de los bienes. Pero con el aumento de la oposición al proyecto, han tenido que ir acompañados de policías y soldados armados con fusiles Kalashnikov. Miles de lugareños a lo largo de la ruta han comenzado a protestar en contra de sus inminentes expropiaciones haciendo varias manifestaciones que han tenido lugar en las últimas semanas. En muchas de las pancartas que llevan se puede leer: “No a los Chinos!” La ira se ha vuelto tan intensa que la policía ha comenzado a patrullar fuera de la sede de los ingenieros chinos en la ciudad provincial de Tola.
Pero el desdén por el proyecto no es universal, lo que lleva a una creciente división en el país. Muchos nicaragüenses están complacientes con la inversión china y con esperanza de que el canal va a traer empleo y prosperidad mientras que otros temen una avalancha de inmigrantes chinos.
Para empeorar las cosas hay una serie de preguntas que rodean el proyecto. A primera vista, la geografía parece ideal para el canal. El lago de Nicaragua ofrece un canal de agua natural en el interior del país, con sólo 20 kilómetros de separación entre el lago y la desembocadura del Río Brito. Pero por otro lado, irrumpir en el Caribe parece que va a ser muy difícil. La zona es pantanosa, apenas desarrollada y poblada por los pueblos indígenas. Miles de kilómetros cuadrados de bosques tendrían que ser limpiados.
Tampoco está claro si el proyecto sería rentable. El Canal de Panamá se está ampliando actualmente y varios otros países de América Central están planeando “canales secos” que consisten en líneas de tren que conectan los dos océanos a través del istmo. Con el fin de ser competitivos frente a los demás, el canal de Nicaragua tendría que transportar una gran cantidad de carga. Por otra parte, el pequeño país no tiene ni el dinero ni los conocimientos técnicos para un proyecto de esta magnitud.
Dominio absoluto de poder
Sin embargo, ninguno de estos problemas parece ser de mucha preocupación para el presidente, quien tiene la esperanza de que el canal va a cimentar su legado. Pero Ortega está lejos de ser el primero en soñar con una cosa así. Durante 200 años, la idea de un canal de agua que conecta los dos océanos ha sido perseguida por ambos, líderes nicaragüenses y ocupantes estadounidenses en el país. Los revolucionarios Sandinistas igualmente expresaron su interés en el proyecto en algún tiempo.
Ortega fue uno de los comandantes que lideraron la revolución sandinista de 1979 contra la dictadura de Anastasio Somoza. En 1990, los sandinistas fueron derrotados, pero Daniel Ortega volvió al poder en las elecciones de hace siete años. Desde entonces, él y su familia han establecido un dominio absoluto sobre el poder en el país. La oposición está dividida y la Familia Ortega enfrenta poca resistencia en el Parlamento del país. A principios de año, Ortega abrió paso a una enmienda constitucional que le permite acceder a la reelección indefinidamente. Los críticos lo acusan de gobernar el país como lo hizo Somoza, teniendo como única diferencia, la tortura.
El Ortega socialista, ha cimentado su poder al hacer la paz con la iglesia y con los líderes empresariales del país. Y más aún, sus seguidores tienen un firme control del poder judicial, el Parlamento y el poder Ejecutivo, mientras que los hijos de Ortega son dueños de varios canales de televisión, aficionados a la presentación del mismo como una especie de salvador cristiano.
La esposa de Ortega, Rosario Murillo, es la portavoz del gobierno, pero en realidad tiene mucho más poder que eso. La gente en el país se refiere a la esotérica Primera Dama como “La Bruja”. En la capital, Managua, ha instalado árboles gigantescos de acero cubiertas con miles de luces en arterias importantes. Ellos están iluminados durante todo el año como si fuera eternamente Navidad – muchos de ellos están decorados con estrellas brillantes, renos y Santas. También ha hecho pintar casi todos los edificios públicos de color rosa, su color favorito.
Debido a que Nicaragua no puede construir el canal por su propia cuenta, Ortega trajo a los chinos como socios. Desde la revolución, los sandinistas han tenido estrechas relaciones con el Partido Comunista de China. Hace dos años, el presidente envió a su hijo Laureano a Beijing para explorar las posibilidades de cooperación económica.
PRÓXIMA SEMANA: SEGUNDA PARTE, CONTACTO CON PARTIDO COMUNISTA DE CHINA.