Gobierno federal permitió al cartel mexicano importar toneladas de cocaína hacia Estados Unidos
por Paul Joseph
Watson Infowars.com Friday
Los periodistas del Washington Times, Robert6Farago y Ralph Dixon citan a una fuente “interna en la CIA” que sostiene que la Operación Rápido y Furioso fue un programa orquestrado por la Agencia de Inteligencia Central – para armar al cartel de Sinaloa, un grupo al que también se le dio luz verde para mandar volando toneladas de cocaína hacia Estados Unidos.
“En un testimonio al congreso, William Newell, ex agente especial de ATF issuea cargo de la División de Terreno de Phoenix, testificó que el Internal Revenue Service, la Drug Enforcement Administration y la Immigration and Customs Enforcement era “socios plenos” de la Operación Rápido y Furioso. La lista de Newell dejó de lado al actor más importante: la CIA. Según la fuente de la CIA, la agencia tuvo una acción importante para crear, orquestrar y explotar Operación Rápido y Furioso,” informaron Farago y Dixon.
El programa, con su diseñada cobertura de rastrear dónde van las armas para que luego los zares de la droga que las compraron puedan ser arrestados, en realidad era un esfuerzo deliberado para evitar que el cartel de drogas de Los Zetas monten un exitoso golpe de estado contra el gobierno de Felipe Calderón, al armar a la banda rival Sinaloa, según los escritores de Times, una relación que se extendió a “(permitir) que los de Sinaloa vuelen un avión de carga 747 cargado con cocaína en el espacio estadounidense, sin ser molestados.”
“La CIA se aseguró que el comercio no era en un solo sentido. Persuadió a la ATF para crear la Operación Rápido y Furioso – una variación “sin ataduras” del previo golpe de armas de fuego de la agencia. Por diseño, la operación de ATF armó al cartel preferido del gobierno mexicano en la calle cerca de la frontera con EE.UU., donde los Zetas son más activos,” afirma el informe.
La noción de que Rápido y Furioso fue usada como una cobertura con la cual armar al cartel de Sinaloa explicaría por qué los federales mostraron tan poco interés en hacer un seguimiento de dónde iban a parar las armas una vez que salían de Estados Unidos.
La administración Obama y la ATF sostienen que el programa Rápido y Furioso era parte de una operación para atrapar a los líderes del narcotráfico mexicano, y sin embargo se admite que el gobierno dejó de rastrear las armas apenas éstas llegaban a la frontera, arruinando totalmente el objetivo de la misión.
También explicaría el hecho de que el gobierno federal no logró evitar que Sinaloa importara toneladas de cocaína hacia Estados Unidos.
En abril pasado, Jesús Vicente Zambada Niebla, el “coordinador logístico” de la pandilla de narcotráfico Sinaloa que era responsable de comprar el jet de tortura de la CIA que se estrelló con cuatro toneladas de cocaína a bordo en 2007 dijo a la Corte del Distrito de EE.UU. del Distrito Norteño de Illinois en Chicago que había estado trabajando como un activo del gobierno de EE.UU. por años.
Según los registros de la corte, a Niebla se le permitió importar “cantidades de multi-toneladas de cocaína” hacia EE.UU. como resultado de su relación de trabajo con el FBI, Seguridad Interior, el Departamento de Justicia de EE.UU. y la Drug Enforcement Administration.
Pero la noción de que Rápido y Furioso era solamente un esfuerzo para aislar a los Los Zetas no es consistente con el hecho de que uno de los zares de la banda recientemente dijo a la policía federal mexicana que el grupo compró sus armas directamente de los funcionarios del gobierno de EE.UU. dentro del país.
“Son traídos hacia EE.UU. Los compradores (en el lado estadounidense de la frontera) han dicho en el pasado que algunas veces las adquirirían del mismo gobierno de EE.UU.,” dijo Rejón Aguilar a la policía.
Como informamos hace años, el ex agente de la DEA Cele Castillo ha soplado cómo el gobierno de EE.UU. controla a la banda traficante de Los Zetas y la usa como un grupo frontal para su imperio del narcotráfico.
La banda fue entrenada por primera vez en la tristemente célebre Escuela de las Américas en Fort Benning, Georgia, y Castillo afirma que Los Zetas siguen trabajando para el gobierno de EE.UU., al proteger las rutas de la droga para mantener las ruedas de Wall Street bien aceitadas.
Castillo ha declarado públicamente que los comandos están trabajando directamente para el cartel del gobierno de EE.UU. al dar golpes en sus rivales narcotraficantes, que no están pagando su porción.
Rápido y Furioso puede haber servido el doble propósito para la administración Obama.
Evidencia indica que el programa fue un plan en favor de la administración para desacreditar la segunda enmienda. Mientras los federales estaban vendiendo armas a los carteles mexicanos, Obama estaba simultáneamente culpando a la violencia de drogas respecto del flujo de armas de los estados fronterizos hacia México.
Incluso después de que se hicieran públicas las revelaciones que rodeaban al programa, la ATF citó el tráfico de armas hacia México como una justificación para una nueva regulación que ha llevado a la ATF a intimidar tanto a los vendedores como los compradores de arma, una política que surgió meses después de que el Presidente Obama dijera a la defensora por el control de armas, Sarah Brady que su administración estaban trabajando “bajo el radar” para colar un ataque a la segunda enmienda.
Durante una reunión el 30 de marzo entre Jim y Sarah Brady y el Secretario de Prensa de la Casa Blanca Jay Carney, a la que “apareció” Obama, el president habría dicho a Brady, “Solamente quiero que sepan que estamos trabajando en ello (en el control de armas)….Tenemos que pasar por unos procesos, pero bajo el radar.”
La cita apareció en un artículo el 11 de abril en el Washington Post sobre el zar del control de armas de Obama, Steve Croley.