by José de la Isla
CIUDAD DE MÉXICO, D.F. – Kite Lab, empresa de investigaciones de mercado en la Ciudad de México, realizó una encuesta que tiene tremendas implicaciones para comprender cómo se perciben a sí mismas las comunidades de latinos en los Estados Unidos. Fundamental a la investigación es el entendimiento que los latinos representarán un mercado de consumo de US$1,3 mil millones para el 2012. Lo que halló la investigación es que la evolución social de lo hispano se ha acelerado en cuanto a los gustos, las costumbres y las prácticas.
Por ejemplo, según Kite Lab, están en juego constante tres generaciones simultáneamente. Lo que significa esto es que el imponer estereotipos resulta erróneo porque es presentar las generaciones como si estuvieran menos integradas de lo que están en realidad. Es en parte un error el posar temáticas nostálgicas como la de “vuelta en casa”, cuando la mayoría ya se siente en casa. En realidad, lo que está ocurriendo es toda una búsqueda de lo “auténtico”.
Mejor dicho, de la “validación”, porque la mayoría de las personas se preocupa con la manera en que su historial encaja con la sociedad en general, qué posición tiene como consumidor, y que le depara el futuro en términos de las realidades cotidianas. Los vínculos y las responsabilidades en otras partes no se rompen con facilidad. En el 2010, se envió un total de US$21,3 mil millones en remesas a México. Entonces, ¿de dónde sale este dinero? De días de trabajo largos y de pequeñas empresas.
El sesenta y cinco por ciento de los que respondieron a la encuesta dijo que está dispuesto a trabajar horas extra, comparado con el 56 por ciento de los que no son latinos a quienes se les hiciera la misma pregunta. Otros establecieron pequeñas empresas. Entre el 2003 y el 2008, las empresas hispanas crecieron en un 43 por ciento comparado con el 14,5 por ciento para otros.
El paisaje resultante es de una población con una vertiente trigeneracional, que busca la autenticidad en el trayecto de vida por el que va, que trabaja duro y largo más allá de su proporción, y que busca la independencia económica mediante la empresa.
Las verdades se asoman cuando los proyectos de publicidad y de elecciones políticas intentan interpretar las tendencias y los datos. Glenn Llopis apunta a esto en Forbes.com. Dice Llopis que los dirigentes de empresa y políticos están con problemas referentes a la “inteligencia cultural”. Simplemente, no están en nada. No es algo que pueden comprar, sino que tienen que tener la experiencia para poder entenderlo.
Llopis señala que los líderes de infl uencia en los mundos de la empresa y la política no están asumiendo lo esencial que tienen frente a las narices. También deja entender que no están al tanto con la sociedad en EE.UU. como es hoy. ¿Qué tipo de liderazgo es ése?
Es algo que considerar ya que son demasiados los operativos arrogantes los que actualmente implementan unos cuantos números y algunos porcentajes para aseverar que ya saben cuáles van a ser los resultados de las elecciones según la demografía hispana. Es cierto que los latinos corresponden con más de la mitad del crecimiento de la población de los EE.UU. Se están registrando para votar seis veces más y están saliendo a votar cinco veces más que la población en general, según el U.S. Hispanic Leadership Institute.
Sam Stein, en un artículo para el Huffington Post cita al subdirector de la campaña por el voto latino de Barack Obama en el 2008, Carlos Odio, quien dijo que los latinos son “el arma secreta” de los demócratas. Es una manera cansada de declarar que los hispanos son los peones del presidente Obama, y no son tanto un grupo electoral con sus propias aspiraciones.
La pregunta que vale hacer es, ¿qué ha hecho el partido demócrata para merecer volver a ser electo? No lo que han hecho los republicanos, sino
lo que han hecho ustedes – los demócratas.
Los partidarios demócratas deben también entender que algunos lugares, como Texas, se volvieron republicanos y reaccionarios porque el partido demócrata, como hoy, no respondía ni a la democracia ni a los hispanos. Esto no constituyó un fracaso de parte de los latinos, sino un fracaso del proceso de robar y correr que utilizan los demócratas. Más que todo, los partidarios del presidente Obama tienen que entender que el voto latino no es ni peón ni potencia. Es un jugador clave, avalado históricamente, en los resultados del voto para presidente desde el año 1960. Desde entonces ha crecido y se ha fortalecido.
La política verdadera no les corresponde a los adictos al juego con un par de dados en la mano. Como nos dice el estudio de Kite Lab, se trata de la vida y del vivir y de percibir el casino por entero. joseisla2@yahoo.com).