by Catherine A. Traywick
Media Consortium
Muy seguido, el debate sobre la inmigración en este país ignora el rol que juega la política exterior de EE.UU. en fomentar la inmigración no autorizada. Pero mientras la administración Obama continúa estancándose en la reforma migratoria en Estados Unidos—mientras avanza dos polémicos tratados comercialescon Colombia y Panamá—vale la pena examinarlas conexiones entre los dos.
CAFTA empobrece a los agricultores salvadoreños
Durante la gira del Presidente Obama por América Latina el mes pasado, las masivas protestas destacaron la propia mano del gobierno norteamericano para estimular la migración no autorizada hacia sus fronteras.
Informando sobre la visita del presidente a El Salvador, por ejemplo, Juan Gonzales de Democracy Now! señala que cientos de salvadoreños se reunieron para exigir la renegociación del Tratado de Libre Comercio para Centro América (CAFTA), que devastó el sector agrícola del país, empobreciendo y desplazando a granjeros. Considerado junto a la trágica historia de la represión militar apoyada por Estados Unidos (la que Democracy Now! explora en mayor detalle), no debiera sorprender que El Salvador sea la segunda fuente de inmigrantes indocumentados a Estados Unidos.
NAFTA desplaza a un millón de agricultores mexicanos
La primera, por supuesto, es México—que tiene su propia sórdida historia de involucramiento con EE.UU. Como explica Michelle Chen en Colorlines.com, “la desregulación de la agricultura [bajo el Tratado de Libre Comercio para Norteamérica en los 1990s] coincidió con la devastación del sector agrícola de México, desplazando a cerca de un millón de agricultores y conduciendo a muchos a la frontera norte en busca de trabajo”.
Mientras el NAFTA creó oportunidades económicas considerables para las empresas de EE.UU. ansiosas de realizar negocios en el México de bajos ingresos, también permitió a los agricultores norteamericanos inundar la industria mexicana con maíz subsidiado, destruyendo la industria de maíz local y llevando a la quiebra a miles de agricultores.
Los 180 de Obama en política Latinoamericana
Vale la pena notar que Obama, durante su campaña presidencial, prometió revisar el NAFTA sobre la base de que “nuestros tratados de libre comercio no debieran ser Buenos solamente para Wall Street, sino también para Main Street.”
Sin embargo, como afi rma Steve Ellner en la última edición de In These Times, Obama gradualmente abandonó su inicial postura crítica en vez de “aplacar a los críticos derechistas.” Ellner agrega que el cambio de posición de Obama sobre el pendiente tratado comercial (basado en CAFTA) con Colombia—pasando “de oposición…a tibio entusiasmo …a vigoroso apoyo—es sólo un ejemplo de sus giros en política latinoamericana”.
Mientras Obama ha dado algunos pasos para abordar los potenciales abusos laborales en el acuerdo (la ausencia de tales medidas en NAFTA y CAFTA es una de las principales críticas de esos tratados), los sindicalistas comerciales en Colombia y Estados Unidos han manifestado su escepticismo: El presidente de Communications Workers of America, Larry Cohen se manifestó contra el acuerdo al señalar que 15 millones de colombianos que representan el 82 por ciento de la población que trabaja no son reconocidos como trabajadores y por lo tanto bajo la ley “no tienen derechos”.
Grandes empresas financian asesinatos paramilitares en Colombia
El escepticismo está bien fundamentado, ya que Estados Unidos tiene una larga historia de favorecer los intereses de las empresas por sobre los derechos de los trabajadores—tanto en casa como en el extranjero.
Por ejemplo, antes en este mes, surgió evidencia de que Chiquita Brands International de Cincinnati pudo haber contratado a grupos paramilitares colombianos “responsables de incontables asesinatos” como seguridad para sus instalaciones en Colombia. Esto a pesar del hecho de que el Departamento de Justicia norteamericano (DOJ) concluyó una investigación de Chiquita en 2007, fallando que cualquier dinero pagado a los grupos paramilitares, uno de los cuales fue designado grupo terrorista para ser vigilado, era extorsionado, y que “Chiquita nunca recibió un servicio a cambio de esto”. Jim Lobe y Aprille Muscara de Inter Press Service informan que los documentos fueron divulgados por el National Security Archive (NSA), un grupo de investigación independiente, el mismo día que el Presidente Obama se reunió con el Presidente de Colombia, Juan Manuel Santos para discutir los derechos laborales en el pendiente tratado comercial. Según Michael Evans, jefe de investigación de NSA en Colombia, la evidencia contra Chiquita está clara.
“Lo que todavía no sabemos es por qué los fiscales de EE.UU. pasaron por alto lo que parece ser clara evidencia que Chiquita se benefició de esas transacciones”, dijo a IPS.
Bancos de EE.UU. lavan billones para los carteles de drogas mexicanos
Incluso más recientemente, se supo la noticia de que el gobierno federal no logró procesar a varios bancos de EE.UU. culpables de lavar billones de dólares para los carteles de droga mexicanos. New America Media/Al Día informa que solamente Wachovia (que ahora pertenece a Wells Fargo) movió $378.4 billones para los carteles a través de cambios de dinero y $4.7 billones manejados en efectivo entre 2004 y 2007. Pero en marzo pasado, el gobierno federal retiró formalmente todos los cargos contra el banco, por un acuerdo logrado el año anterior, y a pesar del rol indirecto de Wachovia para financiar una guerra de drogas de cinco años que se ha llevado incontables vidas y continúa conduciendo inmigración no autorizada a Estados Unidos.