En 1958 el ejército guatemalteco ametralló a pesqueros mexicanos que habían cruzado la frontera. Como consecuencia, México y Guatemala estuvieron a punto de ir a la guerra
Corría el año de 1956, cuando el gobierno de Guatemala –encabezado por el presidente Miguel Ydígoras– reclamó al gobierno mexicano el ingreso de embarcaciones piratas a su territorio desde el año de 1954. De acuerdo con las denuncias, los mexicanos que entraban a la zona del Petén ejercían la tala y pesca ilegal. Ante ello, el Departamento de Relaciones Exteriores de México expresó que no podía hacer nada al respecto, pues se desconocía la identidad de dichas embarcaciones, ya que no poseían matrícula ni bandera nacional.
La situación generó tensiones, pues el gobierno guatemalteco advirtió que haría uso de la fuerza para defender sus riquezas naturales. El 8 de noviembre de 1957, el ministro de Relaciones Exteriores de Guatemala nuevamente envió una carta a México solicitando hiciera frente a la situación para evitar dañar las relaciones diplomáticas. En el contexto global, varios países reclamaban un territorio marítimo de 12 millas, en lugar del límite de 3 millas que se reconocía desde el siglo XVIII. Debido a ello, las tensiones se dirigían a un problema de soberanía nacional.
Advertencias del presidente guatemalteco
Para noviembre de 1958, México lanzó una advertencia, la cual fue ignorada por las embarcaciones. Como consecuencia, el 28 de diciembre una aeronave militar C-47 de la Fuerza Aérea Militar Guatemalteca (FAMG) realizó un vuelo de reconocimiento. Un día después, el gobierno de Guatemala nuevamente instó al gobierno mexicano para que tomara cartas en el asunto. Debido al poco interés del presidente Adolfo Ruíz Cortines, el 30 de diciembre su homónimo guatemalteco publicó una carta en los periódicos, advirtiendo que “bombardear y ametrallar hasta hundir todo barco pirata de día y de noche, hasta acabar con esos bandidos, piratas y filibusteros.”
Ese mismo día, el presidente Ydígoras ordenó al Coronel Luis Urrutia de León, comandante en jefe de la FAMG destruir los barcos mexicanos que se encontrar 12 millas adentro de mar guatemalteco. El plan –conocido como “Operación Drake”– operó el 31 de diciembre, cuando a las 6:45 AM despegaron dos avionetas militares. Dentro de la tripulación, se encontraban reporteros del periódico El Imparcial, quienes dejaría testimonio de la ofensiva.
Guatemala Bombardea los barcos mexicanos
Cerca de una hora después, los aviones localizaron ocho barcos camaroneros cerca de la costa de Champerico, Guatemala. Una avioneta C-47 fungió como centro de mando, mientras que un avión Cessna 180 sobrevoló las embarcaciones para asegurar que no tuvieran matrícula. Posteriormente, un Cessna 182 acudió y llamó a las embarcaciones enfilar hacia Champerico bajo la advertencia de ser ametrallados.
De acuerdo con los periodistas, los tripulantes de los barcos pesqueros mexicanos se burlaron e insultaron a los militares guatemaltecos. Como consecuencia, las tres avionetas se retiraron y a las 8:40 AM acudieron dos aviones de combate Mustang P-51.
El primer barco atacado fue el Elizabeth, que recibió 14 impactos de bala. Debido a que se enfiló rápidamente hacia Champerico y externo su rendición con una manta blanca, no hubo bajas. Sin embargo, las otras embarcaciones intentaron huir hacia México dede Ocós, por lo que los dos aviones Mustang los atacaron con la metralla. Como resultado, murió el capitán del barco Águila 4 y hubo varios heridos. Posteriormente, los dos primeros Mustang recibieron órdenes de regresar a la base.
Poco tiempo después otro Mustang apareció cerca de la costa de Champerico y atacó otros dos barcos que intentaban huir: San Diego y Puerto de Salina Cruz. En el primer barco hubo un muerto y varios heridos. En total, la Operación Drake dejó tres muertos y catorce heridos.
Para realizar el arresto y rescate de los pescadores, el Cessna-180 informó de lo ocurrido. Mientras tanto, el avión C-47 que fungía como centro de mando se estrellaba contra un zopilote, lo que inhabilitó su uso para acudir al rescate. Posteriormente un avión semajante acudió a rescatar a los pescadores, algunos de los cuales habían saltado al mar con salvavidas y permanecieron cerca de seis horas en el agua.
Tensiones entre los gobiernos
El contexto de la tensión se dio en el proceso de cambio de gobierno, por lo que México no respondió a la agresión. El gobierno entrante del presidente mexicano Adolfo López Mateos optó por una salida diplomática, ya que entonces México fungía como país sede la Organización de Estados Americanos (OEA), por lo que iniciar una guerra tendría un alto costo político.
El 1 de enero de 1959 el embajador de México en Guatemala protestó por la ofensiva, solicitando indemnizaciones y disculpas a los afectos. Sin embargo, el gobierno guatemalteco aclaró que se trató de un operativo policiaco y no de una ofensiva bélica. Para hacer frente a las acciones de Guatemala, México ordenó escoltar los barcos pesqueros con cañoneros de la Armada de México. Asimismo, grupos estudiantiles y obreros fueron organizados en mítines para apoyar al presidente López Mateos.
Por otra parte, México denunció el uso de armas contra pesqueros desarmados. Sin embargo, Guatemala recriminó que México hacia uso de las mismas tácticas contra piratas estadounidenses y que no se trataba sino de un asunto de seguridad pública. Finalmente, la justicia guatemalteca encontró culpables a los pescadores y los dejó libre con una fianza de 55 quetzales. Sin embargo, el 23 de enero el presidente Adolfo López Mateos pondría fin a las relaciones comerciales y diplomáticas con Guatemala, culpando a Ydígoras de no cooperar mediante la Corte Internacional de Justicia.
La resolución del conflicto México-Guatemala
Guatemala nuevamente respondió culpando a México de no intervenir en el asunto de las embarcaciones piratas y en el tráfico de armas. Como resultado, ambas naciones desplegaron sus ejércitos en la frontera. Mientras tanto, los medios de comunicación de ambos países alentaron el fuego nacionalista y se realizaron marchas en las capitales de México y Guatemala. El 26 de marzo Guatemala rompió relaciones con México, luego de que manifestantes centroamericanos destruyeran el puente que unía Ciudad Hidalgo y Ayutla. Como respuesta, mexicanos armados cruzaron la frontera y asaltaron el pueblo de Santa Ana. En el punto más álgido de la tensión, el presidente guatemalteco acusó a México y a Belice de planear un golpe de estado; López Mateos negó dichos cargos.
La crisis diplomática llegó a su mayor punto cuando Ydígoras formó una coalición con El Salvador, Honduras y Nicaragua para avivar el resentimiento contra México. Costa Rica permaneció neutral y se ofreció como mediador diplomático. Mientras que México contó con el apoyo de Estados Unidos, Cuba, China y la Unión Soviética.
Finalmente, gracias a la mediación de Venezuela y Chile, México y Guatemala reanudaron relaciones el 15 de septiembre de 1959. Durante un discurso, el presidente Adolfo López Mateos agradeció el apoyo del pueblo mexicano e hizo notar la importancia de la solidaridad latinoamericana y con la amistad con Guatemala. Además, ambas naciones se disculparon tanto por el uso de la fuerza, como por la impunidad. El gobierno guatemalteco también aceptó indemnizar a los deudos y heridos, y se comprometió a combatir la piratería solo de forma preventiva.