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Cuando el nacimiento de un hijo no se planifica

por la Universidad de Michigan

ANN ARBOR, Mich.— Un tercio de todos los niños nacidos en los Estados Unidos son el resultado de embarazos indeseados. Según un nuevo estudio publicado en la última edición de la revista Child Development (Mayo 2009) no solo estos niños reciben menos atención y calidez de sus padres que niños cuyos nacimientos fueron planificados. También sus hermanos mayores.

El estudio, realizado por Jennifer Barber, socióloga de la Universidad de Michigan y Patricia East, socióloga de la Universidad de California en San Diego, analizó la información de más de 3.000 madres y sus 6.000 niños que representaban un amplio espectro socio económico. Las familias fueron estudiadas por un periodo de ocho años, entre el año 1986 al 2004.

El instituto Nacional para la Salud y Desarrollo del niño financió el estudio.

“Nuestro estudio resalta la importancia y papel del estatus de la intención sobre el nacimiento de un niño en la distribución de los recursos de los padres a los niños dentro de la familia”, dijo Barber, Profesora del Departamento de Sociología y del Instituto de Investigación Social de la UM (Institute for Social Research , ISR, por sus siglas en Inglés) .

Para el estudio, se preguntó a mujeres que recién dieron a luz: “Justo antes de quedar embarazada, quería quedar embarazada cuando lo hizo?”, si respondía si, se clasificó el nacimientocomo no intencionado. Si contestaban que no , se les preguntó si querían otro bebé, si no querían un bebé en este momento o si no querían un bebé de ninguna manera. Los investigadores encontraron que un 24 por ciento de los embarazos eran inoportunos y un 10 por ciento no deseados.

Los investigadores estudiaron dos tipos de recursos que los padres daban a los hijos: Los recursos materiales y las oportunidades para aprender en sus casas, además de calor y respuesta maternales. Se utilizaron los informes de la madre y las observaciones del entrevistador para evaluar cuantos libros infantiles habían en casa, por ejemplo, y cuantas veces los padres leían al niño y le enseñaban nuevas habilidades, incluyendo contar y el alfabeto.

Evaluaron el estilo de la madre, el tiempo dedicado a la vida familiar, el tiempo que el padre pasaba con el niño y cuánto fomentaban la inde­pendencia del niño. También observaron las interacciones directas de la madre con los niños, incluidas conversaciones directas, azotes y bofetadas.

Los investigadores encontraron una relación importante y consistente entre el estatus de intención de nacimiento del niño y estos puntajes. A través de los distintos niveles de ingresos, los niños cuyos nacimientos no eran intencionados tenían menos recursos familiares y menos calor maternal. Asimismo, disminuian los recursos ofrecidos a los niños mayores tras el nacimiento de un niño no deseado más, que tras el nacimiento de un niño deseado.

“Se sabe que el tratamiento desigual de los padres tiene efectos importantes a largo plazo en los ajustes y auto estima del niño”, advierten Barber y East. “Por cierto es plausible que la tendencia de los padres de tratar a los niños no deseados en general más bruscamente en comparación con los niños deseados , contribuyeron a los resultados negativos en los niños no deseados”. Entre estos resultados se incluyen índices altos y desproporcionados de fracasos escolares , problemas de conducta y una baja auto estima.

Barber realiza en la actualidad otro estudio sobre embarazos no deseados utilizando una nueva medida proyectada para descifrar los sentimientos complejos que a menudo tiene una mujer joven al quedar embarazada e iluminar las razones por las que los índices de embarazos y nacimientos no intencionados se mantienen altos.

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