NOTA DEL EDITOR
Queridos lectores, encontré este largo artículo publicado en Zero Hedge, sobre uno de los bancos más reservados: el Banco de Pagos Internacionales. Este banco está por encima de todos los bancos, el top del top de los controladores del mundo. Más arriba que todos los bancos centrales del mundo. ÉSTA ES LA PRIMERA PARTE DE UNA SERIE.
Nada es más cercano al grupo secreto estereotipado que determina el destino de cerca de 7 billones de personas, que el Banco de Pagos Internacionales.
por Zero Hedge
A través de los siglos, ha habido muchas historias, algunas basadas en hechos sueltos, otras basadas en rumores, conjeturas, especulación y mentiras abiertas, sobre grupos de personas que “controlan el mundo”. Algunas dåe éstas son parcialmente certeras, otras son ampliamente hipérbolicas, pero cuando se trata del registro histórico, nada más cercano al grupo reservado estereotipado que determina el destino de cerca de 7 billones de personas que el Banco de Pagos Internacionales, el cual se oculta de tal modo, que pocos le han prestado atención.
Lo siguiente es un extracto de TORRE DE BASILEA: La Historia Ensombrecida del Banco Secreto que Dirige el Mundo, por Adam LeBor. Reimpreso con autorización de Public Affairs.
El club más exclusivo del mundo tiene 18 miembros. Se reúnen cada mes en una tarde de domingo a las 7 p.m. en la sala de conferencias E en una torre circular cuyas ventanas entintadas dan a la estación central de trenes de Basilea. Su discusión dura una hora, quizá hora y media. Algunos de los presentes traen un colega, pero los ayudantes raramente hablan durante los cónclaves más confidenciales. La reunión finaliza, los ayudantes se van, y los que se quedan se retiran a la cena en el comedor del decimoctavo piso, certeramente confiados de que la comida y el vino serán soberbios. La cena, que continúa hasta las once o la media noche, es donde se realiza el verdadero trabajo. El protocolo y la hospitalidad, labrados durante más de ocho décadas, son intachables. Cualquier cosa que se diga en la mesa de la cena, se entiende, no se repetirá en ninguna parte.
Pocos, si alguno, de aquellos que disfrutan de la alta cocina y de los añejados vinos –algunos de los mejores que Suiza puede ofrecer– serían reconocidos por los transeúntes, pero incluyen un buen número de las personas más poderosas del mundo. Estos hombres –casi todos son hombres– son banqueros centrales. Han venido a Basilea para asistir al Comité Económico Consultivo (ECC) del Banco de Pagos Internacionales (BIS), que es el banco de los bancos centrales. Sus miembros actuales [ZH, desde 2013] incluyen a Ben Bernanke, el presidente de la reserva federal; Sir Mervyn King, el gobernador del Banco de Inglaterra; Mario Draghi, del Banco Central Europeo; Zhou Ziaochuan del Banco de China; y los gobernadores del banco central de Alemania, Francia, Italia, Suiza, Canadá, India y Brasil. Jaime Caruana, ex gobernador del Banco de España, el gerente general de BIS, se une a ellos.
A principios de 2013, cuando este libro fue a prensas, King, quien fue llevado a dimitir como gobernador del Banco de Inglaterra en junio de 2013, fue presidente de ECC. El ECC, que suele ser conocido como la reunión de gobernadores del G-10, es la más influyente de las numerosas reuniones de BIS, abierta sólo a un pequeño grupo selecto de banqueros centrales de economías avanzadas. El ECC hace recomendaciones a los miembros y la organización de los tres comités de BIS que tratan el sistema financiero global, sistemas de pagos, y mercados internacionales. El comité también prepara propuestas para la Reunión Económica Global y guía su agenda.
Esa reunión comienza a las 9:30 a.m. el lunes por la mañana, en la sala B, y dura tres horas. Allí King preside sobre los gobernadores de los bancos centrales de los treinta países considerados más importantes de la economía global. Además de aquellos presentes en la cena del domingo, la reunión del lunes incluye representantes de, por ejemplo, Indonesia, Polonia, Sudáfrica, España y Turquía. Los gobernadores de quince países más pequeños, como Hungría, Israel y Nueva Zelanda pueden asistir como observadores, pero por lo general no hablan. A los gobernadores del tercer nivel de bancos miembros, como Macedonia y Eslovaquia, no se les permite asistir.
En lugar de eso, deben buscar los residuos de la información en los descansos de café y alimentos.
Los gobernadores de los 60 bancos miembros de BIS disfrutan de un buffet de lunch en el comedor del decimoctavo piso. Diseñado por Herzog & de Meuron, la firma arquitectónica suiza que construyó el Estadio ‘Nido de Pájaro’ para las olimpiadas de Beijing, el comedor tiene paredes blancas, piso negro y vistas espectaculares de tres países: Suiza, Francia y Alemania. A las 2 p.m. los banqueros centrales y sus ayudantes regresan al salón B para la reunión de gobernadores a discutir asuntos de interés, hasta que la reunión finaliza a las 5.
King tiene un enfoque muy diferente de su predecesor, Jean-Claude Trichet, el ex presidente del Banco Central Europeo, para dirigir la Reunión de la Economía Global. Trichet, de acuerdo con un ex banquero central, era notablemente galo en su estilo: un riguroso protocolo que llamaba a los banqueros centrales a hablar en orden de importancia, comenzando por el gobernador de la Reserva Federal, el Banco de Inglaterra y el Bundesbank, y luego progresivamente bajaba la jerarquía. King, en contraste, adopta un enfoque más temático e igualitario, abriendo las reuniones para la discusión e invitando a contribuciones de todos los presentes.