miércoles, julio 17, 2024
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¿Cómo responder cuando sabemos que nuestros líderes son criminales de guerra?

por Luke Hiken

Las noticias han descrito recientemente un sorprendente número de crímenes de guerra cometidos por EE.UU. a lo largo del mundo:

1) El uso de zánganos a control remoto en poblaciones civiles en Pakistán, Yemen, y Afganistán.

2) El continuo asesinato de civiles en Irak.

3) Apoyo a dictadores instalados por EE.UU. en Siria, Yemen y Bahrein, así como tortura y rendiciones en Arabia Saudita.

4) Bombardeos indiscriminados en Libia diseñados para matar a uno de los pocos dictadores que no queremos en el Medio Oriente.

5) Declarando que Iran Air Lines es un “grupo terrorista” y amenazando con procesar a cualquiera que vuele en esa línea aérea por las violaciones al “Acta Patriótica”.

6) Apoyo al bloqueo ilegal de Israel y la oposición a una flotilla de paz para el campo de concentración conocido como Gaza.

7) La complicidad de EE.UU. con el gobierno mexicano en su asesinato de más de 25,000 supuestos narcotraficantes y sus partidarios – todo para evitar que los norteamericanos se nutran de sus adicciones.

8) Programas de desestabilización a través de América del Sur y Central   diseñados a derrocar a gobiernos que no cumplen con las demandas de EE.UU. para darles recursos naturales y apoyo financiero.

9) El uso de la CIA, FBI y sus afiliados en operaciones internacionales clandestinas, incluyendo asesinatos y desapariciones.

La lista sigue y sigue, y solamente empeora cada semana que pasa. La cuenta de nuestro salvajismo en el mundo está en los cientos de miles cada año, y todavía las únicas víctimas sobre las que leemos se refieren a “vidas norteamericanas perdidas” – e incluso esos números están en los miles. Todo lo que el gobierno tiene que hacer es caracterizar sus víctimas como terroristas o anti-EE.UU. y el público se relaja y perdona las muertes.

Como norteamericanos “leales”, ¿debemos aplaudir estos actos, apoyarlos con nuestros impuestos y seguir comprometidos con el estilo de “democracia” del Pentágono? ¿Debemos abogar por la obediencia hacia los líderes norteamericanos y los oligarcas que los financian o debemos apoyar a nuestros “enemigos” – o nada de esto?

Hacernos escuchar, marchar, firmar peticiones y gritar “No vamos a aguantar más” nunca ha detenido a ningún déspota, y ciertamente no va a detener a los CEOs multimillonarios que se benefician del uso de Seguridad Interior para silenciar a los disidentes y la oposición en casa y en el extranjero.

Dado el estado policial virtual en el que viven los norteamericanos, es obvio que recoger armas o responder violentamente a estas atrocidades es, en el mejor de los casos, suicida. La desobediencia civil apenas eleva los niveles de oposición simbólica dada la cierta prisión impuesta en activistas por nuestro derechista sistema judicial.

¿Pedimos piedad para estos asesinos? ¿Rezamos (ahora hay algo que los Republicanos pueden apoyar) por menos masacres?

La mayoría de los norteamericanos leen las noticias y mueven su cabeza en incredulidad de que hayamos caído tan bajo como país. Luego seguimos con nuestros asuntos, dejando las guerras a quienes tienen el monopolio de poder y riqueza en este país.

El silencio ante estos crímenes es inaceptable. La resistencia es la única ­respuesta honorable. Pero cómo y qué va a detener estas guerras irracionales queda por verse. Mientras, somos como los buenos alemanes de los 30’s y 40’s, quienes se quedaban esperando mientras su gobierno destruía todo lo de valor que tocaba.

A través de la historia, los pueblos oprimidos han sido abrumados e inmovilizados por la supuesta indestructibilidad del establecimiento militar en el poder. Independiente de si es un Hitler, un Attila, o los poderosos Ozymandias antiguos, los poderosos pueden llamar a los débiles para “mirar mi obra… y desesperarse”. Pero si estos tiranos son abatidos por sus enemigos o, como un incendio forestal incontrolable que se quema como resultado de llamas autodestructivas, todos esos imperios decaen y caen. La arrogancia e inhumanidad de nuestros líderes y dueños resulta en su aniquilación – la única pregunta es cuántos habrán muerto mientras causan estragos en los pueblos y recursos del planeta.

Luke Hiken es un abogado que se ha comprometido con la práctica de ley criminal, militar, de inmigración y apelación. El sitio web Progressive Avenues, www.progressiveavenues. org, es actualizado regularmente en el link “What’s Added, What’s New” en http://www.progressiveasvenues.org/Whats_New_Added.html

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