sábado, noviembre 16, 2024
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Colombia: Cumbre Nacional Agraria considera posibilidad de nuevo paro campesino

Unas 4 mil personas procedentes de todos los rincones de Colombia participaron en la Cumbre Nacional Agraria, Campesina, Étnica y Popular que se llevó a cabo entre 15 y 17 de marzo de 2014 en la capital Bogotá. El encuentro consistió en dos días de paneles y debates sobre los temas que más afectan a la población colombiana, sobre todo la que vive en el campo, y se concluyó el 17 de marzo con una marcha de unas 30mil personas que atravesaron Bogotá hasta la centrica Plaza Bolívar.

Según relató al Reportero César Jérez, coordinador nacional de Anzorc (Asociación Nacional Zonas de Reserva Campesina), “La Cumbre Nacional Agraria representa un proceso que viene después de los paros agrarios del agosto de 2013. Nos reunimos con la idea de juntar los sectores campesinos, indígenas, afrodescendientes y populares de Colombia, para construir un pliego único de exigencias, proponer una sola mesa de negociación con el gobierno para todo el país, respaldar el proceso de paz entre el gobierno y la guerrilla de las Farc (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia) y finalmente fijar, si el gobierno no cumple los acuerdos que tomó en las mesas de negociaciones, una ruta de movilización campesina para todo el país”.

En agosto de 2013, los campesinos de buena parte del país – apoyados por estudiantes, camioneros, trabajadores del sector de salud y liderados por organizaciones como Mesa de Interlocución y Acuerdos (MIA), el Congreso de los Pueblos, la Marcha Patriótica, la Coordinadora Nacional Agraria (CNA) y el Proceso de Comunidades Negras – paralizaron el país durante tres semanas, lamentando los altos costos de los insumos, los problemas de acceso a la tierra y las dificultades infraestructurales, que hacen difícil la comercialización de sus productos. Durante las protestas, los campesinos pusieron mucha enfasis en la necesitad de derogar la resolución 970 del ICA (Instituto Colombiano Agropecuario), que prevé la obligación de sembrar puras semillas certificadas y transgénicas, producidas por empresas transnacionales. Además, resaltaron los problemas relacionados con la competencia que deriva de los Tratados de Libre Comercio (TLCs).

“El campesinado colombiano sufre un abandono estructural que se agravó con la imposición de los Tratados de Libre Comercio (TLCs). En realidad, ni siquiera se trata de libre comercio, puesto que los gobiernos firmantes, como el estadounidense, subsidian su agricultura mientras que el colombiano no lo hace. Por esto, los productos agrícolas importados de los Estados Unidos pueden ser vendidos a un precio más barato que los colombianos, hecho que pone en desventaja nuestros campesinos, a punto que han quebrado algunos sectores agrícolas”, nos explica Leonardo Rojas Díaz de ASCAMCAT (Asociación Campesina del Catatumbo).

De hecho, en mayo de 2013 – después de un año de la entrada en vigencia del TLC con los Estados Unidos – según la revista Portafolio las importaciones colombianas registraron un crecimiento del 50 por ciento, principalmente en el rubro alimentario. Analizando los datos relativos a las exportaciones de café, producto de punta del país y cuya calidad enorgullece a la población colombiana, descubrimos que en el mismo periodo registraron una caída del 31 por ciento, mientras que su importación llegó al 59.1 por ciento.

Las movilizaciones campesinas de 2013 fueron duramente reprimidas y los choques entre campesinos y el Esquadrón Móvil Antidisturbios (ESMAD) causaron la muerte de 19 personas, mientras unas 600 resultaron heridas. “Después del paro se abrieron mesas de negociaciones con el gobierno de Juan Manuel Santos”, explica al Reportero Elisabeth Pavon, vocera de los campesinos de la región del Catatumbo en la MIA (Mesa de Interlocución y Acuerdo). “Hay una mesa de negociación nacional que reune los delegados de cada departamento y hay mesas de negociaciones locales, una por cada departamento. Los resultados han sido muy parciales, quizás nuestra mesa fue la que mas avanzó”.

Además de evidenciar las dificultades en las negociaciones y los incumplimientos del gobierno de Santos, los campesinos colombianos critican su propuesta de adhesión al Pacto Agrario, un acuerdo con los gremios del agro colombiano fruto de un proceso de concertación que empezó el 12 de septiembre de 2013. Según las organizaciones de base, los gremios representan al agronegocio y a la oligarquía, cuyos intereses son opuestos a aquellos del campesinado, y por esto rechazaron rotundamente la proposición del gobierno.

Durante la Cumbre Nacional Agraria, las organizaciones campesinas, 3indígenas y de los afrodescendientes de todo el país anunciaron que, si el gobierno sigue haciendo oídos sordos a sus solicitudes, durante la primera semana de mayo se establecerá la fecha de un nuevo paro agrario. Se trata de una coyuntura muy peligrosa para Juan Manuel Santos, siendo que para el 25 de mayo están previstas las elecciones presidenciales donde espera ser reelecto.

 

por Orsetta Bellani

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