por usafeaturesmedia
(Homesteading.news) Mucha gente está de acuerdo en que las malas hierbas pueden hacer un gran daño en su jardín. Por ejemplo, las malas hierbas invasivas como la hierba Johnson y el cogongrass se expanden rápidamente y dañan otra flora de lento crecimiento.
Las malas hierbas parasitarias que dependen de un anfitrión para sostenerse, como las cuscutas y la hierbabruja, son aún más destructivas. Están también las malas hierbas nocivas, como la hiedra y el zumaque venenosos, que contribuyen poco excepto con el sufrimiento de los padres hacia sus niños pequeños. Estas son plantas que merecen llamarse “malas hierbas”.
Sin embargo, muchas plantas llamadas malas hierbas no merecen ese nombre. Algunas de ellas, como la cola de borrego, contienen raíces poderosas y penetrantes que brindan el benéfico nitrógeno y llevan minerales del subsuelo a la superficie. Otras, como las de la lista de más abajo, contienen considerables beneficios medicinales –de hecho, mucho mayores que los fármacos.
Diente de león
Piénselo dos veces antes de decidir tirar el último diente de león de su jardín. Esta planta de cabeza amarilla es uno de los mayores recursos naturales de beta-carotene (de cuyo esencial antioxidante, la vitamina A, está hecho), y también son ricos en proteínas, minerales, vitaminas y ácidos grasos esenciales. Cada una de las partes del diente de león –de la raíz a la flor– es comestible, y su consumo a largo plazo ha estado asociado con el mejoramiento de la función hepática y cardiovascular, beneficios digestivos (incluyendo el tratamiento del estreñimiento) y, debido a sus propiedades diuréticas, limpieza de los riñones.
Ortigas
Cualquiera que se haya picado con los pelos de una ortiga puede entender fácilmente por qué han desarrollado la reputación de mala hierba indeseable. En realdad, sin embargo, la ortiga es una fuente poderosa de nutrición.
Sus raíces y hojas son ricas en hierro, calcio, y vitaminas A y K, y ha sido usada para la debilidad intestinal, la desnutrición, la diarrea e incontables condiciones de la piel durante siglos en Europa. Además, se ha demostrado que una cucharadita de jugo de ortiga fresca tomada un par de veces al día elimina el ácido úrico, un subproducto de la digestión de la proteína que se acumula en los tejidos y las articulaciones, conduciendo a dolorosas condiciones inflamatorias, como la gota.
Bardana
La bardana –sí, esa planta irritante que constantemente adhiere sus rebabas a nuestra ropa y esparce sus semillas– es otra mala hierba con el corazón de oro. De hecho, la bardana (incluyendo sus subespecies) posee los fitoquímicos que contienen propiedades antibacteriales, antiinflamatorias y antioxidantes. En consecuencia, es buena en el tratamiento de condiciones de la piel (especialmente acné, eczema y psoriasis), desórdenes cardiovasculares y trastornos degenerativos como artritis y cáncer. Como el diente de león, la bardana también favorece la digestión y estimula las secreciones digestivas.
Amaranto
A pesar de que Occidente ha considerado el amaranto comúnmente como un parásito, otros países lo reconocen como un grano vital y hoja vegetal. Como la quinua y el alforfón, los granos de amaranto están libres de gluten, brindan una proteína completa y son una fuente fantástica de fibra, hierro, ácidos grasos y numerosos minerales. Se ha demostrado que su consumo regular reduce los niveles de colesterol y la presión sanguínea, estimula el sistema inmunológico y ayuda en el tratamiento de enfermedades graves (incluyendo el cáncer). Las hojas del amaranto, que a menudo son hervidas en agua o al vapor, son 90 por ciento digestivas cuando se cocinan y contienen beneficios similares para la salud que los de otras plantas como la col rizada, la espinaca y el brócoli.
Verdolagas
Las verdolagas, también llamadas cenizo, son otra mala hierba medicinal que constituye una popular fuente de nutrición en el Tercer Mundo, sobre todo porque crece en suelos pobres. Según investigadores de la Universidad de Texas en San Antonio, las hojas de verdolaga (que pueden comerse cocinadas) contienen más ácidos grasos omega-3 que ninguna otra planta comestible, ayudando en la función cerebral y cardiovascular. Los investigadores también descubrieron que las verdolagas ¡poseen entre 10 y 20 veces más antioxidante inhibitorio de cáncer, la melatonina, que ninguna otra fruta o verdura! (Natural News).