[Author]por los servicios de cable de El Reportero
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Violaciones, robos, hambre y frío. Niños centroamericanos que viajan a través de México en ruta hacia los Estados Unidos sufren una “pesadilla espantosa”, de acuerdo a lo que una adolescente hondureña dijo a Efe, y agregó que ella “nunca más” hará ese viaje.
Ana – no es su verdadero nombre – dijo emocionalmente del viaje agonizante que, como ella, más de 50,000 niños de América Central han intentado en los últimos meses. Y muchos de ellos no sobrevivieron el viaje.
Amenazado de muerte en Honduras, y aprendiendo la lección de la muerte de su hermano por pandilleros, a los de 17 años de edad, trabajó exhaustivamente para enfrentarse a un viaje con “agotadores días de hambre y de frío” para llegar a los Estados Unidos.
Lo peor, sin embargo, llegó casi al final del viaje, cuando fue violada en México por hombres desconocidos, situación que ella dice que “nunca imaginó” que sucedería y que permanece grabado en su memoria “para siempre”, sin posibilidad de que sus agresores sean llevados ante la justicia.
Al llegar “a una oscura choza, oculta entre las montañas y donde se escuchaban sólo voces de hombres”, el grupo con el que viajaba Ana desapareció y ella se encontró sola.
“Yo tenía mucho miedo porque cuando llegué, me di cuenta de algo, pero le pedí a Dios que no dejara que nada malo me sucediera a mí. Estaba nerviosa y tenía mucho miedo. Quería gritar y decir algo, pero me amenazaron “, dijo Ana, al borde de las lágrimas.
Ella no pudo facilitar ninguna información sobre los violadores a las autoridades porque no conocía a ninguno de sus atacantes.
“Sólo sé que me violaron en México, para que me agarraron. Fue terrible “, dijo.
Después de esa noche “terrible” en México, se las arregló para cruzar el Río Grande y más tarde fue recogida por la Patrulla Fronteriza de E.E.U.U., que la trasladó a la Casa Antigua, Texas, donde se sintió segura.
A partir de allí, se fue a Miami, donde ahora vive con su hermana, quien también huyó a los Estados Unidos hace ocho años, y que fue la persona que le ayudó a encontrar un “coyote”, a quien contrató para elaborar un plan para su huida de Honduras.
Pero el hecho de que ella arriesgó su vida en este esfuerzo podría ser en vano. Ahora, al igual que miles de otros niños inmigrantes indocumentados, Ana se enfrenta a la deportación. El 17 de Julio, ella tiene su primera audiencia en un tribunal de Miami.
“Sólo estoy pidiendo al presidente (Barack) Obama de darme la oportunidad de cumplir mi sueño”, dijo Ana, que es consciente de que sus posibilidades de permanecer en los Estados Unidos son escasas.