by Juliana Birnbaum Fox
Manifestantes de ambos lados respecto de la guerra en Irak fueron hacia el centro de Berkeley el martes pasado para dar a conocer sus opiniones al Consejo de la Ciudad respecto del centro de reclutamiento de la Marina ahí. Después de meses de protesta y hacer campaña fuera del centro, liderado por el grupo de paz feminista Code Pink, el Consejo votó 6-3 el 29 de enero para enviar una carta a la Marina para pedirles que se vayan.
La controvertida declaración calificó a los reclutadores de “intrusos no bienvenidos” y se les dio a los manifestantes un espacio de estacionamiento fuera del centro de la Marina y un permiso para hacer ruido para sus megáfonos. La carta también acusa a Estados Unidos de tener una historia de “lanzar guerras de agresión ilegales, inmorales y no provocadas”.
“Los reclutadores militares son vendedores que saben mentir y seducir a menores y adultos jóvenes para que se involucren en el servicio militar con falsas promesas relativas al empleo, capacitación laboral, educación y otros beneficios”, continúa la carta.
Esto provocó una tormenta de reacciones a nivel nacional, incluyendo el Congreso, donde el Sen. Jim DeMint, R-S.C., introdujo un proyecto la semana pasada para recortar $2 millones de los fondos federales de Berkeley.
“Es una vergüenza nacional… Es hora de que Berkeley se dé cuenta de que sus acciones tienen consecuencias”, dijo en una declaración preparada.
El Consejo también recibió más de 25,000 correos electrónicos y llamadas telefónicas, tanto como para atacarlos como para agradecerles. Ambas partes clamaron victoria el miércoles, cuando el Consejo votó 7 -2 para no enviar la resolución a la Marina, pero sí para reformular la oposición del consejo a la guerra y no disculparse.
“Estamos maravillados con lo que hizo el consejo”, dijo Rae Abileah, coordinadora nacional de Code Pink. ”They voted against apologizing to the Marines, and we still have our parking space. And they created a national dialogue about the war.”
Los votos discrepantes vinieron de Betty Olds y Gordon Wozniak, quienes sintieron que el consejo debió haber ido un paso más adelante y decir que lo sentían por causar una ofensa.
“Insultamos a la Marina y ellos merecen una disculpa”, dijo Wozniak en la reunión de consejo. “En este momento, el tema no es la guerra. El tema es lo que hizo el Consejo de la Ciudad de Berkeley. Le fallamos a nuestra ciudad”.
Tres personas fueron arrestadas por asaltar a los manifestantes opositores – y un cuarto por supuestamente golpear a un oficial de policía – en lo que fue una de las más grandes demostraciones en la ciudad en años. The scene was reminiscent of Vietnam war protests, which were famously intense in
Berkeley.
“Nunca más alguien debiera decir dónde están los jóvenes en todo esto”, dijo la activista de Code Pink, Zane Joi en la protesta mientras los estudiantes de cerca de la Secundaria Berkeley desafiaron a los partidarios de la guerra e intentaron “recuperar el parque” para ellos. “Ellos están justo aquí”.
Las cámaras del consejo estaban llenas de manifestantes la noche del martes, tanto para felicitarlos como para condenarlos. El testimonio público se extendió por horas y continuó el miércoles en la mañana.
Los activistas de paz están adoptando una nueva estrategia, trabajando para poner en marcha una resolución en el voto local para sacar a los recutadores de la ciudad.
“Queremos que los votantes sean capaces de decidir… tal como pueden hacerlo cuando una tienda de alcohol o de pornografía abre cerca de una escuela”, dijo Jodie Ebans, dueña de un estudio de yoga en Berkeley y cofundadora de Code Pink.