miércoles, julio 17, 2024
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Asaltan dos populares joyerías latinas a punta de pistola en la Misión

por Marvin Ramírez

Arriba Edgardo Campos muestra a El Reportero photos de las monedas de oro que se llevaron los ladrones y su ojo izquierdo: muestra un razguño que el crée es de bala. Abajo, Jorge Linares detrás de las barras de hierro que instaló después de haber sido también asaltado. (photo by Marvin Ramírez)Arriba Edgardo Campos muestra a El Reportero photos de las monedas de oro que se llevaron los ladrones y su ojo izquierdo muestra un razguño que el crée es de bala. Abajo, Jorge Linares detrás de las barras de hierro que instaló después de haber sido también asaltado. (photo by Marvin Ramírez)

No sólo la economía está haciendo temblar a los comerciantes locales por el futuro incierto en el horizonte, sino que se debe agregar a esto los impuestos que la ciudad está preparándose para imponer en la comunidad de pequeñas empresas y un aumento en la tarifa de estacionamiento a $100 por no respetar el parquímetro que alejará a los clientes, con el fin de salvar sus servicios ­sociales. Muchos de ellos ni siquiera saben si van a salir bien parados en los negocios el próximo año.

Esto, sin embargo, parece no importar a una pandilla afro-norteamericana que ha estado robando a dueños de pequeños negocios latinos en el Distrito de la Misión últimamente.

Armados con pistolas en grupos de a cuatro generalmente, vestidos con capuchas y guantes, y algunas veces audífonos, esperarían por el mejor momento para atacar a su próxima víctima: entre las 5 y las 6 pm. Llegan cuando no hay clientes y la tienda está a punto de cerrar por el día.

Uno entra primero silenciosamente, como si fuera un cliente, apunta su pistola al primer empleado que ve, da la señal de ‘claro’ a sus compañeros que estaban esperando fuera – frente a la gente que camina por la acera- entran, y se ponen manos a la obra.

Este mes fue el turno para una pequeña joyería en el 2600 Calle Misión el viernes 3 de julio.

“El primer tipo entró tranquilamente mientras mi asistente estaba sacando los artículos de la vitrina a la hora de cierre … el hombre armado, que llevaba audífonos, dijo ‘claro!’ mientras apuntaba con la pistola a los empleados y lo llevaban detrás del mostrador.

“Yo sólo permanecí con mis manos arriba, cuando otros dos entraron y saltaron por sobre el mostrador y comenzaron a llenar sus pequeñas bolsas”, dijo Jorge Linares, dueño de Joyería Guadalupana Jewelry en la Calle Misión, a El Reportero.

“Les tomó apenas 32 segundos, según la cámara”, dijo Linares. “Fue tan rápido”.

Cuando la policía llegó, según Linares, dijeron que no podrían hacer mucho y que ellos (los comerciantes) deberían aumentar su seguridad por sus propios medios.

Edgardo CamposEdgardo Campos

“Esta situación es horrible… pero ahora estamos en guerra, estamos en guerra, y tenemos que estar preparados para lo peor”, dijo Linares, refiriéndose a armar su negocio para la guerra.

Luego del robo en el cual los ladrones se llevaron una gran cantidad de dinero y joyas, Linares reforzó inmediatamente la seguridad de su tienda con barras alrededor de los mostradores, lo que espera que evite que cualquier otra persona intente entrar para robar de nuevo.

“Pueden dispararme desde afuera, pero para qué? No van a obtener nada”, dijo, porque quieren dinero, mientras acepta que pudo haber sido peor.

Sin embargo, su colega Edgardo Campos de J.J. Jewelry quien también fue atacado posiblemente por el mismo grupo de cuatro hombres el 25 de julio, casi no vivió para contar la historia.

Los ladrones usaron la misma táctica que con La Guadalupana.

“Eran 20 para las 6 p.m. todos se veían de entre 18 y 24 años”, dijo Campos. “Creo que son los mismos (que atacaron la otra joyería).

Un primer hombre entró a su tienda en la Calle 24 con South Van Ness pretendiendo ser un cliente, cuando de pronto otros hombres tomaron a Campos y sus dos otros empleados a punta de pistola y comenzaron a llenar sus bolsas. Todos usaban ropa oscura, capuchas y guantes, hicieron su trabajo y se fueron rápidamente. Se llevaron $13,000, un arma de plata, y siete monedas de oro de colección, dijo.

Pero esta vez, antes de salir, uno de los hombres 1armadas apuntó y disparó y casi alcanzó el ojo izquierdo ­de Campos. Pero aunque sangraba, fue tras ellos, pero los perdió cuando saltaron dentro de un auto plateado y se alejaron por el pasaje Cypress.

Y tal como Linares, quien hace dos años también fue atacado por ladrones a punta de pistola apenas a una cuadra del negocio de Campos, planea reforzar la seguridad de su tienda, ya que las cámaras, ambos comerciantes concuerdan, no ayudan mucho a disuadir a los ladrones.

Campos también tiene una buena razón para agradecer por el milagro que le permitió contar su historia.

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