sábado, noviembre 16, 2024
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Apropiación cultural en la moda mexicana: la revolución ‘original’

por Leigh Thelmadatter

Hace varios años, la cantante de renombre internacional Susana Harp critic

Hace varios años, la cantante de renombre internacional Susana Harp criticó a la diseñadora francesa Isabel Marant por vender una blusa que era esencialmente una copia de la que se usaba en el pueblo de Santa María Tlahuitoltepec en Oaxaca.

El uso de diseños y motivos mexicanos es una práctica que precede mucho al incidente de Marant, y desde entonces ha habido denuncias de casas de moda tanto mexicanas como extranjeras como Ralph Lauren, Shein, Zara, Mango y Louis Vuitton. Estas denuncias son de naturaleza más política y social que legal porque casi todos los diseños indígenas y tradicionales son de dominio público, al menos por ahora.

México y sus artesanos consideran su uso no regulado como una amenaza a su cultura, identidad y sí, a su economía. Una respuesta federal ha sido la fundación de “Original” por parte del Ministerio de Cultura en 2021. Original se autodenomina “…movimiento cultural que se esfuerza por proteger y preservar los diseños y símbolos tradicionales de las comunidades artesanales en el territorio de la nación”. Es una colaboración entre el gobierno federal, expertos y un comité asesor de artesanos de todo el país.

Sus eventos de 2021 y 2022 llamaron la atención de la prensa internacional tanto porque la polémica aún estaba fresca como por el novedoso uso que hizo el programa de estrategias de marketing de moda.

Estas estrategias incluyen diversas presentaciones en las pasarelas del ex conjunto residencial presidencial Los Pinos en la Ciudad de México. Tanto artesanos como modelos profesionales demuestran diseños tradicionales e innovadores, con celebridades como anfitrionas. Conferencias de prensa en lugares como el Palacio de Bellas Artes y sesiones de fotos en varios lugares emblemáticos de la Ciudad de México aumentan estos espectáculos. El mensaje es claro: las obras de los propios artesanos son la fuente de valor y prestigio, no quién pone una etiqueta en la prenda.

Pero Los Pinos alberga algo más que pasarelas. Hay conferencias y charlas que pueden tener una carga emocional cuando los oradores discuten los problemas que enfrentan los artesanos y las comunidades indígenas sobre la apropiación de sus símbolos y vestimentas. El año pasado, proporcionaron ejemplos no sólo de copias descaradas sino también de adaptaciones muy deficientes (como el horrible vestido de sarape de Carolina Herrera) y, peor aún, de símbolos tradicionalmente significativos pegados sobre partes inapropiadas del cuerpo.

Aunque estos problemas son bastante graves, también existen preocupaciones económicas. Afirma la ministra de Cultura, Alejandra Fraust. “Tomar [los diseños indígenas] como si fueran un objeto a copiar, que puede ser robado y replicado simplemente poniéndole una etiqueta como si yo lo hubiera creado corresponde a una visión totalmente individualista superando [la de] comunidad, el respeto y el reconocimiento. de quienes han conservado esta riqueza cultural”.

Las leyes de dominio público exigen atribución (lo que casi nunca se hace), pero también estipulan que pueden utilizarse sin permiso ni pago de regalías. El gobierno y las comunidades de artesanos quieren cambiar esto, especialmente considerando la enorme diferencia entre lo que pueden cobrar las casas de moda y lo que ganan los artesanos.

Por último, pero no menos importante, Original es uno de los mejores lugares de venta de artesanías mexicanas, y de textiles en particular. Todas las principales tradiciones textiles están representadas junto con algunas de las menos conocidas. Incluso si logras irte sin comprar algo (casi imposible), la gran cantidad de prendas a la venta es una educación sobre la riqueza de la vestimenta tradicional mexicana.

El evento de este año está programado del 16 al 19 de noviembre en Los Pinos. Ahora un centro cultural abierto al público, el sitio albergará a representantes de 349 comunidades de los 32 estados, con nuevas incorporaciones de Campeche, Chihuahua, Guanajuato e Hidalgo.

Original es más que un evento anual en la capital. En los últimos años, sus comités asesores han visitado a más de 1,000 artesanos para escuchar sus inquietudes, muchas de las cuales están relacionadas con la competencia en el mercado global. Ha patrocinado talleres de marketing que han llegado a más de 125,000 artesanos hasta el momento. Este año, anunció una asociación con Google para capacitar a los artesanos en el uso de herramientas como Google, Google Maps y YouTube, además de proporcionar sitios web formales gratuitos.

Amanda Beatriz Tah Arana, miembro del comité asesor de Felipe Carrillo Puerto, afirma que “Original para mí ha sido inspirador y hermoso, pero sobre todo familiar porque nos seguimos conociendo, compartiendo experiencias y conocimientos con nuestros asociados y lo más importante, valorar el trabajo que hacemos…”

Pero el programa enfrenta desafíos. Cambiar las leyes relacionadas con el dominio público no es fácil y probablemente no sea posible en muchos países. Los cambios en México han tenido algunas consecuencias imprevistas. En una conferencia el año pasado, un alfarero tlaxcalteca se quejó de que los esfuerzos por restringir la “Talavera” sólo a la hecha en Puebla amenazaban el negocio de su familia a pesar de que su trabajo ha sido aceptado como Talavara durante más de 30 años. Por último, una fuente anónima me dijo que algunas comunidades conservadoras están descontentas con los modelos masculinos en los huipiles tradicionales de mujeres.

Está claro que ciertos usos de diseños y motivos mexicanos son cuanto menos irrespetuosos. Incluso si las leyes no se pueden cambiar drásticamente, esfuerzos como el Original siguen siendo tan importantes como la educación del consumidor. Nadie se dio cuenta de que Marant había copiado las blusas oaxaqueñas porque el mundo no conocía el original. Ese conocimiento, junto con los esfuerzos por elevar el prestigio de poseer algo hecho por manos “originales” (en lugar de una copia mecánica), probablemente logrará todo lo que el derecho (internacional) no puede lograr. Muchas de estas prendas fueron (y son) artículos de lujo históricamente. Volver a elevarlos a ese estatus puede ser la mejor apuesta para los artesanos a largo plazo.

Frausto lo reconoce cuando dice “¿Quieres comprar arte mexicano? Compre [Original], que está vivo”.

Leigh Thelmadatter llegó a México hace más de 20 años y se enamoró de la tierra y la cultura en particular de sus artesanías y arte. Es autora de Cartonería mexicana: papel, pasta y fiesta (Schiffer 2019). Su columna de cultura aparece regularmente en Mexico News Daily.

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