miércoles, junio 26, 2024
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Apoyo hispano durante guerra revolutionaria asegura independencia de las colonias

by Andy Porras

El que la historia estadounidense haga caso omiso del rol hispano en la guerra de independencia de los EE.UU. no es gran secreto. Lo que resulta tajantemente irrespetuoso a millones de residentes de apellido hispano de este país, pasados y presentes, es estar a oscuras en cuanto a los tremendos sacrificios que hicieron sus antepasados a favor de esta nación.

Nuestros parientes étnicos, fallecidos y sepultados, nunca celebraron un Cuatro de Julio concientes por entero que, en parte gracias al heroísmo de sus antepasados, se brinda hoy por tal día histórico.

Es hora que todos lo oigan a secas. Sin la intervención hispana en aquel momento crucial en la vida juvenil de nuestro país, no estaríamos comiendo perros calientes a la parrilla y tomando cervezas cada 4 de julio.

Estoy dispuesto a apostar un billete Alexander Hamilton de a diez que pocos de mis pares latinos reconocen los nombres de hombres como Juan de Miralles, Francisco de Miranda y Bernardo de Gálvez, quienes ayudaron a alterar el curso de nuestra historia para que el rostro de Hamilton pudiera allí aparecer.

O el hecho que mujeres hispanas recaudaran dólares de plata españoles al equivalente de $28 millones hoy para asegurar el esfuerzo por la independencia de nuestra nación.

Muchos de mis paisanos estadounidenses podrán decirte sobre el invierno en Valley Forge o sobre el general Washington cruzando el río Delaware. Pero si les pides que te den nombres y ejemplos de valentía por parte de los hermanos étnicos quienes asesoraron al general Washington a sobreponerse a los Abrigos Rojos, estarían mudos.

Relájate, la culpa no la tienes tú – ni ellos. La culpabilidad está en otra parte. “Nuestros libros de texto están tan centrados en lo anglo-sajón que podría ser considerados historia [de la religión] protestante”, dicen Diane Ravitch y Chester Finn en “What Do Our 17-Year-Olds Know? A Report on the First National Assessment of History and Literature” (¿Qué es lo que saben nuestros estudiantes de 17 años? Un informe sobre la Primera Evaluación Nacional en temas de Historia y Literatura).

Esto se traduce a grandes rasgos a admitir que la historia que se enseña en nuestras escuelas, es fundamentalmente el diario de un hombre blanco.

El peligro que se corre en adherirse a tales textos es que no hay cabidapara conversar de las contribuciones de nadie más, por tan importantes que sean. Una vez que se dejan de lado, siempre se dejan de lado. Los libros de historia, tal como la historia misma, se repiten. Es más barato volver a imprimir que hacer investigaciones y escribir.

A los que publican los textos también les gusta el dinero.

Entonces, ¿quién fue Juan de Miralles? Los colonialistas tuvieron una maquinaria militar desharrapado en su mejor momento. Aparécese don Juan, un diplomático bajo la tutela del embajador francés, siguiendo las instrucciones de la Corte española.

Empresario español pudiente radicado en Cuba, él era defensor ferviente de la independencia. Hizo varios viajes a los rebeldes coloniales, para ofrecer apoyo militar y económico. Tuvo éxito social entre el círculo de empresarios en Washington, y entabló una amistad unida con el futuro primer presidente de los Estados Unidos.

Terminó por establecer una relación de negocios con Robert Morris, el comerciante de Filadelfia quien donó su fortuna a la revolución y sirvió de ministro de finanzas principal de Washington.

Mediante sus conexiones cubanas, el ejército de la Unión recibió provisiones regulares y desesperadamente necesarias de azúcar, harina, uniformes y armas. El mismo don Juan les prestó dinero a varios pueblos continentales como parte del esfuerzo bélico contra los británicos.

Desafortunadamente, en el invierno brutalmente frío de 1779, contrajo pulmonía en Morristown, Nueva Jersey, al estar de visita entre las tropas. Le atendieron el médico personal de Washington así como la esposa de Washington, Martha. En reposo en su casa en Morristown, el amigo del general falleció en 1780.

Juan de Miralles fue el primer extranjero en recibir exequias militares en los Estados Unidos, aunque no hubiera ganado aún la guerra ni fuera reconocido a nivel internacional como país independiente.

Profundamente afectado por la muerte de su amigo, Washington le escribió al gobernador español de Cuba y también a la viuda de Miralles, alabando las maravillosas calidades de su amigo y asesor.

Imagínense, por favor, cuánto más nos apreciarían nuestros vecinos si supieran más de nuestra historia oculta.

En cuanto a las otras personalidades y logros que mencioné, ¿por qué no invitar a los hijos a ayudarlos en hacer la investigación y descubrir juntos a aquellos héroes y heroínas hispanos e hispanas? Hispanic Link News Service.

(Andy Porras, de Houston, Texas, es educador y escritor. Ha redactado columnas para Hispanic Link durante unos 30 años. Comuníquese con él a:califasap@yahoo.com).

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