por Zurellys Villegas
El 13 de julio de 1954 se apagó la llama de una de las artistas más emblemáticas y relevantes de México y el mundo: Frida Khalo. A 70 años de su partida física, su legado cultural y artístico sigue resonando con fuerza e inspirando nuevas generaciones al ser posicionada como un icono de la cultura global.
Fiestas Fridas celebró el paso celestial de Frida Kahlo el sábado 13 de julio con el documental, “La vida y muerte de Frida Kahlo”, en el edificio comunitario La Plazita, en Oakland, California.
A pesar de ser una artista profundamente arraigada a su cultura mexicana, Magdalena Carmen Frida Kahlo Calderón también dejó una huella imborrable en la cultura estadounidense. En 1930, la artista mexicana llegó a San Francisco junto a su esposo Diego Rivera, quien había sido comisionado para hacer algunos murales en la ciudad.
En 1931, aún en San Francisco, la destacada artista se siente inspirada para pintar una de sus más grandes obras: El Retrato de Luther Burbank. Esta obra muestra a Burbank, el científico y horticultor reconocido por cultivar híbridos inusuales de frutas y verduras, como la dualidad de la vida y la muerte, uno de los temas recurrentes de Khalo.
Burbank muere en 1926 y es enterrado bajo un árbol en su casa en California, por lo que muchos analistas y expertos afirman que la representación del hombre arraigado a un cadáver en descomposición bajo tierra proviene directamente del origen mexicano de Khalo. En la cultura mexicana, algunos creen que al morir los seres humanos se trasladan a las plantas y a los animales.
El Retrato de Luther Burbank, pintado en 1931 en San Francisco, ahora se puede apreciar en el Museo Dolores Olmedo en México y representa temas de dualidad típicos de la obra del icono cultural mexicano.
La gran artista mexicana también pasó por Nueva York, Filadelfia y Detroit. En una breve instancia, Frida Kahlo y Diego Rivera visitaron Filadelfia para asistir al estreno del ballet sinfónico «Horse Power», una colaboración con el compositor mexicano Carlos Chávez, para la cual Rivera diseñó la escenografía y el vestuario.
En 1932, la autora de ‘Lo que el agua me dio’ se trasladó a la ciudad de Detroit junto a Diego Rivera. Allí, el elefante y la paloma, como les llamaban sus amigos y conocidos, permanecieron hasta 1933.
Por primera vez, Frida expone de manera individual en Nueva York en 1938. La galería Julien Levy de esa ciudad fue el escenario para que logrará vender varias de sus obras y recibiera muy buenas críticas en los medios.
Esta exposición sirvió de antecedente para que la artista exhibiera sus obras en la galería Pierre Colle en París. En 1939, Frida cruzó el Atlántico por única vez para ampliar su horizonte artístico, llegando a importantes galerías y museos que registraron su historia en el arte.
Su única exposición en México llegaría unos años más tarde. En 1953, la fotógrafa Lola Álvarez Bravo organizó la exposición a la que la pintora asistió a la inauguración cargada en una camilla debido a su delicado estado de salud.
Frida Khalo se casa por segunda vez con Diego Rivera en San Francisco
Tras varias infidelidades, Frida Khalo y Diego Rivera se finalmente divorcian, pero su separación solo duraría un año porque en 1940 deciden casarse nuevamente en la ciudad de San Francisco, California. A finales de aquel año se volvieron a casar y después regresaron a México hasta que la enfermedad «encerró» a la pintora en su Casa Azul, ubicada en Coyoacán, hasta apenas unos días después de cumplir 47 años.
Las obras de Frida salieron de México y su trabajo artístico revolucionó la cultura, no solo a través de su pintura, sino también con su incursión en la política a temprana edad, su libertad sexual, incluso, el accidente y las enfermedades que marcaron su vida e historia.
Hoy, a 70 años de su muerte, el nombre de Frida Kahlo se encuentra en todas partes. Es imposible no incluir su arte en el listado de las pintoras más importantes y reconocidas de todos los tiempos.
Con informes de fridakahlo.org, kahlo.org