por Pric Peters
Analysis
Legalizar la mariguana puede llegar a ser una no muy buena idea. No porque el Estado (o cualquiera) tenga derecho de decir a una persona qué deben o no ingerir, comprar libremente o vender… pero puede brindar la excusa para hacer a la policía estatal aún más autoritaria de lo que es actualmente.
Y sí, tal cosa es posible.
En el transcurso de las dos últimas semanas, en al menos dos estados (California y Pensilvania), los automovilistas han sido parados al azar para “preguntarles” si se les somete a pruebas de hisopo para comprobar si han usado “drogas” (esto es, otras que la droga alcohol).
Algunos han sido “voluntarios” –pero se espera que pronto sean obligatorios–.
La LAPD, por su parte, va a forzar a los conductores en puestos de control de “seguridad” para someterlos a pruebas de hisopo en sus bocas para buscar evidencia de uso de mariguana (etcétera), ya que los alcoholímetros sólo pueden detectar alcohol.
Los autoritarios están utilizando los éxitos del movimiento a favor de la legalización para argumentar en favor del uso rutinario de los hisopos-pistola, planteando que la gente será más propensa a fumar al conducir (etcétera), en un franco acercamiento a los nazis alcohólicos.
“Hay un reconocimiento creciente de que conducir bajo el influjo de drogas es algo que debemos combatir con mayor efectividad… Tradicionalmente, nuestra oficina se ha enfocado en los casos de manejo en estado de ebriedad… Estamos expandiendo la colección de drogas para aplicar con agresividad todas las leyes de alteración de la conducción”, dice el procurador de la ciudad de LA, Mike Feuer.
Considérelo un retroceso – – el azote a nosotros Mundanos por los éxitos menores del movimiento de la descriminalización que ha derogado parcialmente la “imbécil” (y odiada) guerra hacia ciertas drogas.
Un poco de libertad ganada aquí –más libertades rendidas allá–.
Uno de los aspectos absurdos de esta empresa aún no comentado –hasta donde he podido determinar– es que la mariguana (para no decir las otras drogas) afecta el cuerpo de una manera muy diferente de la droga del alcohol. El sentido del tiempo puede alterarse, pero puede no afectar la coordinación física. Es una cuestión muy debatible –en términos de hechos concretos– si la persona está “dañada” después de fumar una cantidad de mariguana versus una cantidad de alcohol. No hay hasta el momento estándares objetivos que definan el daño. El simple hecho de marcar “positivo” es suficiente en la medida a que se refiere la ley. Esto parece injusto. Pero además, es igualmente injusto definir a una persona como “borracha” según el generalizado y arbitrario criterio de BAC, incluso en los casos en que la persona al conducir puede no cometer faltas.
Mucho más injusto –y en lo que aún no se ha Reporterreparado– es que mientras el alcohol se disipa en la corriente sanguínea en el momento en que se ingiere (y no queda ninguna huella después de aproximadamente 12 horas) la evidencia física de fumar mariguana (y probablemente participando de otras “drogas” también) puede permanecer en el cuerpo durante semanas tras su ingestión. En otras palabras, una persona que marca positivo para mariguana, de ninguna manera está “pasada” al momento de la prueba. Así, puede ser encerrada en prisión y su vehículo abandonado.
Mínimamente, estas pruebas son indignantes por ese solo hecho.
La gente que no ha dado ninguna indicación de estar “dañada” o “en las nubes” es forzada a presentar la prueba de los fluidos y tejidos corporales –y luego es considerada presuntamente “dañada” o “en las nubes”, si la prueba detecta la presencia de componentes residuales en su sistema.
Estas pruebas son abusivas también en otro sentido.
La prueba de los hisopos es también una prueba de DNA. Una manera de recolectar huellas dactilares de poblaciones enteras. Recordemos: estas pruebas se ejecutan generalmente, sin ninguna sospecha individualizada o causa específica probable. A todo aquel que tenga la mala suerte de aparecer en un puesto de control de “seguridad” se le exige someterse y obedecer.
¿Es ir muy lejos imaginar –en este día y en esta época, dado todo lo que está pasando rutinariamente en este país, incluyendo la prueba forzosa anal/vaginal a un lado de la carretera– que no se va a abusar de este poder? ¿Qué nuestro DNA no será recolectado y (como todo lo demás) guardado en algún lugar para uso eventual (inevitable) en nuestra contra?
Tenga en mente el factor –no la “teoría de la conspiración” – de que la Suprema Corte de los Estados Unidos ha decretado que cualquier persona que sea tomada en custodia –esto es, impedida de escapar por ser detenida por la fuerza, pero no condenada por haber cometido un delito– puede ser forzada a someterse a una prueba de DNA (véase aquí).
“La identificación de DNA de los arrestados es una investigación razonable que puede ser considerada parte de un procedimiento rutinario”, escribió el jurista Anthony Kennedy, representando la decisión mayoritaria de la Corte. Ah, sí, “razonable”.
Así como la inspección al azar “razonable”, privada de una razón específica para sospechar daño (o cualquier otra cosa sospechosa), puntos de control que ahora llenan el paisaje del antiguo hogar de la tierra libre, pero cada vez más de los cobardes.
Regresemos a enero de 2012, el Querido Líder Obama firmó legalmente (apoderarse de su reflejo nauseabundo) la Ley Katie Sephich Mejorada de la Recolección de DNA, que permite a los estados con innumerables pagadores de impuestos federales -“fondos” saqueados, facilitar la recolección de DNA por las Autoridades Locales No muy Amigables. Si usted piensa que esos fondos no serán utilizados –y el último poder conferido no abusó–, entonces quizá esté interesado en comprar un puente que tengo en Brooklyn. Puedo ofrecerle un buen trato, seguro. ¿Encontrarán siempre los norteamericanos su punto de ruptura? ¿O están ya rotos? ¿Tirarlo en los bosques?
