por Ethan A. Huff
Natural News
Una segunda adolescente de Minnesota habría muerto por complicaciones de la infección con influenza Tipo A durante la temporada de gripe actual, empujando a los funcionarios de la salud en todo el estado a instar al público a vacunarse contra la gripe por su propia protección. Pero muchos informes de prensa no dijeron que Carly Christenson, de 15 años, ya había sido vacunada contra la influenza antes de que siquiera empezara la temporada de gripe, probando que las vacunas no logran proteger contra la gripe.
Como informó CBS 4 News en Minnesota, la joven Carly falleció el 8 de enero de 2013, no mucho después de que fuera admitida en emergencias con un fuerte dolor de garganta. Creyendo que los síntomas provenían de una leve infección, los doctores del centro médico le dieron a Carly una receta de Prednisone, una poderosa droga esteroide que se usa para tratar la inflamación, y la enviaron de vuelta. Pero la mañana siguiente, las cosas empeoraron seriamente para Carly.
Según los informes, el dolor de garganta de Carly evolucionó hacia una seria fiebre que le causaba dificultad para respirar y un silbido. Sus pulmones se llenaron de líquido poco después y tuvo que ser llevada al hospital para tener un bypass al corazón y al pulmón con una máquina ACMO. En los días siguientes, Carly recibió transfusiones de sangre regulares, pero éstas no fueron suficientes, murió unos pocos días después.
Fe mal puesta en la vacuna contra la gripe
El primer día que Carly estuvo en urgencias, ni sus padres ni los doctores en la clínica habrían estado preocupados por la leve infección a la garganta de la chica, ya que ya habría sido vacunada contra la gripe en agosto. El hecho de que Carly haya tenido una vacuna contra la gripe, en otras palabras, fue visto por la familia de Carly y sus doctores como un escudo de protección para la niña— después de todo, las autoridades no recomendarían las vacunas si éstas no funcionaran, ¿cierto?
La fe mal puesta en las vacunas contra la gripe brindó al final una falsa esperanza para la familia de Carly de que estaría protegida contra la gripe, fe que finalmente fue opacada por la realidad de la completa inefectividad de la vacuna contra la gripe. Inmediatamente después de la muerte de Carly, las autoridades en realidad intentaron negar que Carly murió de gripe, refiriéndose a su condición como “parecida a la gripe”. La jefa del Departamento de Salud de Minnesota, Kris Ehresmann, fue incluso tan lejos para afirmar que ella “no podía confirmar” que Carly había recibido la vacuna, aunque otras fuentes ya habían confirmado que sí había, de hecho, sido vacunada.
Igualmente otros han desde entonces intentado asegurar al público que las vacunas contra la gripe funcionan, y que la muerte de Carly es un tipo de anomalía médica. Pero la ciencia habla por sí misma— en el mejor de los casos, las vacunas contra la gripe brindan protección para solamente unas 1.5 personas de cada 100. Las otras 98.5 personas que son vacunadas son expuestas innecesariamente a adyuvantes tóxicos y materiales virales que les provocarían la gripe o algo peor.
Considere el caso de Kaylynne Matten, de 7 años, de Vermont como evidencia de los peligros de la vacuna contra la gripe. Como informó la periodista investigativa Christina England en Vactruth.com, la joven Kaylynne murió el año pasado en brazos de su madre apenas cuatro días después de recibir la vacuna en un chequeo anual. Según los padres de Kaylynne, la niña, que no tenía ninguna enfermedad preexistente y era muy saludable, desarrolló un severo dolor de cabeza y fiebre el día después de ser vacunada. Tres días después, Kaylynne dejó de respirar repentinamente y murió sin aviso en los brazos de su madre.
