lunes, diciembre 23, 2024
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Obama agrega más disfunción a sistema inmigratorio malogrado

por Behrouz Saba,
New America Media

Un tímido presidente Barack Obama se enfrentó a un grupo de corresponsales de la Casa Blanca claramente hostiles al anunciar una “acción diferida” para los inmigrantes indocumentados jóvenes, que han esperado durante años para que les ofrezcan un camino a la ciudadanía a través de la Ley DREAM. En cumplimiento de su orden ejecutiva, el Departamento de Seguridad Nacional se limitará a poner fin a las deportaciones de los inmigrantes indocumentados no-criminales entre 16 y 30 años que fueron traídos al país cuando eran niños, por los próximos dos años. Los beneficiarios recibirán también visas H-1 para vivir y trabajar legalmente de manera temporal.

Esta maniobra para ganar votos latinos durante un año electoral es apenas un sustituto miserable de las medidas generosas y amplias necesarias para abordar la difícil situación de los casi 12 millones de indocumentados. Poner a 800.000 jóvenes prometedores en un limbo legal añade otra capa de disfuncionalidad a un sistema migratorio fundamentalmente inoperante.

El presidente Obama, tratando de sentar las bases para una reforma migratoria integral a principios de su presidencia, parecía rudo, apaciguando a la oposición mientras deportaba a cientos de miles de indocumentados con antecedentes criminales. Sin embargo, durante su primer mandato no pudo proporcionar el liderazgo moral y un imperativo pragmático para una reforma integral, lo que permitió a sus oponentes bloquear el tema a nombre de la “seguridad nacional” y los “empleos para los estadounidenses”.

El presidente, en un anuncio que duró apenas 10 minutos, llamó a Estados Unidos “un país de leyes y un país de inmigrantes”. Sin embargo, él y la mayoría de los otros partidarios de la inclusión de los indocumentados en Estados Unidos no han tenido el coraje político, ni el poder de persuasión para explicar la vital importancia de los inmigrantes en Estados Unidos.

Mientras que cuatro millones de recién nacidos se suman a la población estadounidense cada año, el país acepta un millón de inmigrantes como nuevos residentes. Cientos de miles más llegan con visas de estudiante, trabajo y turismo, para no ser repatriados. La gran mayoría de los inmigrantes que deciden vivir en este país de forma permanente lo hacen para trabajar y lograr una vida mejor para ellos y sus familias.

Los que no tienen educación superior, llenan cientos de miles de empleos agotadores, mal pagados en el sector servicios, agrícola y manufacturas, generando riqueza para los nativos y abundancia de alimentos en el país. Decenas de estudiantes extranjeros y titulares de la visa H-1 que deciden quedarse, a expensas de la fuga de cerebros en sus propios países, se unen a centros de investigación y productividad en Silicon Valley y otros centros académicos en la costa este. Muchos otros se convierten en empresarios independientes e innovadores, herederos de un legado de la inmigración que ha mantenido a Estados Unidos en su posición de liderazgo mundial.

Estados Unidos no es un país de inmigrantes, porque los primeros colonizadores europeos llegaron aquí en 1492. En el siglo 21, ­Estados Unidos sigue creciendo, debido principalmente a la afluencia de inmigrantes.

El gobierno de Obama ha hecho un trabajo muy pobre para comunicar estos hechos a la mayoría de los norteamericanos. Su fracaso ha dejado el campo libre a los políticos oportunistas y depredadores que perpetúan el canto de que los inmigrantes roban trabajos a los nativos.

El presidente Obama tiene posibilidades reales de un segundo mandato. Pero después de la reelección, debe hacer de la inmigración la pieza central de su administración para alejarse de su más reciente y tímido desempeño. Estados Unidos es de hecho una nación de inmigrantes. Su líder debiera defender con orgullo esta bandera en vez de asustarse, explicar, disculparse y ofrecer “acción diferida”.

Con el Acta DREAM, una vez más en peligro, las palabras de Langston Hughes suenan tan ciertas como siempre: “Un sueño es un sueño aplazado es un sueño negado”.

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