by Ethan A. Huff,
Natural News
Un estudio de referencia de Canadá expone otra mentira propagada por la industria de la biotecnología, esta vez contradiciendo la falsa afirmación que ciertos pesticidas genéticos usados en los cultivos de los organismos genéticamente modificados (OGM) no termina en el cuerpo humano tras el consumo. Los investigadores del Deparamento de Obstetricia y Ginecología del Hospital de la Universidad de Sherbrooke en Quebec, Can., probaron que la toxina Bt, que se usa en el maíz GM y otros cultivos, definitivamente llega a la sangre, contrario de lo que sostiene el Gran Bio claims – y esta toxina fue encontrada en el torrente sanguíneo de 93 por ciento de las mujeres embarazadas sometidas a la prueba.
Publicado en Reproductive Toxicology, el estudio explica que la toxina Bt ingresa en el cuerpo no sólo a través de consume directo de OGMs, sino también por consumo de carne, leche y huevos de animales que fueron alimentados con GMOs. Entre todas las mujeres sometidas a la prueba, 80 por ciento del grupo de embarazadas resultó positiva para la toxina Bt en los cordones umbilicales de sus bebés, y 69 por ciento de las no embarazadas resultaron positivas con toxina Bt.
La única razón por la que muchos países siquiera aprobaron los OGM en primer lugar fue porque les dijeron que éstos no eran diferentes de los cultivos convencionales. La industria de la biotecnología ha pretendido por años que las alternaciones y los químicos usados en los cultivos de OGM no conllevan riesgos para la salud humana y que cualquier sustancia de OGM que quede en los alimentos es deshecha en el sistema digestivo. Ahora que se ha revelado que tales afirmaciones son completas invenciones, muchos grupos están instando a los gobiernos de sacar los OGM de su abastecimiento de alimentos.
“Esta investigación es una gran sorpresa ya que muestra que las proteínas Bt han sobrevivido en el sistema digestivo humano y pasaron hacia el torrente sanguíneo, algo que los reguladores dijeron que no podría pasar”, dijo Pete Riley de GM Freeze, una alianza de organizaciones unidas contra los OGMs.
“Los reguladores necesitan urgentemente reevaluar sus opiniones y la UE debería usar las cláusulas de salvaguardias en las regulaciones para evitar que se cultiven o importen más OGM Bt como comida o para alimentar
a los animales hasta que se evalúen completamente las potenciales repercusiones en la salud.”
La mayoría de los estudios que se han usado para validad la seguridad de los OGMs han sido llevados a cabo por las empresas que los crearon, entonces difícilmente son una fuente creíble. Los gobiernos en América del Norte y del Sur, así como en Europa, han dado la bienvenida a los OGM en los alimentos basados en pocas sólidas certezas en vez de en sólida ciencia.
