por Charley Reese
(Fecha de publicación desconocida)
Los políticos son las únicas personas en el mundo que crean problemas y luego hacen campañas contra ellos
¿Alguna vez se ha preguntado por qué, si tanto los Demócratas como los Republicanos están contra los déficits, tenemos déficits? ¿Alguna vez se ha preguntado por qué, si todos los políticos están contra la inflación y los impuestos altos, tenemos altos impuestos? Usted y yo no proponemos un presupuesto federal. El presidente sí. Usted y yo no tenemos la autoridad Constitucional para votar sobre las apropiaciones. La Cámara de Representantes sí. Usted y yo no escribimos el código tributario.
El congreso sí. Usted y yo no fijamos la política fiscal. El congreso sí. Usted y yo no controlamos la política monetaria. El Banco de la Reserva Federal sí. Cien senadores, 435 congresistas, un presidente y nueve jueces de la Corte Suprema- 545 seres humanos de un total de 235 millones – son directa, legal, moral e individualmente responsables por los problemas domésticos que contaminan este país.
Excluí los miembros de la Junta de la Reserva Federal porque ese problema fue creado por el Congreso. En 1913, el Congreso delegó su deber constitucional para brindar una moneda sólida al banco central privado, pero con estatutos federales. Los excluí a todos pero los intereses especiales y lobistas por una buena razón. No tienen autoridad legal.
No tienen la capacidad de coaccionar a un senador, un congresista o un presidente para hacer una cosa de cosecha de algodón. No me importa si le ofrecen a un político $1 millón de dólares en efectivo. El político tiene el poder de aceptarlo o rechazarlo. Sin importar lo que prometen los lobbyistas, es la responsabilidad de la legislación determinar cómo vota.
UNA CONSPIRACIÓN D E C O N F I A N Z A
¿No ve el juego de estafa que es jugado por los políticos sobre el pueblo? Esos 545 seres humanos gastan gran parte de su energía convenciéndolo que lo que hacen no es su culpa. Cooperan en una estafa común independiente del partido.
Lo que separa a un político de un ser humano normal es una excesiva cantidad de descaro. Ningún ser humano normal tendría el descaro de Tip O’Neill, quien se paró para criticar a RonaldReagan por crear déficits.
El presidente sólo puede proponer un presupuesto. No puede obligar al Congreso a aceptarlo. La Constitución, que es la ley suprema, da la responsabilidad solamente a la Cámara de Representates para originar apropiaciones e impuestos. O’neill es el presidente de la Cámara. Él es el líder del partido mayoritario. Él y sus compañeros Demócratas, no el presidente, pueden aprobar el presupuesto que quieran. Si el presidente lo veta, ellos pueden pasar a llevar su veto.
R E E M P L A Z O D E S I N V E R G Ü E N Z A S
Me parece inconcebible que un país de 235 millones de personas no pueda reemplazar a 545 personas que permanecen culpables, por hechos actuales, de incompetencia e irresponsabilidad.
No puedo pensar en un solo problema interno, desde un código tributario injusto a excesos de defensas, que no se pueda rastrear directamente a esas 545 personas. Cuando uno comprende la verdad de que 545 personas ejercen poder total del gobierno federal, entonces se deduce de que lo que existe es porque ellos quisieron que existiera.
Si el código tributario es injusto, es porque ellos quisieron que fuera injusto. Si el presupuesto está en rojo, es porque ellos quisieron que estuviera en rojo. Si los marinos están en el Líbano, es porque ellos los quisieron en el Líbano. No hay problemas de gobierno insolubles. No deje que esas 545 personas culpen a los burócratas, a quienes ellos contratan y cuyos empleos pueden abolir; a los lobbyistas, cuyos regalos y consejos pueden rechazar; a los reguladores, a quienes les dan el poder de regular y a quienes se lo pueden quitar. Sobre todo, no deje que lo engañen para creer que hay fuerzas incorpóreas como “la economía”, “la inflación” o “la política” que impiden que hagan lo que juraron hacer.
Esas 545 personas son los únicos responsables. Ellos y solamente ellos tienen el poder. Ellos y solamente ellos deben hacerse responsables por las personas que son sus jefes –entendiendo que tienen las agallas para manejar a sus propios empleados. Este artículo fue publicado por el periódico Orlando Sentinel Star.
