por los servicios de noticias de El Reportero
El Presidente de México, Felipe Calderón Hinojosa, comienza hoy su viaje de dos días a Washington (2 de marzo). El viaje se da en un momento extraño. La crisis libia significa que el Presidente Calderón difícilmente obtendrá la atención que requieren los problemas de México, aunque sí tiene una reunión programada con el Presidente Barack Obama para mañana (3 de marzo).
Los problemas de larga data de México de violencia de pandillas han sido agravados por la matanza en México el 15 de febrero de un funcionario de EE.UU., Jaime Zapata, un agente especial de la oficina de Inmigración y Aduanas (ICE). Los congresistas Republicanos están haciendo campaña para obligar a México a extraditar a los sospechosos mexicanos para enfrentar un juicio en EE.UU. Tal movimiento podría significar que México está enviando a sus ciudadanos a enfrentar pena de muerte. Bajo un tratado de 1980, México tiene el derecho de negarse a extraditar a un sospechoso a menos que EE.UU. pruebe que no se le va a imponer la pena de muerte.
México se irrita cuando su violencia nuevamente es calificada de ‘insurgencia’
Nuevamente, un alto funcionario de EE.UU. ha irritado a México al comparar la violencia de los carteles de droga con una insurgencia y además insinuando que EE.UU. podría enviar tropas a través de la frontera. Ha habido medias disculpas y razones diplomáticas, pero lo que está claro es que los funcionarios de EE.UU. están muy alarmados con la perspectiva de que la violencia se expanda a su propio territorio e incluso el Presidente Felipe Calderón ha hablado abiertamente sobre la dimensión política de la violencia de los carteles de droga.