domingo, noviembre 24, 2024
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Estudiantes de Shenandoah esperan sentencia en asesinato de immigrant en ‘crimen de odio’

by Gustavo Martínez Contreras

SHENANDOAH, Pa.— La sentencia programada para el 24 de enero de dos estrellas del fútbol de secundaria siguiendo sus condenas federales relativas a golpear hasta la muerte a un trabajador mexicano de 25 años, sigue un desconcertante camino en la jurisprudencia de EE.UU. y su aplicación de la ley de «crimen de odio”.

Primero juzgados en una corte estatal por un jurado completamente blanco en el Condado Schuykill en 2008, Brandon J. Piekarsky y Derrick M. Donchak fueron absueltos de los cargos de intimidación racial. Ahora ambos hombres enfrentan cadena perpetua por violar los derechos de Luis Ramírez Zavala siguiendo un diferente set de cargos traídos por el Departamento de Justicia de EE.UU. Dos años después del ataque, un juez federal en Scranton, Pa., condenó la brutal golpiza a Ramírez Zavala por parte de estos jóvenes.

Fueron acusados de violar el componente criminal del Acta federal Fair Housing, que vuelve un crimen el usar la raza, nacionalidad o etnia de una persona como una base para interferir, con violencia o amenaza de violencia, con los derechos de una persona de vivir donde él o ella elija.

El jurado también descubrió que Donchak conspiró y de hecho, obstruyó la justicia. En la noche del 12 de julio de 2008, Piekarsky y Donchak, entonces de 16 y 18 años, se encontraban en un grupo de seis jóvenes que confrontaron a Ramírez Zavala y comenzaron a gritarle comentarios racistas, “Devuélvete a México” y “Diles a tus malditos amigos mexicanos que se larguen de Shenandoah.”

SU CEREBRO SANGRABA

Ramírez Zavala fue golpeado, pateado y pisoteado. Una autopsia mostró que su cráneo tenía una doble fractura: una en la parte trasera de la cabeza y otra en el lado izquierdo. Su cerebro sangraba y se inflamó, causando que sus funciones básicas se detuvieran. Lo llevaron al Centro Médico Regional Geisinger, donde murió dos días después debido a sus masivas heridas en la cabeza.

En el primer juicio, el jurado completamente blanco declaró culpable a Piekarsky de un cargo de ataque simple, mientras Donchak fue declarado culpable de un cargo de ataque simple, tres cargos de corrupción de menores y tres cargos de proveer alcohol a menores.

El veredicto enfureció a las organizaciones de derechos de los inmigrantes, así como a políticos, quienes presionaron al Departamento de Justicia de EE.UU. para que abriera una investigación separada. No fue hasta diciembre de 2009 que un gran juzgado federal acusó a ambos hombres bajo cargos de crímenes de odio, por lo tanto evitando un doble enjuiciamiento —la instancia bajo la cual una persona o grupo de personas son procesadas dos veces por el mismo crimen— que la defensa buscó probar hasta que el juicio terminó. En una columna de opinión de 14 páginas, el Juez Richard Caputo escribió, “En el presente caso, el procesamiento federal sirve intereses distintos por el procesamiento del estado, incluyendo derechos de protección igualitaria y la integridad de las investigaciones criminales federales.

Esta Corte no es el foro apropiado para revertir más de 80 años de precedentes de la Corte Suprema que permiten un procesamiento posterior por una soberanía separada sin violar la cláusula de  doble enjuiciamiento”.

En declaraciones de apertura, los abogados de la defensa minimizaron la raza como un factor en la muerte de Ramírez Zavala. Tanto James Swetz como William Fetterhoff, quienes representaron a Piekarsky y Donchak, respectivamente, dijeron que la golpiza fatal fue producto de otros factores y no de odio étnico. “Estamos hablando de alcohol, juventud y testosterona.

Ésos son los asuntos en este caso, no la raza y ciertamente no los derechos de residencia garantizados federalmente”, dijo Swetz al jurado completamente blanco.

Pero el testimonio de Colin Walsh, un testigo clave, mostró que Donchak sentía un profundo odio hacia la creciente comunidad hispana de Shenandoah.

“Sí, no le gustaban los hispanos, en realidad no le gustaban”, dijo Walsh, de 19 años. “Los llamaba malditos mexicanos, malditos spics”. También dijo que Donchak escuchaba música racist y específicamente cantaba la canción “White Man Marches On” mientras conducía con sus amigos. La canción está sacada de la banda Sonora de la película American History X.

En su recuento del ataque, Walsh, quien logró un acuerdo de aceptación de culpabilidad con los fiscales federales y ahora está esperando sentencia, dijo que tanto Donchak como Piekarsky gritaron insultos raciales a Ramírez Zavala.

“Derrick lo golpeó en la cara y lo llamó ‘spic’, y Piekarsky le gritó insultos racistas. Le estaba gritando, ‘maldito mexicano’. Después escuché que le gritaba ‘Diles a tus malditos amigos mexicanos que se vayan de Shenandoah o tu estarás al lado de ellos’ mientras nos íbamos”.

A Donchak también se le acusa de conspirar con algunos de sus amigos,   padres y miembros del Departamento de Policía de Shenandoah para obstruir la investigación del ataque fatal inmediatamente después de la golpiza. Los testigos declararon que Piekarsky les dijo que no le dijeran a nadie que había golpeado a Ramírez Zavala en la cabeza. “Pregunté quién lo pateó”, declaró el testigo Benjamin Lawson. “Brandon Piekarsky dijo, ‘Yo, shh!’” El grupo comenzó a inventor la historia que le contarían a la policía, contó Lawson.

Otro testigo, Brian Scully, dijo al jurado que Piekarsky llegó a la casa de Donchak con su mamá cuando los adolescentes hablaban de la pelea. “Necesitamos una historia. Esto es malo”, dijo Scully. “Pensamos que si teníamos la misma historia sería creíble”. Agregó que Piekarsky le advirtió al menos dos veces no contarle a nadie que había golpeado al fallecido en la cabeza.

Los ex policías de Shenandoah, Matthew Nestor, William Moyer y Jason Hayes enfrentan cargos de conspirar para obstruir la justicia durante la investigación. Los tres, junto con el Departament de Policía de Shenandoah, ­irán a juicio esta semana en Wilkes-Barre, Pa. Una acusación criminal los acusa de conspirar con la obstrucción de la justicia durante la investigación sobre la golpiza fatal. La investigación federal dio luces también respecto de las faltas del Departamento de Policía de Shenandoah.

Matthew R. Nestor, William Moyer y Jason Hayes, tres ex policías de ese departamento enfrentaron cargos federales por participación en cubrir el crimen. Justo después de la muerte de Ramírez, muchos residentes latinos expresaron tener miedo de la policía. Los que hablaron, bajo anonimato, contaron historias sobre abusos e intimidación hacia ellos o alguien que conocían.

FEDERALESA CUSAN A LA POLICÍA

Incluso a mí, como periodista, se me negó información varias veces. “Nada pasó aquí”, me dijo el entonces Teniente Moyer.

“No tenemos nada para usted acá”. Como han salido las cosas, probablemente tenían mucha información de todos, y estaban esperando que se fuera. En una acusación federal, Nestor, Moyer y Hayes, quienes eran jefe, teniente y oficial, respectivamente, junto con el departamento de policía de Shenandoah, son acusados de conspirar con la obstrucción de la justicia durante la investigación de la golpiza fatal. Moyer también ha sido acusado de falsificar evidencia y mentir al FBI.

De ser condenados, los acusados se enfrentan a 20 años de prisión por cada uno de los cargos de obstrucción y otros cinco años adicionales por conspirar para obstruir la justicia. Moyer enfrenta cinco años adicionales en prisión por hacer declaraciones falsas al FBI. Piekarsky and Donchak son mantenidos en la Correccional del Condado de Pike, con una sentencia pendiente para el 24 de enero. Ambos enfrentan cadena perpetua. Hispanic Link.

(Gustavo Martínez Contreras es periodista freelance y columnista colaborador de Hispanic Link News Service. Escríbale a pasajero@gmail.com.)

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