by Arlene Martínez
Crítica literaria
De niño y viviendo en un pequeño pueblo del estado de Zacatecas, Edgar Sandoval soñaba ser un super-héroe que también era un periodista y vivía en una metrópolis. Lo de super-héroe nunca se realizó, pero sí se convirtió en un periodista. En 2000, de 25 años llegó a Allentown, Pa., para iniciar sus labores en el diario The Morning Call. Era una ciudad de la cual nunca había oído y donde no deseaba particularmente estar, y además no deseaba verdaderamente cubrir la fuente de asuntos Latinos; una área periodística comúnmente insultada como “El rondín de los Tacos.” El diario The Morning Call lo veía como una forma de satisfacer la demanda para cubrir la creciente población Hispano-parlante. Aún así, Sandoval se sentía estereotipado.
Su editor, Mary Ellen Alu, le dijo que lo mirara de una manera diferente. “Dar una voz a gente que sienten que han sido ignorados,” Sandoval recuerda que le dijo. Durante tres años hizo éso, contando las historias de dueños de negocios, trabajadores inmigrantes, jóvenes quienes frecuentemente no tenían nada en común sino su idioma. Muchas de sus vidas son relatos que integran su nuevo libro La Nueva Cara de Pequeños Pueblos Americanos: Fotos instantáneas de vida Latina en Allentown, Pennsylvania. (Penn State University Press, 168pp; $29.99)
Incluye la historia de dos jóvenes madres que emigraron de Honduras con la esperanza de que un día sus hijos vinieran a reunirse con ellas. Eso nunca pasó con una de ellas, Naomi Eda Zelaya. Cruzando una calle en Allentown, fué atropellada y muerta por un coche, dejando tras ella cinco criaturas.
Hay el relato de inmigrantes mexicanos Armando Cervantes y Sergio López, ambos de 26 años, cuyas muertes en un accidente de camioneta sacó a la luz una más dramática relación sobre la lucha de trabajadores para asimilarse a comunidades donde no siempre son bienvenidos. Hay otras – como la del orgullo de Edith Morales presenciando la apertura de la primera estación de radio en español en la región y los esfuerzos de David Vázquez, director de la escuela Roberto Clemente quien algunas veces frustrado lucha por el aprovechamiento de sus estudiantes.
Uno de los relatos favoritos y con el que inicia el libro, es el de Nerivonne Sánchez, a quien visitó regularmente durante los meses antes de su elegante baile de “quinceañera,” la marca conmemorativa de su quince natalicio. Sandoval capturó los esfuerzos que ella hizo para discurrir desde sus pájaros de peluche Tweety hasta manicuras francesas. El relato no era de “una tiara o una fi esta,” declaraba, “Me concentré en la chica quien estaba sufriendo malos ratos al convertirse en mujer.”
Habiendo nacido en Los Angeles de padres que emigraron de México, Sandoval estaba familiarizado con las costumbres, la comida y la música del país donde vivió hasta que tuvo los 16 años.
Cuando Sandoval empezó a trabajar en el The Morning Call, el Buró del Censo de los Estados Unidos estaba en medio de la publicación de datos mostrando que la población Hispana en ésa área había crecido rápidamente de 2000 sobre 1990. Pero Sandoval tenía menos experiencia con las poblaciones Puertorriqueñas y Dominicanas que integran la mayor parte de Allentown y su acento o elección ocasional de palabras lo identifi caban como que no pertenecía a ninguna isla del Mar Caribe.
Así que empezó a aprender los modismos, las costumbres y las comidas. La comunidad creció abrazándolo con sus narraciones. “Les gustaba ser capturados como eran, gente de carne y hueso,” decía.
El libro está en venta en Barnes y Noble, www.amazon.com o mediante solicitud. Una versión en edición popular está programada para ser distribuída el año que viene. Aunque muchas de las historias se publicaron en el The Morning Call en una versión diferente, hay algunas publicadas originalmente.
En cuanto a la fantasía soñada por el pequeño Sandoval, otra parte eventualmente se materializó. No se convirtió en un super-héroe pero sí para vivir en una metrópolis. En 2007, Sandoval empezó a laborar como reportero con el New York Daily News. Y vive en la Cocina del Infi erno (Hell’s Kitchen). Hispanic Link. (La editora original del Hispanic Link Arlene Martinez reportera para el diario The Morning Call en Allentown, Pennsilvania.