miércoles, julio 17, 2024
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La agenda de los Illuminati – 21ra parte de la serie

by Marvin Ramíre­z­

­Marvin  J. Ramírez­Ma­rv­in­ R­­a­m­­­í­r­­ez­­­­­

­NOTA DEL EDITOR: Dada la importante e histórica información contenida en este artículo de 31 páginas sobre la historia de la sociedad secreta y malvada, los Iluminados, El Reportero se honra en brindar a nuestros lectores la oportunidad de leer tal documento, que los medios principales han catalogado de una teoría de conspiración. Para comprender mejor esta serie, le sugerimos que lea los artículos previos publicados en nuestras editoriales.

Esta es la vigésima primera parte de la serie.

Lo siguiente es una transcripción de una grabación distribuida en 1967 por Myron C. Fagan. El ha esperado que si suficientes norteamericanos han escuchado (o leído) este resumen, la agenda de dominación de los Iluminados para Estados Unidos se abortaría, tal como Alexander I de Rusia torpedeó los planes de los Iluminados para Un Mundo, Liga de Naciones en el Congreso de Viena de 1814-15. Fagan describe correctamente a los miembros del congreso, el poder ejecutivo, y el poder judicial de ese momento como TRAIDORES por su rol en contribuir a implementar la caída de la soberanía de Estados Unidos. Es comprensible que gran parte de la audiencia de ese período haya considerado imposible de creer que, por ejemplo, los Kennedy, eran (son) parte de la trama de los Iluminados, pero sí dijo que Jack tuvo un renacimiento espiritual e intentó rescatar al país del estrangulamiento de los Iluminados al emitir certificados de plata de EE.UU., que aparentemente contribuyeron en gran parte a la decisión de los Iluminados de asesinarlo (su hijo, John Jr., también fue asesinado porque intentó exponer a los asesinos de su padre después de llegar al poder).

— En resumen, el día que Roosevelt ingresó a la Casa Blanca, los conspiradores de CFR obtuvieron nuevamente control completo de la maquinaria de nuestras relaciones exteriores y firmemente establecieron Naciones Unidas como la sede para el gobierno de un mundo de los Iluminados. Quisiera destacar otro punto vital. Que el fracaso de la “Liga de las Naciones” de Wilson hizo que Schiff y su pandilla se dieran cuenta de que el control solamente del Partido Demócrata no era suficiente.

Es verdad, podrían crear una crisis durante la administración Republicana como lo hicieron en 1929 cuando su Reserva Federal fabricó el Crash y la Depresión que traería a otro cómplice Demócrata de regreso a la Casa Blanca, pero se dieron cuenta de que una interrupción de cuatro años en el control de nuestras políticas de relaciones exteriores podría causar estragos en el progreso de su conspiración. Incluso quebraría su estrategia entera como casi lo hizo antes de que Roosevelt la salvara con su reconocimiento del régimen de Stalin.

Desde entonces, después de la debacle de Wilson, comenzaron a formular planes para lograr el control de ambos de nuestros partidos nacionales. Pero eso les dio un problema.

Necesitaban poder de hombre con cómplices en el Partido Republicano con poder de hombre adicional para el Partido Demócrata y porque el control de solamente el hombre en la Casa Blanca no sería suficiente; tendrían que brindarle a ese hombre cómplices entrenados para todo su gabinete; hombres que encabezarían el Departamento de Estado, el Departamento del Tesoro, el Pentágono, el CFR, el USIA, etc..

En resumen, cada miembro de los varios gabinetes tendría que ser una herramienta elegida por el CFR, tal como Rusk y McNamara, así como todos los subsecretarios y secretarios asistentes. Eso daría  a los conspiradores controlabsoluto de todas nuestras políticas, tanto domésticas y, más importante, extranjeras. Ese curso de acción podría requerir una reserva de un grupo de cómplices entrenados, listos instantáneamente para cambios administrativos y todas las otras exigencias.

Todos estos cómplices tendrían que por necesidad ser hombres de reputación nacional, altos en la estima del pueblo, pero tendrían que ser hombres sin honor, sin escrúpulos y sin conciencia. Estos hombres tendrían que ser vulnerables al chantaje. No es necesario que estrese cuán exitoso fue el CFR. El inmortal Joe McCarthy reveló completamente que hay miles de tales riesgos de seguridad en todas las agencias federales.

Scott MacLeod desenmascaró a miles más y usted sabe cuál es el precioque Oetega tuvo que pagar, y todavía está pagando, por sus exposiciones ante un Comité del Senado de los traidores en el Departamento de Estado y usted sabe que esos hombres en el Departamento de Estado, que dieron Cuba a Castro, no sólo han sido protegidos, sino también promovidos.

Ahora volvamos al quid de la trama del gobierno y la maniobra necesaria para crear otra “Liga de Naciones” para albergar tal gobierno. Como he declarado, los conspiradores sabían que solamente otra guerra era clave para el éxito de su trama. Tenía que ser una guerra tan horrible que los pueblos del mundo llorarían por un tipo de organización mundial que asegurara una paz duradera. ¿Pero cómo podría surgir esa guerra?

Todas las naciones europeas estaban en paz. Nadie tenía disputas con sus naciones vecinas y ciertamente los  cómplices en Moscú no seatreverían a comenzar una guerra. Incluso Stalin se dio cuenta de que eso significaría que su régimen fuera derrocado, a menos que el llamado “patriotismo” atrajera ­al pueblo ruso tras él. Pero los conspiradores tenían que tener una guerra. Tenían que encontrar o crear algún tipo de incidente para lanzarla. Encontraron a un pequeño hombre inadvertido y repulsivo que se llamaba a sí mismo Adolf Hitler. Hitler, un pobretón pintor de casas austriaco, había sido cabo en el ejército alemán. Hizo de la derrota de Alemania una queja personal. Comenzó a agitar al respecto en el área de Munich, Alemania. Comenzó a hablar sobre restaurar la grandeza del Imperio Germano y el poder de la solidaridad alemana.

Abogó por la restauración del viejo ejército militar para ser usado para conquistar todo el mundo. Suficientemente extraño, Hitler, el pequeño payaso que era, fue capaz de llevar a cabo un discurso agitador y tuvo un cierto tipo de magnetismo. Pero las nuevas autoridades en Alemania no quisieron más guerras y rápidamente enviaron a prisión al detestable pintor de casas austriaco. CONTINUARÁ EN LA EDICIÓN DE LA PRÓXIMA SEMANA.

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