domingo, noviembre 24, 2024
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Tratamiento logra reducir los efectos secundarios de cancer de la cabeza y nuca

Una técnica de radiación innovadora reduce los problemas de deglución para los pacientes con cáncer de cabeza y cuello y mejora su calidad de vida

por la Universidad de Michigan

ANN ARBOR, Mich. — Los investigadores del Centro Integral del Cáncer de la Universidad de Michigan han aplicado avanzadas técnicas de radiación para cáncer de cabeza y cuello con el propósito de evitar el tratamiento de estructuras importantes que afectan el tragar y comer. Un nuevo estudio muestra que estos principios y estas técnicas trataron el cáncer de manera eficaz al tiempo que redujeron en gran medida las complicaciones de la deglución a largo plazo.

Los investigadores aplicaron una terapia de radiación de intensidad ­modulada y altamente adaptada, y el conocimiento de la anatomía y la fisiología de las estructuras involucradas para elaborar cuidadosamente un novedoso plan de tratamiento que evita ciertos músculos en la boca y en la garganta que son los más involucrados en la deglución. En general los tumores de cabeza y cuello no se propagan a estas estructuras.De los 73 pacientes tratados con esta técnica, todos menos cuatro podían ingerir una dieta normal después que terminó su tratamiento y sólo uno necesitaba un tubo de alimentación. Típicamente hasta el 20 por ciento de los pacientes con cáncer de cuello y cabeza quedan dependientes de un tubo de alimentación después que concluyen un curso intensivo de tratamiento por radiación junto con la quimioterapia.

Los resultados de este trabajo se publican en la revista de Internet Journal of Clinical Oncology.

“Los tratamientos más agresivos para el cáncer de cabeza y cuello han mejorado el control del cáncer pero a costa de la calidad de vida. En este estudio no abandonamos en algo el control del tumor y fuimos capaces de mejorar esta importante medición de la calidad de vida”, dijo el autor del estudio Abraham Eisbruch, profesor de radiación oncológica en la Escuela de Medicina de la UM.

El tejido de cicatriz que dejan los tratamientos de radiación en la cabeza y el cuello a menudo crean problemas de largo plazo para la deglución y la ingestión de comidas sólidas, y esos problemas no mejoran con el tiempo.

En este estudio el 29 por ciento de los pacientes requirió, temporalmente, un tubo de alimentación durante el tratamiento debido al dolor al tragar. Pero un año después del tratamiento sólo uno de los 73 pacientes que participaron en el estudio seguía necesitando un tubo de alimentación. Los cuestionaron para evaluar la función de comer y tragar mostraron que, en promedio, los pacientes tenían apenas dificultades leves hasta dos años después de la terapia.

En ninguno de los pacientes el cáncer se propagó a las estructuras no tratadas y en general pocos tumores recurrieron, lo cual sugiere que no fue perjudicial que se evitara la radiación de esas áreas. Después de tres años el 88 por ciento de los pacientes estaba libre de Eisbruch y sus colegas también fueron pioneros en los tratamientos de radiación de cabeza y cuello que evitan las glándulas salivales, lo cual ha reducido significativamente la gravedad de la sequedad permanente en la boca que era, anteriormente, una complicación mayor de la radioterapia para el cáncer de cabeza y cuello.

“Procuramos curar a estos pacientes, pero también buscamos su calidad de vida. A medida que las tasas de curación han mejorado a lo largo de los años, los aspectos relacionados con la calidad de vida se han tornado más y más importantes. Nuestros pasos siguientes se encaminan a identificar cuáles pacientes tienen más probabilidades de beneficiarse del tratamiento y a reducir la intensidad del tratamiento para limitar el impacto de estos efectos secundarios”, dijo Eisbruch.Método: El estudio observó a 73 pacientes con cáncer orofaringeal en las etapas III o IV, incluidos cánceres de amígdalas o la base de la lengua. Los pacientes recibieron tratamiento con siete semanas de terapia diaria de radiación de intensidad modulada en el cuello, diseñada para evitar las estructuras de la deglución. La quimioterapia se administró semanalmente durante ese período. Los pacientes fueron evaluados con videofluoroscopia, un procedimiento para la toma de imágenes, periódicamente durante el tratamiento y hasta dos años después para evaluar la deglución. La función de deglución también la evaluaron los médicos, y los pacientes mediante cuestionarios estándar de informe.

Estadística del cáncer de cabeza y cuello: Este año unas 35,720 personas en Estados Unidos tendrán un diagnóstico de cáncer de cabeza y cuello y unas 7,600 morirán por la enfermedad, según la Sociedad Estadounidense del Cáncer.

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