El jefe de la Casa Blanca impuso tarifas al acero y el aluminio
por servicios de cable de El Reportero
Era otro domingo de júbilo deportivo en EE.UU., donde disfrutan el Super Bowl, hasta que el presidente, Donald Trump, anunció una nueva arremetida comercial, en este caso global, mientras se dirigía al famoso partido de fútbol americano.
Al día siguiente el mandatario firmó las órdenes ejecutivas sobre la imposición de aranceles del 25 por ciento sobre todas las importaciones de acero y aluminio en el país norteamericano.
Sumados a las tasas existentes sobre los metales, estos aranceles amenazan con sacudir la economía mundial. Pero, ¿qué países de América Latina pueden ser los más afectados?
Diversas fuentes oficiales, referidas por medios internacionales, señalan que Canadá será el más golpeado porque es el principal exportador de estos productos. Sin embargo, justo detrás aparecen Brasil y México, además de naciones asiáticas y europeas.
Brasil es el segundo mayor proveedor a EE.UU., ya que representa el 15 por ciento del volumen total de sus importaciones de acero. Por lo tanto, las siderúrgicas en el gigante amazónico ya comienzan a preocuparse.
«En el primer gobierno hubo medidas contra el acero y el aluminio, basadas en la defensa nacional», recordó Welber Barral, exsecretario de Comercio Exterior de Brasil, a O Globo. «Con este arancel adicional del 25 por ciento será aún más complicado exportar a EE.UU.», añadió.
Efectivamente, en su primer mandato (2017-2021) Trump tardó en tomar este tipo de acciones arancelarias, pero igualmente optó por un 25 por ciento tarifario al acero y, por el contrario, un 10 por ciento al aluminio.
«Es sorprendente porque el acero es una materia prima fundamental para la industria estadounidense. Los estadounidenses serán los que paguen el precio, ya que aumentará el costo de producción interno y elevará la inflación», apuntó el presidente de la Asociación de Comercio Exterior de Brasil, José Augusto de Castro.
En respuesta, se corrió el rumor de que el Ejecutivo de Luiz Inácio Lula da Silva planeaba imponer aranceles a las empresas tecnológicas estadounidenses, catalogados como «impuesto digital», según reportó el diario Folha de S.Paulo al citar a una autoridad brasileña anónima. No obstante, ese extremo fue desmentido por el ministro de Economía, Fernando Haddad.
La respuesta, por ahora, es la prudencia. «El gobierno brasileño tomó la sensata decisión de expresarse únicamente de manera oportuna basándose en decisiones concretas y no en anuncios que pudieran ser mal interpretados o revisados. Esperemos la orientación del presidente», escribió Haddad en X.
El caso mexicano
Aunque recientemente fue superado por Brasil, pese a la cercanía geográfica, México también es un mercado clave para estas importaciones. Representa el 12 por ciento de la totalidad.
El 82 por ciento de sus exportaciones de acero, aluminio y demás manufacturas tienen como destino EE.UU., puntualizó la directora de Análisis Económico del Grupo Financiero BASE, Gabriela Siller Pagaza.
Sumado a esto, los envíos de acero, aluminio y manufacturas mexicanas a EE.UU. abarcaron cerca del 2,1 por ciento de las exportaciones totales de México el año pasado, precisó Siller.
El tratado de libre comercio firmado por las tres naciones de América del Norte (TMEC) ha estrechado la integración comercial entre ellas, particularmente en la industria siderúrgica, al punto que elevaron sustancialmente la producción de acero.
Sin embargo, Trump alega constantemente «deslealtad» por parte de sus principales socios comerciales y, con esta nueva acción, además, busca impulsar a uno de los sectores que más lo respaldó para volver a la Casa Blanca.
«Cabeza fría en esto», pidió este lunes la mandataria mexicana, Claudia Sheinbaum. «Vamos a esperar a ver si [Trump] anuncia hoy algo y a partir de allí tomaremos nuestras definiciones», agregó en su conferencia de prensa matutina.
Una periodista le preguntó a Sheinbaum si habrá una negociación, pero evitó precisar al respecto. Durante la gestión de su antecesor, Andrés Manuel López Obrador, México logró conseguir cuotas libres de impuestos, igual que Canadá y Brasil.