por James Corbett
La imagen de drones mecanizados llenando los cielos durante la próxima gran guerra no es una amenaza hipotética ni lejana. Muchos países ya están desarrollando enjambres de drones militares.
Si te inquietó ver miles de drones iluminando los cielos en el Festival del Barco Dragón de 2023 en Shenzhen, China, estás más en sintonía con el futuro de la guerra que si te pareció «hermoso». El auge de la guerra con drones se está convirtiendo en una preocupación importante para el futuro de la humanidad. Si bien a menudo se exhiben robots como Spot de Boston Dynamics, todavía son demasiado grandes, lentos y torpes para el combate moderno. En cambio, la verdadera amenaza radica en enjambres de drones pequeños y ágiles, que ya están siendo utilizados como armas por el complejo militar-industrial.
Los drones han sido utilizados durante mucho tiempo por delincuentes para actividades ilícitas como el acoso y el tráfico de drogas, lo que llevó a las fuerzas del orden a presionar para obtener un mayor control, incluidos poderes de vigilancia. Esto crea un ciclo de expansión del control, y los ejércitos están usando una retórica similar para justificar el desarrollo de ejércitos de drones. La Marina de Estados Unidos, por ejemplo, está interesada en crear enjambres de miles de pequeños drones, mientras que empresas como Anduril están compitiendo para construir tecnología de enjambres de drones, buscando ansiosamente lucrativos contratos militares.
Estados Unidos no está solo en esta carrera armamentista. China también está avanzando con sus propios enjambres de drones para futuros conflictos. Rusia, bajo ataque de drones ucranianos, ha desplegado sus propios enjambres para atacar la red eléctrica de Ucrania. Mientras tanto, Israel ha utilizado drones en sus conflictos en curso con palestinos y fuerzas libanesas, y Azerbaiyán ha empleado drones de fabricación turca en el conflicto de Nagorno-Karabaj, atribuyéndoles la destrucción de miles de millones de dólares en activos militares armenios.
Las guerras con drones del futuro no son especulativas: están sucediendo ahora mismo. Países de todo el mundo están compitiendo para desarrollar enjambres de drones militares. En un posible escenario de Tercera Guerra Mundial, la guerra no se parecerá en nada a los conflictos del pasado. Atrás quedaron los días de robots piloteados por humanos en los campos de batalla. En su lugar, los drones, capaces de ataques de precisión y destrucción masiva, dominarán los cielos.
Estos enjambres de drones no solo serán herramientas de guerra a gran escala, también podrían usarse como instrumentos de terror, difundiendo el miedo a escala global. El uso de enjambres de drones podría cambiar drásticamente la forma en que se libran las guerras, no solo en términos de batallas físicas sino también en cómo la manipulación psicológica, como el terrorismo, moldea la opinión pública y el poder político. El terrorismo no solo implica ataques físicos, prospera cuando la tecnología y los medios se combinan para manipular al público y llevarlo a un estado constante de miedo.
El uso de drones para controlar u oprimir a las poblaciones ya es evidente en regiones como Siria y Ucrania. Estos sistemas podrían ser utilizados por gobiernos poderosos para reprimir la disidencia y reforzar su control. La verdadera amenaza no es solo la agresión militar, es la manipulación del miedo para justificar la dinámica del poder global y un mayor control.
¿Qué podemos hacer al respecto? Si bien las armas de fuego convencionales pueden protegernos de ciertas amenazas, los drones las vuelven en gran medida ineficaces contra gobiernos armados con tecnología avanzada. La respuesta puede estar en el desarrollo de tecnologías contra drones, como inhibidores, para defenderse de los drones militares. Sin embargo, intensificar la guerra de drones a nivel personal no resolverá el problema más amplio de cuán peligrosa y destructiva puede ser esta tecnología.
En última instancia, necesitamos comprender las implicaciones de la guerra con drones y comenzar a prepararnos para un futuro en el que estos sistemas dominen el campo de batalla. Sin conciencia, corremos el riesgo de ser tomados por sorpresa cuando llegue la próxima guerra, no en el terreno, sino en los cielos.
– Adaptado de The Corbett Report, esta es una versión corta.