por Marvin J. Ramírez
El mercado de la vivienda nos ha enseñado a todos una lección. Pasó hace aproximadamente 12 años, y está pasando nuevamente. Mientras tanto, muchos de nosotros estamos siendo testigos de que la oportunidad de hacerse ricos de la noche a la mañana vendiendo bienes inmuebles para muchos, parece estar desapareciendo otra vez.
Aquellos que vieron sus ingresos subir como un cohete ahora están viendo la pérdida, poco a poco aquellas ganancias que ellos consiguieron van desapareciendo lentamente.
Mientras tanto, las millones de personas que no son dueños de casa, nunca podrían tener una posibilidad alcanzar ese sueño, ya que el limitado suministro de tierra vacante en San Francisco, sigue terminando en las manos de especuladores para construir condominios lujosos que la mayoría no puede permitirse.
La Ciudad, por otro lado, ayuda mucho exigiendo que una pequeña parte de nuevas construcciones de condominio sea asignada para residentes de ingresos bajos.
Pero la escasez de alojamiento envía a otros lejos. Ejércitos de familias están abandonando San Francisco, perdiendo así la Ciudad su diversidad preciosa.
“Mientras elogiamos a San Francisco por su diversidad, fallamos en tratar con la realidad de que los contructores están estirpando esta diversidad de nuestra ciudad. Cuando vemos familias irse de nuestra ciudad en números récord, la preocupación de que la falta de vivienda económica es la causa principal ya no es duda”, dijo una declaración de la comisión juvenil.
Del mismo modo, la Ciudad, en vez de vender éstos nuevos apartamentos a sus arrendatarios de ingresos bajos, sigue alquilándolos, perpetuando así que esta gente sean arrendatarios para siempre.
Parecería un milagro o como una voz caída del cielo si oyéramos a algún miembro de la Junta de Supervisores de San Francisco abogar o proponer esta idea de vender, no alquilar los condominios recién construidos a aquellas familias de ingresos bajos, donde el rentar es su única alternativa para asegurar una alojamiento permanente y barato.
No olvidemos que las exterioridades asociadas con el ser dueño de su vivienda son muchos, y muy positivos.
Los resultados de algunos estudios sugieren que algunos de los efectos de ser propietarios es que trae estabilidad residencial dentro de las comunidades. Y mientras el ser propietario aumenta mucho la estabilidad residencial, parece estar correlacionado con el logro escolar entre los jóvenes, además que crea autoestima.
El Junta de Supervisores y el Alcalde de San Francisco deberían hacerse campeones empezando este esfuerzo de darle este poder a a la gente cambiando el curso de la historia proveyendo a la gente que ellos quieron ayudar, con la oportunidad de ser dueños en vez de ser inquilinos.
En vez de ellos estar pagando alquiler, ellos podrían empezar a pagar su hipoteca.