por Brandon Loomis, The Salt Lake Tribune
El presidente del Senado aconseja a los legisladores para elegir qué medida puede ser mejor defendida en la corte.
El 16 de febrero el Senado de Utah reprendió la creciente autoridad federal con una resolución que reafirma los derechos de los estados, y algunos senadores que defendían la resolución llamaron a sus contrapartes en Washington “matones”.
La resolución, SCR3, apenas declara los sentimientos del Legislativo respecto del estado federal dividido en deberes, pero sus partidarios dijeron que podría enviar un importante mensaje al gobierno federal para retroceder si es que suficientes estados seguían este paso.
“Se vuelve bastante significante si uno tiene 40 o 50 otras declaraciones como ésta”, dijo el patrocinador de esta resolución, el Sen. Stuart Adams, R-Layton, después de un debate de 40 minutos que llevó a una votación de 23-3. “Yo no creo que esto sea [sólo] un tema de Utah”.
Sí viene, sin embargo, en medio de una avalancha de resoluciones — 13 en total– que el Legislativo de Utah está lanzando hacia Washington este año.
Entre éstas se encuentran proyectos para desafiar la regulación federal sobre armas, el control federal de las tierras y la imposición federal de reglas del cuidado de la salud. La resolución de “soberanía de los estados” de Adams recoge el sentimiento en un sólo mensaje no vinculante, y que fue aprobado con el desacuerdo de apenas tres Demócratas.
La resolución apunta a la disposición de la Constitución norteamericana de que los poderes no reservados para el gobierno federal pertenecen a los estados. Los partidarios sostuvieron que la Constitución le da a Washington el control de los asuntos militares y exteriores, pero deja los poderes más amplios — derechos norteamericanos. El Primer Ministro Wen Jiabao dijo a la prensa el año pasado: “Hemos hecho grandes préstamos a Estados Unidos. Por supuesto que estamos preocupados por la seguridad de nuestros activos. Para ser honestos, estoy un poco preocupado”.
Cuando Timothy Geithner, el tesorero de EE.UU., visitó China el verano pasado, buscaba calmar a sus anfitriones, usando un discurso para prometer que, “Estados Unidos está comprometido con un sistema financiero fuerte y estable. La administración Obama reconoce plenamente que Estados Unidos tiene una responsabilidad especial que jugar al respecto, y consideramos totalmente que el ejercicio de esta responsabilidad especial comienza en casa”.
Pero Allan Meltzer, profesor de economía de la Universidad Carnegie Mellon, dijo que la venta de los bonos de China debería ser un llamado a despertarse a Washington. “Los chinos están preocupados porque tenemos niveles de deudas insostenibles, y no tenemos una política para manejar esto”, dijo.
Las ventas de China contribuyeron con una caída récord en los títulos extranjeros de billetes de la tesorería de corto plazo en diciembre: en general, los títulos extranjeros netos de billetes de corto plazo cayeron en $53bn. El récord anterior fue de $44.5bn en abril el año pasado.
Sin embargo, había una pequeña señal de que los inversionistas mundiales en general habían perdido su confianza en el dólar como la moneda segura: en total, EE.UU. vio un flujo interno de $60.9bn, mientras los inversionistas compensaron las ventas de la deuda a corto plazo al comprar títulos y acciones 2de largo plazo.
Japón, Reino Unido, Luxemburgo y Hong Kong realizaron considerables compras, con Reino Unido comprando $24.9bn de la deuda norteamericana.
Algunos analistas advirtieron que sería un error leer demasiado de los datos de un mes, en particular ya que la crisis en la zona euro hace que el dólar ya no sea atractivo como la principal alternativa para los inversionistas.
David Wyss, economista jefe en Standard & Poor en New York, dijo: “China puede no estar demasiado contenta con nosotros ahora, pero tienen que preguntar: ¿qué más van a hacer con su dinero?”
Ho-fung Hung, autor de China and the Transformation of Global Capitalism, dijo que era difícil decir si es que China tenía una estrategia a largo plazo para vender la deuda de EE.UU. “Creo que los decidores saben muy bien que cualquier venta a gran escala de los tesoros de EE.UU. no le harán bien a la economía china, la que todavía necesita una recuperación sostenible de EE.UU. para levantar a su sector exportador. Tales ventas también devaluarán los títulos existentes de China de los tesoros”, dijo.
“Dumping los tesoros también conllevará el problema de qué comprar a cambio– definitivamente no serán activos en euros o yen por el momento”.
Sin embargo, Estados Unidos debe vender un volumen sin precedentes de tesoros durante los próximos años para financiar su déficit récord, y pagar el costo del salvataje a Wall Street y lanzar la economía con un paquete de estímulos de $900bn. Cualquier evidencia de que los inversionistas extranjeros están comenzando a dudar de las promesas de Obama de traer las finanzas públicas bajo control, lanzará la alarma en Washington.