por José de la Isla
HOUSTON – Algunos académicos, cuando reconsideran la manera en que percibimos una idea, se refieren a una “nueva narrativa”. Es una forma sin culpabilidad de no tener que pedir disculpas, sino cambiar la trama de un concepto. También se puede denominar una “reformulación” de un tema. La gente dentro del ámbito político lo hace todo el tiempo.
Por ejemplo, Sarah Palin no renunció a ser gobernadora de Alaska sino que se negó a ser titular sin poder sólo para viajar y recibir un sueldo. Fue, pues, un acto sin egoísmo: “No voy a dejar que Alaska pase por eso”, dijo. Tras haber prometido “eficiencias y efectividad”, sólo cumplía con su palabra. Nueva narrativa, reformulación.
Pero a veces, no hay siquiera una formulación. Y sin intérprete ni contexto, algunas informaciones nos nutren el demonio interior. Pensamos de lo peor.
Miremos como ejemplo lo mucho que se ha hecho de un sondeo Zogby realizado hace un par de meses que reportó que un tercio de todos los mexicanos quería venir a los Estados Unidos.
Ya que una de nuestras características son nuestras relaciones amor-odio (desde la época de los puritanos), aquí teníamos un hallazgo que apelaba a nuestro sentido de peligro, algo de qué hacer pucheros. Era combustible para los que distorsionan la información para alimentar los temores anti reformas. Remoja la mente en un baño que da a pensar que el hacer algo es parecido a hacerlo todo incorrectamente.
El problema con eso es que, como opinión de por sí sola, es sencillamente errónea, así sean correctos los datos. Aquello lo convalidó una encuesta que realizó el Centro para Investigaciones Pew.
La narrativa nutre la creencia que todos los del mundo que pasan por mal momento quieren venir aquí. Y no queremos que otros nos desplacen de “nuestros” empleos y de “nuestros” barrios. Nosotros somos los de adentro, ellos son los de afuera.
Pero eso, cómo encaja con la frase inicial de una nota del 19 de diciembre en The Economist: “Por primera vez en la historia, por mucho del mundo, el ser extranjero es una condición perfectamente normal”. O, puesto de otra manera, no se trata enteramente de ti y la manera en que fueron las cosas.
Según la organización de sondeos Gallup, unos 700 millones, o el 16 por ciento de la población del mundo, quiere mudarse a otro país.
De estas personas, 210 millones optarían por un destino europeo, 165 millones por los EE.UU., 45 millones por el Canadá, y 10 millones optarían por Singapur.
Nuestra narrativa sugiere que los 700 millones son los “otros”, y no somos nosotros. Presupone que la gente por lo general quiere ingresar aquí. No nos dice que nosotros también nos queremos ir de aquí. Otro sondeo de Zogby hizo mella en la vieja interpretación. Halló que el 25 por ciento de la generación actual estadounidense entre los 18 y los 29 años cree que vivirá gran parte de su vida en otro país. Zogby los llamó a ellos y a las nuevas actitudes y perspectivas que surgen de una generación con conciencia internacional, los primeros ciudadanos globales.
Parece que en lo que este país se pone a pensar en la inmigración como parte del programa de políticas de Washington, un fenómeno tipo El Día de la Marmota se infundirá. En la película con ese título, los eventos de ese día se repiten una y otra vez. Lo mismo ocurre cuando los mismos viejos habladores se ponen al micrófono y parlotean las mismas cosas asquerosas sobre otras personas. Es ésta la narrativa que requiere de un nuevo argu- mento. La obra de teatro debe ser reformulada.
Es útil pensar en nuestro país como un solo lugar, lugar que algunos de nosotros consideramos ser nuestro hogar, en el que la gente viene y se va, y nos volvemos a llenar con el movimiento de la humanidad. Toma. A continuación, en la siguiente escena, los que estamos un poco mayores a nuestros hijos y a nuestras hijas nos unimos en actitud y en perspectiva para ser primeros ciudadanos globales, también. Cerrar.
[José de la Isla redacta un comentario semanal para Hispanic Link News Service y es autor de The Rise of Hispanic Political Power (2003). Su último libro, auspiciado por la Fundación Ford, se encuentra en versión digital gratuita en www .DayNightLifeDeathHope.c om. Comuníquese con él a: joseisla3@yahoo.com].