by Camila Rodríguez Campo
WASHINGTON, D.C.— Ajustarse a la vida civil puede ser una tarea de enormes proporciones para los veteranos de guerra. Puede serlo incluso más si la guerra que ha estado peleando los últimos años ha sido contra su propio gobierno.
En Colombia, el racionalizado proceso es considerado como un prototipo con estos rebeldes alguna vez amargados.
El alto comisionado para la paz de Colombia y alto asesor para la reintegración social y económica Frank Pearl, en Bogotá, describió el proceso a Weekly Report y otros invitados, incluyendo a la embajadora de ese país ante Estados Unidos, Carolina Barco, en una reciente visita aquí.
En una “conversación” liderada por el integrante senior del Centro para el Progreso Americano Louis Caldera, Pearl detalló el proceso de reintegración que el gobierno de Colombia ha implementado para desmovilizar al anterior grupo de combatientes rebeldes en el país sudamericano a través de la persuasión más que del combate.
Es un paso esencial en el establecimiento de la paz en el país, la que ha estado plagada por años por conflictos armados, explicó Pearl.
Dijo que lo primero es: Los ex revolucionarios tienen que pasar por un proceso basado en la Ley de Justicia y Paz.
Segundo: Para facilitar su adaptación a la vida civil, las familias de los ex-com-
batientes, la mayoría de las cuales han sido violentamente separadas, reciben orientación mientras son monitoreadas durante el proceso.
Tercero: El gobierno colombiano trabaja en la construcción de capacidades útiles de los ex-combatientes, dándoles una oportunidad para convertirse en miembros activos y productivos en la sociedad de ese país.
Finalmente: Los resultados de largo plazo se alcanzan cuando los excombatientes se vuelven buenos ciudadanos.
El concepto y el proceso están atrayendo interés a nivel mundial.
Ha estado en las etapas de planificación e implementación por cinco años, con apoyo de fundaciones internacionales de paz y algo de ayuda de EE.UU. Hasta la fecha 50,000 ex combatientes se han involucrado en el proceso de integración.
Los combatientes deseosos de dejar las armas reciben, al igual que sus familias, apoyo tanto psicológico como educativo. En cuanto al empleo, se les pide elegir una actividad que les guste y en la que ya han demostrado alguna capacidad.
Las oportunidades de empleo permanecen limitadas en ese país. Las alianzas con el sector privado todavía se están construyendo—una difícil tarea, ya que hay temores y desconfi anzas, pero “necesitamos transformar el ambiente”, dijo Pearl.
Pearl, quien ha trabajado como asesor presidencial para la reintegración y es cofundador de la junta de NO MAS!, tiene experiencia en el intento de implementar soluciones alternativas y pacífi cas para resolver el confl icto civil en Colombia.
sociedad.La visión de Colombia ayuda a asegurar que los ex combatientes permanezcan lejos de los campos de batalla y se vuelvan miembros que contribuyen en la
Pearl reconoció que muchos desafíos existen para mejorar los resultados de este proceso. Sin embargo, agregó que es un ejemplo de deseo de paz para el resto del mundo.