por Erick Galindo
WASHINGTON, D.C.—Después de 220 años de mirar desde fuera, los hispanos están celebrando la llegada de su primera iniciada a la Corte Suprema de EE.UU. Con una cómoda mayoría de 68-31, el Senado de EE.UU. confirmó el 6 de agosto la nominación del Presidente Obama de Sonia Sotomayor, una juez de una corte de apelaciones de Nueva York, como una Jueza Asociada.
El Juez Jefe, John G. Roberts Jr. administró el juramento constitucional en una ceremonia privada el 8 de agosto. Esta fue repetida en la Sala de Conferencias de la Corte Este con unas cinco docenas de familiares y amigos cercanos de Sotomayor como testigos. La investidura formal se realizará exactamente un mes después en una sesión especial de la Corte de nueve miembros.
La ex litigante, de ancestros puertorriqueños, ha dominado la atención pública por semanas, incluyendo cuatro días de audiencias a veces enconadas en junio, en las que contestó preguntas que generalmente se enfocaron en un comentario que hizo hace 10 años en la Universidad de California Berkeley durante un discurso, en el que sugirió que las experiencias personales y su mirada pueden afectar la toma de decisiones en el estrado.
Las posturas personales y legales de Sotomayor en cuanto al aborto, porte de armas y dominio eminente, y su cargo en el Puerto Rican Legal Defense and Education Fund fueron áreas de intenso escrutinio.
Respondió 17 preguntas en referencia a su ahora famoso discurso de “latina sabia”, el que sus detractores alegaron que implicaba que estaba sesgada. Cada vez, afi rmó que se apegaría a la Constitución y precedente.
Una vez citando la ‘’empatía” como una cualidad deseable, evitó sugerirlo como una califi cación para ser juez.
Poco después del voto del Senado, el Presidente Obama agradeció a sus miembros por “darle a la Jueza Sotomayor una audiencia rigurosa y civil a tiempo, para que pudiera estar completamente preparada para asumir cuando el trabajo de la Corte comience en octubre”. El presidente agregó que estaba encantado con el margen de apoyo.
El voto fue fuertemente partidista. Todos los 31 votos opositores vinieron de Republicanos. Nueve miembros de GOP lo apoyaron.
El Senador Edward Kennedy (D-Mass.) no estaba presente para votar, pero previamente expresó su apoyo a la confi rmación. Kennedy está convaleciente de una cirugía por un tumor cerebral.
La oposición Republicana atrajo críticas en muchos círculos latinos respecto de cómo la raza, etnia y género atraen más atención que las califi caciones judiciales. Hay otra especulación centrada sobre si es que hay un muro creciendo entre el Partido Republicano y los hispanos.
“Que muchos del mismo partido estuvieran reacios a reconocer las impresionantes califi caciones de la Jueza Sotomayor es algo que recordará nuestra comunidad”, dijo David Lizarraga, presidente de la Cámara Hispana de Comercio.
Los Demócratas acusaron a los Republicanos de ignorar los antecedentes sustanciales de la jueza. Minutos antes del voto pleno del Senado, el Sen. Patrick Leahy de Vermont instó a los Republicanos a votar a conciencia. Denunció cualquier sugerencia de que la etnia o género de Sotomayor jugarían un rol en sus fallos, y calificó esta insinuación como un “degrado de la mujer y de todas las comunidades de color”.
El presidente del Fondo México-Norteamericano de Defensa Legal y Educacional, Thomas Saenz estuvo de acuerdo con los Demócratas, diciendo, “Sus eminentes calificaciones y sabio testimonio al comité destrozaron el tejado de vidrio. Su tremendo logro es estropeado sólo por el hecho de que tantos senadores eligieron anteponer el partidismo y las complacencias políticas antes que los principios. La historia – y la rápidamente creciente comunidad de votantes latinos – juzgarán duramente a estos senadores”.
Los senadores hispanos, Mel Martínez (R-Fla.) y Bob Menéndez (D-N.J.), votaron a favor de la confirmación.
“Este es un momento en el cual una joven latina, sentada en un aula de una escuela primaria, comprenderá completamente que cualquier cosa es posible en este increíble país”, declaró Menéndez.
Las organizaciones por todo el país realizaron fi estas de confi rmación. En Washington, D.C., manifestaciones el día antes de la votación del Senado fueron realizadas, mientras las principales organizaciones hispanas se reunieron para mostrar solidaridad.
“Es una fecha que pronto será considerada en las memorias de millones de hispano-norteamericanos de todas las edades y orígenes”, dijo la presidenta del Consejo Nacional de La Raza, Janet Murguia. “Finalmente, nuestra comunidad tiene representación en una de las cortes más altas. Por esa razón y muchas otras, este voto importa a los latinos e importa a nuestro país”.
La Corte Suprema fue formalmente establecida en 1789.
El Republicano de Alabama, Jeff Sessions, miembro rankeado del Comité Judicial, dijo que el voto contra Sotomayor era una postura contra Obama y un indicador de posibles obstáculos para futuros nominados a la corte.
Los Republicanos citaron el percibido sesgo de Sotomayor contra los derechos a las armas como un factor importante en sus votos. Con un caso pendiente de derechos de armas en el expediente de la Corte, Sotomayor se negó a declarar una opinión específica al respecto, diciendo solamente que la Corte ha reconocido el derecho de portar armas como un derecho del individuo.
El portavoz del Partido Libertarian, Donny Ferguson califi có la confi rmación como “una derrota para la propiedad individual y los derechos a las armas”.
Varios senadores clave pro-armas votaron a favor de la confi rmación.
Entre ellos se encontraron los Demócratas Mark Warner, Virginia; Tim Johnson, Dakota del Sur; Max Baucus, Montana; y los Republicanos Lamar Alexander, Tennessee, y Lindsey Graham, Carolina del Sur. Todos tienen un rating “A” de la Asociación Nacional del Rifle.