miércoles, julio 17, 2024
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Los latinos y la ley de las grandes cifras

by Henry Cisneros,

director ejecutivo de CityView

Oigo con frecuencia una valiente aseveración – que el concepto de la “Ley de Grandes Cifras”, en lo que atañe la población latina de los Estados Unidos, debe y puede resultar en surtir cambios extraordinarios en nuestra sociedad en general.

Sencillamente, la Ley de Grandes Cifras significa que los cambios cuantitativos inevitablemente realizan cambios cualitativos. Dentro de este contexto, el cálculo a medio-término del Censo de los EE.UU. que la población latina nacional constituirá el 25 por ciento de la población del país en el 2050 es una estadística sorprendente, con implicaciones sorprendentes.

Mi propia conclusión es que para que los Estados Unidos como país continúe progresando durante este siglo, será necesario que la comunidad latina avance mucho más allá de su actual condición.

¿Qué quiere decir que los Estados Unidos progrese?

Lo que yo quiero dar a entender con el término es la continuación del camino histórico de crecimiento, progreso y grandeza de esta nación. Éstas son generalizaciones, pero se entienden ampliamente como las descripciones a grandes rasgos de naciones, identificación de sus eras y definición de sus periodos de excelencia. Durante el pasado siglo, los Estados Unidos ha sido líder en el mundo en términos de crecimiento, ha sido la incorporación de una ética de progreso y ha calzado la medida de una norma milenaria de grandeza que se compara favorablemente con los estados nacionales legendarios de la historia mundial.

Desde la primera década del siglo XX, se han convergido las fuerzas de dominancia económica, proeza científica, influencia cultural, oportunidad educativa, amplio consenso político, vigor demográfico, poder militar y proyección de liderazgo, para producir logros en todo campo del desempeño humano y han demostrado un camino hacia logros similares a otras naciones.

Una pregunta relevante es cuánto tiempo se puede sostener tal grandeza.

¿Será que el pasar del “Siglo Estadounidense” en el 2000 haya dado fin al liderazgo de los Estados Unidos? ¿Compartirá Estados Unidos la experiencia de la Antigua Europa y Gran Bretaña del siglo XVIII? ¿Será que las fuerzas globales impulsen tan rápido a la China y a la India que eclipsen la Era Estadounidense?

Las respuestas a estas preguntas tienen gran impacto sobre la calidad de vida para todos los estadounidenses, quienes deben reconocer que las respuestas se determinarán en gran parte de acuerdo a que si a la población de mayor crecimiento en la nación, la comunidad latina estadounidense, se le anima o no a contribuir a la energía económica, la creatividad tecnológica y la cohesión social del país – o que si continuará por el camino de la poca educación, poca productividad y enajenación.

La consideración de estos temas me lleva a las siguientes conclusiones: Primero, que la comunidad hispana se está volviendo tan grande que la mencionada Ley de Grandes Cifras entra en vigencia. Los latinos afectarán los promedios nacionales en casi toda categoría medible de la vida estadounidense – la económica, los indicadores sociales, y el logro académico.

Segundo, la juventud y rápido crecimiento de los latinos de por sí podrán ser de gran ventaja para los Estados Unidos. El Censo reporta que entre el 2000 y el 2007 la población blanca, no-hispana, se redujo en 16 estados y que la población blanca, no-hispana menor de quince años se redujo en 42 estados. Como contraste, muchos de los estados de las ciudades que tuvieron aumentos los tuvieron principalmente gracias al influjo y crecimiento interno de la población latina.

Cuales sean los retos que los Estados Unidos enfrenta, y son muchos, el estancamiento del declive en la población, los efectos de contracción de mercados en reducción y las limitaciones por la falta de mano de obra, todos factores que se evidencian en otros países importantes de primer-mundo, no han de ser nuestro modelo. Los latinos representan energía juvenil, hambre de ambición, voluntad de trabajar, y familias y comunidad luchando por una vida mejor.

competitividad si un grupo que va alcanzando ser un cuarto de la población sigue en su presente estado de desempeñoTercero, los rasgos mencionados se pueden convertir en una fuerza mucho más poderosa y contribuyente, pero sólo cuando haya plena aceptación latina de un papel importante en la creación del futuro de la nación. En un mundo como el nuestro, cuando otras naciones, en particular las enérgicas naciones de la cuenca del Pacífico, salen a la vanguardia, es difícil imaginar un futuro estadounidense de robusta mínimo.

El activismo latino tiene que pasar de pedir ayuda de los Estados Unidos para latinos desde un instinto de justicia o de humanidad, a una agenda de reforzar nuestra capacidad de ayudar a fomentar la nación en la que tenemos un interés. Eso requiere un compromiso desenvuelto a la calidad de la educación pública, a la educación universitaria, al empeño empresarial, a la abogacía política y al desarrollo de líderes.

Los latinos están ahora dispuestos a aceptar la responsabilidad por ayudar a fomentar el futuro de los Estados Unidos. Ya lo han comprobado con su servicio militar. Es significante que hacen el trabajo duro que otros no harán. Su fuerte ética familiar incluyen buscar mejor vida para sus hijos y animar la ambición y el éxito. Comprenden el hacer sacrificios hoy para tener la oportunidad de lograr un futuro mejor.

Muchos han optado concientemente por venir aquí porque saben que aquí pueden tener una mejor vida para sus familias que en cualquier otro país. Han tomado valientes decisiones han arriesgado el peligro, lo cual ni tienen que considerar, mucho menos realizar, la mayor parte de los estadounidenses, para estar aquí. Los latinos estadounidenses, con la comprensión de la sociedad de los Estados Unidos, pueden y harán su parte por sostener el crecimiento, el progreso y la grandeza de este país.

Por último, la sociedad de los Estados Unidos podrá optar por este resultado para la nación con aceptar una propuesta directa: con mantenerse abiertos a la posibilidad de una sociedad verdaderamente inclusiva, sin limitar la fe en la educación y el talento, los mejores días de la nación están por venir. Desde la segunda guerra mundial hasta el presente, los instintos progresistas de la nación han impulsado la expansión de la clase media mediante programas como la ley de educación para los soldados (G.I. bill en inglés), el compromiso con ser propietarios de casa y la idea del sueldo mínimo.

Estos mismos instintos apoyaron la campaña por una sociedad más justa, con el movimiento de los derechos civiles, el de la mujer, y el del medio ambiente.

Ahora, a raíz de una campaña presidencial competitiva y divisoria, los latinos tienen que pedirle a la sociedad estadounidense que renueva sus instintos progresistas, que mantenga infatigablemente abierto el camino a la clase media, que invierta en las escuelas públicas, que mejore el acceso a la educación universitaria, que invierta en la infraestructura del comercio y el intercambio y que mantenga la creencia de los Estados Unidos que su futuro es hasta más grande que su pasado. Hispanic Link.

(Henry Cisneros, de San Antonio, Texas, fue secretario del Departamento de Vivienda y Desarrollo Urbano, y es ahora director ejecutivo de CityView, fi nanciando a los que construyen casas para desarrollar el Sueño Americano. Comuníquese con él a: ­gpaniagua@cityview.com).

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