por Chris Hedges
16 de noviembre 2008 “Truthdig” — – Vivimos en dos Américas distintas. Una América, ahora la minoría, funciona en un mundo alfabeto, impreso. Puede manejar la complejidad y tiene las herramientas intelectuales para separar la illusion de la verdad. La otra América, que comprende la mayoría, existe en un sistema basado en la creencia en la no realidad. Esta América, dependiente de manipuladas imágenes de información, se ha hecho más severa respect de la cultura letrada, impresa. No puede diferenciar entre mentiras y verdad. Es informada a través de clichés simplistas e infantiles. Es arrojada a la confusión por la ambiguedad, matices y autorreflexión. Esto divide, más que la raza, la clase o el género, más que lo urbano o rural, lo creyente y lo no creyente, el estado rojo o el estado azul, ha dividido el país en entidades distintas, separadas y antagónicas.
Hay más de 42 millones de norteamericanos adultos, 20 por ciento de los que tienen diplomas de secundaria no pueden leer tan bien como los 50 millones que leen en el cuarto o quinto grado. Casi un tercio de la población del país es analfabeta o apenas alfabeta. Y sus números están creciendo en un estimado de 2 millones al año. Pero incluso aquéllos que se supone son alfabetos se retiran en grandes números hacia esta existencia basada en la imagen. Un tercio de los graduados de secundaria,junto con el 42 por ciento de los graduados del colegio,nunca leen un libro después de terminar sus studios.Ochenta por ciento de las familias en Estados Unidos el año pasado no compraron un libro.
El analfabeto vota raramente, y cuando lo hace,lo hace sin la capacidad de tomar decisiones basadas en la información textual. Las campañas políticas norteamericanas, que han aprendido a hablar en la cómoda epistemología de la imagen, evita las ideas reales y la política ante eslóganes baratos y reafi rmaciones de la narrative personal. La propaganda política, ahora disfrazada de ideología. Las campañas políticas se han convertido en una experiencia. No requieren capacidades cognitivas o de autocrítica. Están diseñadas para encender sentimientos pseudo-religiosos de euforia, poder y salvación colectiva. Las campañas que resultan exitosas son instrumentos psicológicos cuidadosamente construidos, que manipulan los inconstantes estados de ánimo del público, emociones e impulsos, muchos de los cuales son subliminales.Crean un éxtasis público que anula la individualidad y fomenta un estado de ausencia mental. Nos empujan hacia un eterno presente. Atienden una nación que ahora vive en un estado de amnesia permanente. Es el estilo y los cuentos, no contenido o historia o realidad, lo que informa a nuestros politicos y nuestras vidas. Preferimos las ilusiones felices. Y funciona porque gran parte del electorado norteamericano,incluyendo aquéllos que deberían saber mejor, votan ciegamente por eslóganes,sonrisas, la imagen de la familia feliz, narrativas y la percibida sinceridad y atractivo de los candidates.Confundimos cómo nos sentimos con el conocimiento.
Los analfabetos y semi-alfabetos, una vez que las campañas terminan, permanecen sin poder.Siguen sin proteger a sus hijos de escuelas públicas disfuncionales. Aún no logran entender los acuerdos abusivos de préstamos,las complejidades de los papeles hipotecarios, los acuerdos de las tarjetas de crédito y las líneas de renta y crédito que los conducen hacia ejecuciones hipotecarias y bancarrota. Siguen luchando con las tareas más básicas de la vida diaria,desde leer las instrucciones de una botella de medicina hasta llenar los formularios bancarios, préstamos para el auto y los papeles para el benefi cio de desempleo y seguro. Observan impotents y sin comprender, mientras cientos de miles de empleos se pierden. Son rehenes de las marcas. Las marcas vienen con imágenes y eslóganes. Imágenes y eslóganes son todo lo que entienden. Muchos comen en restaurantes de comida rápida, no sólo porque es barato, sino porque pueden ordenar a partir de fotos y no de menús. Y los que los atienden, también semialfabetos o analfabetos,introducen las órdenes en cajas registradoras, cuyas teclas están marcadas con símbolos e imágenes. Este es nuestro fuerte nuevo mundo.
Los líderes políticos en nuestra sociedad postalfabeta, ya no necesitan ser competentes, sinceros u honestos. Sólo necesitan aparentar tener estas cualidades. La mayoría de ellos necesita una historia, una narrative. La realidad de la narrativa es irrelevante.Puede no tener nada que ver con los hechos. La consistencia y la atracción emocional de la historia son clave. La capacidad más esencial en el teatro político y la cultura del consumidor es el artifi cio.Los que son mejores con los artifi cios, triunfan. Los que no han manejado el arte del artifi cio, fracasan.En una era de imágenes y entretenimiento, en una era de gratifi cación emocional instantánea, no buscamos ni queremos honestidad.Queremos ser consentidos y entretenidos por clichés,estereotipos y narrativas míticas que nos dicen que podemos ser quien queramos, que vivimos en el país
más importante de la Tierra,que contamos con superioridad moral y cualidades físicas y que nuestro glorioso futuro está predestinado, ya sea por nuestros atributos como norteamericanos o porque estamos benditos por Dios o ambos.
La capacidad de magnifi car estas simples e infantiles mentiras, repetirlas y tener a sucedáneos que las repitan en interminables giros de nuevos ciclos, les da a estas mentiras el aura de una verdad indiscutible.Constantemente somos alimentados con frases como sí, podemos, disidente, cambio, pro-vida, esperanza o guerra contra el terrorismo.Se siente bien no pensar.Todo lo que tenemos que hacer es visualizar lo que queremos, creer en nostros mismos y enviar esos escondidos recursos internos, ya sean divinos o nacionales,que hacen que el mundo se adapte a nuestros deseos.La realidad nunca es un impedimento para nuestro avance.
Princeton Review analizó las transcripciones de los debates de Gore-Bush,de Clinton-Bush-Perot en 1992, los de KennedyNixon en 1960 y los de Lincoln-Douglas en 1858.Revisó esas transcripciones usando una prueba estándar de vocabulario que indica el estándar educativo mínimo para que un lector capte el texto. Durante los debates de 2000, George W. Bush hablóen un nivel seis (6.7) y Al Gore, en nivel siete (7.6).En los debates de 1992, Bill Clinton habló a nivel siete (7.6), mientras George H.W.Bush lo hizo en nivel seis(6.8), al igual que H. Ross Perot (6.3). En los debates entre John F. Kennedy y Richard Nixon, los candidates hablaron en un lenguaje de nivel diez. En los debates de Abraham Lincoln y Stephen A. Douglas los resultados fueron 11.2 y 12.0, respectivamente. En resumen,la retórica política actual está diseñada para que sea comprensible en un nivel de lectura de sexton grado. Se ajusta a este nivel porque la mayoría de los norteamericanos hablan, piensan y son
entretenidos a este nivel. Por eso es que el cine y el teatro y otras expresiones artisticas serias, así como los periódi cos y los libros, están siendo marginados de la sociedad norteamericana. Voltaire fue el hombre más famoso del siglo 18. Actualmente la “persona” más famosa es Mickey Mouse.
En nuestro mundo postalfabeto, porque las ideas son inaccesibles, hay una necesidad de un estímulo constante. Las noticias, el debate politico, el teatro, el arte y los libros son juzgados no por el poder de sus ideas,sino por su capacidad para entretener. Los productos culturales que nos obligan a examinarnos a nosotros mismos y nuestra sociedad,son condenados como elitistas e impenetrables. Hannah Arendt advirtió que la marketización de la cultura colndice a su degradación,que esta marketización crea una nueva clase célebre de intelectuales que, aunque leen y se informan, ven que su rol en la sociedad es persuadir a las masas que “Hamlet” puede ser tan entretenido como “El Rey León” y tal vez, tan educativo. La “cultura”,escribió, “está siendo destruida para dar paso al entretenimiento”.
“Hay muchos grandes autores del pasado que han sobrevivido siglos de olvido y rechazo”, escribióArendt, “pero sigue siendo una pregunta abierta si es que seremos capaces de sobrevivir una versión de entretenimiento de lo que tienen que decir”.
El cambio de una sociedad basada en lo impreso hacia una basada en la imagen ha transformado nuestro país. Enormes segmentos denuestra población, especial mente los que se aferran al derecho cristiano y la cultura del consumidor, están completamente alejados de la realidad. Les falta la capacidad para buscar la verdad y abordar de manera racional nuestras enfermedades so ciales y económicas. Buscan claridad, entretenimiento y orden. Están dispuestos a usasr la fuerza para impon er su claridad por sobre los otros, especialmente los que no hablan como ellos ni piensan como ellos. Todas las herramientas tradicionales de la democracia, incluyendo la verdad científica e histórica, los hechos, las noticias y el debate racional,son instrumentos inútiles en un mundo que no cuenta con la capacidad para usarlos.
Mientras nos sumergimos en una devastadora crisis económica, una que Barack Obama no puede detener, habrá decenas de millones de norteamericanos que serán dejados de lado. Mientras sus hogares son ejecutados hipoteceriamente, mientras pierden sus empleos, mientras son obligados a declararse en bancarrota, y ven a sus comunidades colapsar,más se refugiarán en la fantasía irracional. Serán conducidos hacia ilusiones brillantes y autodestructivas por nuestros Pied Pipers modernos, nuestros avisadores corporativos,nuestros predicadores charlatans, nuestras celebridades de televisión, nuestros gurus de autoayuda, nuestra industria del entretenimiento y nuestros demagogos politicos, que ofrecerán formas absurdas de escapism.
Los valores centrales de nuestra sociedad abierta, la capacidad de pensar por símismo, de sacar conclusiones independientes, expresar desacuerdo cuando el juicio y el sentido común indican que algo está mal,ser autocrítico, desafi ar a la autoridad, comprender los hechos históricos, separar la verdad de las mentiras, abogar por el cambio y reconocer que hay otros puntos de vista, diferentes formas de ser, que son aceptables moral y socialmente, están muriendo. Obama usó cientos de millones de dólares en fondos de campaña para atraer y manipular este analfabetismo e irracionalidad en su beneficio, pero estas fuerzas probarán que será su nemesis más fortífera una vez que se enfrente con la horrible realidad que nos nos espera.