por David Bacon
Desde el año 2001, la administración de Bush ha deportado a más de un millón de personas. No es de sorprender que los latinos, los asiáticos y otros comunidades de grandes poblaciones migrantes hayan votado por Barack Obama y con márgenes enormes.
Los comicios, llevándose a cabo mientras que millones de personas perdían el empleo y la vivienda, tenía a los que fomentaban la histeria al intentar poner de chivo expiatorio de la crisis a los inmigrantes. Pero la mayor parte de los votantes no comulgó con la histeria. En realidad, cada encuesta señala que una gran mayoría rechazó las redadas y que quiere para todos, incluyendo a los inmigrantes, los derechos básicos y el trato justo. El pueblo quiere y requiere un cambio que termine con el programa fracasado de la administración de Bush de redadas, encarcelamientos, y deportaciones. De igual manera exige un cambio la coalición que logró la elección de Obama – los africano-americanos, los latinos, los asiáticos, las mujeres y las familias miembros de sindicatos.
Desde el principio, el programa de cumplimiento de la administración se diseñó cínicamente para presionar al Congreso a volver a establecer estrategemas desprestigiados de trabajadores huésped, o braceros. El Southern Poverty Law Center llamó al programa “próximo a la esclavitud”.
Secretario de la Seguridad Nacional, Michael Chertoff, ha declarado cínicamente que las redadas se destinaban a “cerrar la puerta de atrás y abrir la de adelante”. Nadie que tenga en la mira el terrible sufrimiento humano que causan se lamentará con la partida de Chertoff.
Hasta el momento, la selección que hiciera Barack Obama de la gobernadora de Arizona, Janet Napolitano, para el puesto no da muchos ánimos.
Cada día en su estado se reúne el tribunal “Operation Streamline” en Tucson. La situación para los migrantes en Arizona es peor que la de casi cualquier otra parte. La misma Napolitano ha apoyado públicamente la mayoría de las peores ideas de la administración de Bush.
La crisis económica no tiene por qué poner a la gente obrera uno contra el otro, ni llevar a poner de demonios más a los inmigrantes. En realidad, hay territorio en común entre los inmigrantes, las comunidades de color, los sindicatos, las iglesias, las organizaciones de derechos civiles y las familias obreras. La legalización y los derechos del inmigrante se pueden vincular con garantizar empleo para quien quiera trabajar, y los sindicatos pueden aumentar los sueldos y mejorar las condiciones laborales para todos.
La campaña del sindicato nacional, AFL-CIO, para la ley Employee Free Choice Act, apoya la manera más segura de acabar con las condiciones de bajos recursos y segunda clase para los trabajadores inmigrantes –la organización de sindicatos.
La revocación de pactos injustos de comercio y acabar con políticas de ajuste estructural resultarían en mejorar el nivel de vida en lugares como Oaxaca o El Salvador y reduciría la presión que lleva a la migración. En los Estados Unidos, los empleos se vuelven más seguros en las comunidades obreras.
Pero el primer paso en el proceso es cesar con las redadas. Al mismo tiempo puede ayudar a la administración a enfocarse sobre los temas mayores de la reforma migratoria, el empleo y los derechos laborales. He aquí algunos paso que puede tomar la nueva administración de inmediato:
- Prohibir que ICE (Immigration and Customs Enforcement) intente acusar con cargos federales de delitos cuando a un trabajador le falten documentos o tenga número de Seguro Social erróneo.
- Cesar con la redada de lugares de trabajo.
- Cesar con las barridas de comunidades, las inspecciones y barricadas en las que los agentes tengan órdenes judiciales autorizadas para sólo dos personas y las usen para detener y deportar a docenas de personas.
- Doblar el número insignificante actual de 742 inspectores federales responsables de todas las infracciones estadounidenses de sueldo y horas laborables.
- Permitir que todos los trabajadores soliciten un número de Seguro Social y paguen legalmente a un sistema.
- Volver a establecer protecciones al trabajador, las cuales fueron eliminadas bajo Bush, que tengan que hacer con programas de trabajadores huésped existentes.
- Restaurar los derechos humanos en las comunidades de la frontera, cesar con la construcción de un muro en la frontera entre los EE.UU. y México, y disolver Operation Streamline en la tribuna federal.
[El presente comentario es una condensación de un análisis de 1.600 palabras que preparó escritor laboral David Bacon para New America Media, una asociación nacional de más de 700 organizaciones mediáticas étnicas y que representa el fomento del periodismo más inclusivo. Hispanic Link es miembro de NAM. Bacon es el autor de “Communities without Borders”, (ILR Press, prensa de Cornell University Press, Ithaca y Londres, 2006)]. © 2008