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Detengan las redadas en los primeros 100 días

por David Bacon

Los primeros de los 388 trabajadores arrestados en la redada de inmigración en la planta empaquetadora de carne en Postville, Iowa, fueron deportados a mediados de octubre, tras haber pasado cinco meses en la 12prisión federal. ¿Su crimen? Dar un número de Seguridad Social incorrecto a la compañía para ser contratados. Entre ellos habrá un hombre joven con sus ojos cubiertos por una cinta adhesiva por un supervisor en la fila, quien luego lo golpeó con un gancho de carnicero. El supervisor permanece en el cargo.

COLUMNA

La redada de Postville fue una de las muchas operaciones recientes sobre inmigración que llevan a cargos criminales y deportaciones para miles de personas. El Secretario del Departamento de Seguridad Interior, Michael Chertoff llama esto “cerrar la puerta trasera”. Mientras, su departamento busca “abrir la puerta delantera” al establecer nuevos programas de trabajador invitado, llamados “cerca de la esclavitud” por el Centro Legal Southern Poverty.

Algo está claramente mal con las prioridades del control de inmigración. Los trabajadores hambrientos y desesperados van a la cárcel y son deportados. El gobierno protege a los empleadores y busca volver un sistema de inmigración basado en la familia en un abastecedor laboral controlado para los negocios. Sin embargo, las campañas nacionales dicen cada vez menos al respecto. Las comunidades inmigrantes latinas y asiáticas se sienten cada vez más asustadas y frustradas. Los políticos quieren sus votos, pero evitan hablar de la creciente ola de arrestos, encarcelamientos y deportaciones.

Este mes, las demostraciones nacionales por todo el país están protestando contra el silencio, pidiéndoles a los candidatos que alcen la voz.

Las comunidades inmigrantes esperan un nuevo trato por parte de la nueva administración, especialmente de los Demócratas. Quieren un nuevo presidente de EE.UU. que tome una acción rápida y decisiva para darles a los derechos humanos una prioridad por sobre el miedo, y que reconozca a los inmigrantes como personas, y no sólo como una forma de obtener trabajo barato.

Agenda para el Próximo Presidente

En sus primeros 100 días, una nueva administración podría tomar estos tres simples pasos para beneficiar a los inmigrantes y familias trabajadoras:

  • Detener a Inmigración y Aduanas (ICE) de buscar serios cargos criminales Federales, con encarcelamiento en prisiones privadas, por no contar con papeles o por dar malos números de Seguridad Social.
  • Detener las redadas en lugares de trabajo, sobre todo donde los trabajadores están intentando organizar sindicatos o aplicar las leyes salariales y de horarios. Esto ayudaría a todos los trabajadores, no sólo a los inmigrantes, a aumentar los bajos salarios.
  • Duplicar los míseros 742 inspectores federales responsables por todas las violaciones a los salarios y horarios de EE.UU. y enfocarse en las industrias donde se concentran los inmigrantes. El National Labor Relations Board podría centrarse en los empleadores que usan la amenaza de la inmigración para violar los derechos de los sindicatos.
  • Detener los barridos comunitarios, donde los agentes usan órdenes judiciales contra una o dos personas para detener y deportar docenas de otras. Terminar con la campaña del gobierno para repeler las ordenanzas locales de santuario y atraer el control local de la ley hacia las reMISCELANEOUSdadas de inmigración.
  • Permitir a todos los trabajadores postular a un número de Seguridad Social y pagar legalmente en el sistema que beneficia a todos. Los números de Seguridad Social deberían usarse para su verdadero propósito – pagar beneficios de jubilación y discapacidad – y no para despedir a los inmigrantes y enviarlos a prisión.
  • Reestablecer protecciones al trabajador, que terminaron con Bush, respecto de los existentes programas de trabajador invitado, obligar a los empleadores a contratar primer localmente y quitar el certificado a cualquier contratista culpable de violaciones laborales.
  • Restaurar los derechos humanos en comunidades fronterizas, detener la construcción del muro de la frontera entre EE.UU. y México, y disolver la Operación Streamline de la corte federal, donde cantidades de jóvenes fronterizos son enviados a prisión, en cadenas, a diario.

Alternativas

Después de los primeros 100 días, los Demócratas tendrán que decidir qué reformas traer al Congreso, y cuándo. Algunos retrasarían la acción por un año o más. Pero la Cámara de Comercio de EE.UU. y docenas de grupos comerciales no se sentarán en sus manos. Han estado presionando por años por grandes programas de trabajador invitado, más redadas y control, y un débil programa de legalización. Pero muchos activistas de inmigrantes y derechos laborales abogan por tres pasos hacia una reforma alternativa, más progresista:

  1. Una moratoria en las redadas, al mismo tiempo que se protegen los derechos humanos y laborales, en los primeros 100 días.
  2. Una ley para brindar visas de tarjeta verde a los indocumentados y terminar con la lista de espera. Si las visas fueran más fáciles de obtener en el extranjero, la gente no debería tener que cruzar la frontera sin ellas. La ley también podría crear trabajo en comunidades desempleadas, rechazar las leyes de sanciones de los empleadores que hacen que trabajar sea un crimen para los inmigrantes, y alentar la reforma a la ley laboral para proteger los derechos de los trabajadores. Los programas de trabajador invitado con un récord de abuso deberían terminarse, al nivel que tenían en 1964.
  3. Un nuevo acercamiento a la política comercial y la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (NAFTA), para que puedan dejar de originar pobreza y desarraigar las comunidades, haciendo de la inmigración la única alternativa de la gente para sobrevivir. Rechazar nuevos tratados comerciales con países como Colombia, que originarán pérdida de empleo en EE.UU. y multiplicarán los salarios bajos, las violaciones laborales y los desplazamientos al extranjero. Los impuestos por los dólares estadounidenses, en vez de ser gastados en la guerra en Irak, podrían expandir el crédito rural, la educación y la salud en México y otros países, terminando con la presión tras la inmigración.

Hay una base común entre los inmigrantes, comunidades de color, sindicatos, iglesias, organizaciones de derechos civiles y familias trabajadoras. La legalización y los derechos de los inmigrantes, atados a garantizar los empleos para todas las familias trabajadoras, pueden unir a la gente. Todos los trabajadores, incluyendo los inmigrantes, necesitan contar con el derecho de organizar y aplicar los estándares laborales, la misma meta buscada por sindicatos en el Acta Employee Free Choice. Cambiar la política comercial beneficiará a las comunidades de clase trabajadora en EE.UU., mientras ayuda a las familias de los inmigrantes, desde Oaxaca a El Salvador.

Las diversas comunidades que necesitan estas reformas pueden encontrar maneras de buscarlas juntas. De hecho, si Barack Obama gana la presidencia y una mayor mayoría Demócrata toma el Congreso, deberán esta victoria a esta coalición.

Después de la elección, esta misma coalición necesitará empleos y derechos.

Pero los trabajadores inmigrantes están yendo a la cárcel ahora. La ola de redadas continúa a dividir a las familias, incluso mientras los candidatos realizan manifestaciones y solicitan votos. En Placita Olvera de Los Ángeles, los activistas han comenzado huelgas de hambre para detener las deportaciones.

Las marchas y demostraciones están haciendo el mismo punto de costa a costa.

Las promesas de cambio no son suficientes. Para los candidatos que quieren ganar los votos de la clase trabajadora, el primer paso es alzar la voz.

Silencio sobre la Inmigración David Bacon | 23 de octubre 2008 Foreign Policy In Focus http://www.fpif.org/fpiftxt/5620.

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