por Juliana Birnbaum Fox
Los miembros del Consejo de Berkeley Kriss Worthington y el Vice Alcalde Max Anderson recibieron una recepción especial con tres líderes indígenas de la frontera Estados Unidos-México la semana pasada, donde hablaron de la militarización en curso y sus impactos. Margo Tamez, una apache de Lipan del sudeste de Texas, Enrique Madrid, apache de Jumano del sudeste de Texas y Michael Paul Hill, apache de Chiricahua de Arizona, compartieron experiencias personales sobre la construcción de una muralla fronteriza, e interrupciones a la familia, la comunidad, estructuras religiosas, culturales y económicas.
A principios de este año, la Alcaldía de Berkeley pasó una resolución condenando la decisión federal de cometer más de 1.2 mil millones de dólares para la construcción de una muralla fronteriza.
“La muralla fronteriza tendrá consecuencias devastadoras en el medio ambiente, economía y en vidas humanas, no sólo alrededor de la zona fronteriza, sino a través del país”, notó el Concejal Worthington. Desde el paso de esta resolución, los opositores de la muralla fronteriza han ganado el apoyo de varias otras ciudades y condados.
El alcalde Max Anderson introdujo a los invitados, comentando que Berkeley estaba orgulloso de oponerse a la muralla, que “no se trata sólo de ladrillos, morteros y cámaras de vigilancia, sino de un esfuerzo simbólico para dividir a la gente apuntando hacia aquellos con la capacidad m s pequeña para resistir.
“La postura de Berkeley se extiende a otras ciudades y aldeas”, dijo Enrique Madrid, miembro de las comunidad indígena, propietario de tierras en Redford, Texas y administrador arqueológico para la Comisión Histórica del estado. “Las leyes estatales pueden ser aprobadas lo que crearía un obstáculo legal a intervenciones militares federales.”.
Fue en Redford que un Infante de Marina estadounidense mató de un tiro a Esequiel Hernández, de 18 años, mientras juntaba a una manada de sus ovejas cerca de su casa en 1997.
“Habíamos esperado que él fuera el último ciudadano de los Estados Unidos y el último americano indígena en ser matado por tropas”, dijo Madrid.
Margo Tamez, un activista, poeta y erudito, indicó que la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas, pasado este año, ahora garantiza el derecho de la gente natal a sus territorios tradicionales. “No somos una gente de murallas. Está contra nuestra cultura el tener murallas. La Tierra y el Río van juntos. Debemos estar con el río. Debemos estar con esta tierra. Nacimos para esta tierra”.
La madre de Tamez, la doctora Eloisa García Tamez, que ella sería llevada a los tribunales y sus tierras confiscadas por dominio eminente si ella no permitía inspecciones dentro de su propiedad para la construcción de la muralla fronteriza de EE.UU/México.
La muralla propuesta tendrá consecuencias devastadoras en la arena del ambiente local y causará a terratenientes y agricultores que pierdan sus tierras y acceso al agua del río para la irrigación , escribió Worthington en su recomendación a la Alcaldía. “Esto también afectará negativamente la relación entre los EE.UU y México así como a las naciones indígenas.”