NOTA DEL EDITOR:
Queridos lectores:
Quizá hayan escuchado que la Tierra se está calentando y que los glaciares van a derretirse, y cosas por el estilo. Pero probablemente ustedes también han oído que esta idea del calentamiento global sólo es un plan maquinado por los agentes del gobierno global para expandirse y controlar a la gente. Y hay quienes afirman que es un fraude.
Este artículo, escrito por Ed Hiserodt y Rebecca Terrell, presenta su perspectiva, y usted puede ser el juez. Debido a la falta de espacio, se publicará en tres partes. ESTA ES LA PRIMERA DE TRES PARTES.
¿Qué le está pasando a la temperatura de la Tierra?
por Ed Hiserodt y Rebecca Terrell
En el gran debate climático, algunos científicos dicen que la temperatura de la Tierra ha permanecido estable durante dos décadas, mientras otros afirman que estamos registrando récords cada año. ¿Quién tiene la razón?
¿Es 2016 el año más caliente del registro? Es difícil responder a esta pregunta, especialmente con la última nota del Climategate. El doctor John Bates, retirado del National Oceanic and Atmospheric Administration (NOAA), científico del clima convertido en denunciante, dejó caer una bomba el 5 de febrero, revelando al británico Mail on Sunday que un innovador estudio de NOAA exageró el calentamiento global e influenció erróneamente en el Acuerdo de París sobre cambio climático. El Mail citó a Bates acusando a la agencia de la publicación cronológica de su informe defectuoso para lograr “el mayor impacto posible en los líderes mundiales, incluyendo a Barack Obama y David Cameron”. , Supuestamente la investigación de NOAA contradijo las afirmaciones de una pausa en el calentamiento global desde 1998, de ahí el nombre de “Documento de la Pausa”. Pero la evidencia de Bates muestra que la agencia conscientemente exagero la velocidad del calentamiento y reportó falsamente altas temperaturas inexactas. Bates dice que sus superiores de NOAA ignoraron sus vehementes objeciones a publicar esos datos falsos.
Bates, meteorólogo de 40 años de carrera y científico del clima, explicó que NOAA remplazó las lecturas altamente precisas de de las boyas océanicas Argo con mediciones de temperatura de los barcos. Estas últimas son notoriamente inexactas e independientes debido a su variabilidad en las profundidades y el calor de los sistemas de propulsión de los barcos. “Tenían buenos datos de las boyas, y los desecharon y ‘corrigieron’ con malos datos de los barcos”, afirmó Bates. “Nunca se cambian buenos datos por malos, pero es lo que hicieron —todo para que pareciera que el mar se había calentado”.
Una segunda manipulación de datos se basó en los registros de la tierra de NOAA (Red Global de Climatología Histórica, o GHCN), con registros de alrededor de 4,000 estaciones. Bates dijo a Mail on Sunday que NOAA reportó temperaturas pasadas como más frías y las recientes más altas, de forma que se percibiera la tendencia al calentamiento.
Además, la agencia violó sus propias reglas cuando falló en archivar sus datos para un examen y verificación independiente por parte de otros investigadores y cuerpos científicos. En lugar de ello, el jefe climático de NOAA, Thomas Karl, lanzó el “Documento de la Pausa” a un público insospechado. Karl tenía conexión con la Casa Blanca de Obama a través de su asociación con el alarmista John Holdren, jefe representante de la ciencia. Considerado como la muerte del escepticismo del calentamiento global, el “Documento de la Pausa” fue saludado con gusto por los delegados de París que optaban por la desaparición del hito del calentamiento. El Comité de Ciencia de la Cámara, sin embargo, sospechaba del documento y citó e-mails internos en relación a éste. Súbitamente, entonces, la computadora que se utilizaba para el “Documento de Pausa” sufrió una “falla total”, lo que significó, según Bates, que nadie nunca podrá replicar o verificar la información.
El alarmismo por el cambio climático global fue central en la administración Obama, llena como estaba de asesores dedicados a la línea del partido. Podemos ser afortunados de ver, bajo la presidencia de Trump, la victoria de la ciencia sobre la propaganda del gobierno. ¿Pero cómo responde la ciencia real a la cuestión: Qué está pasando con la temperatura de la Tierra?
Dónde vamos a poner el termómetro?
Durante años, muchos científicos del clima nos han asegurado que ha habido una “pausa” en el calentamiento global —la Tierra no se ha vuelto a calentar desde 1998. Al mismo tiempo, los principales medios han hablado de un “consenso científico” de que la pausa es una ficción y que el calentamiento está causando repetidamente altas temperaturas, y la humanidad está dañando a la Madre Tierra con su consumo insaciable de combustibles fósiles.
¿Por qué la contradicción, y a quién creerle? ¿Son meros lunáticos los que refutan el cambio climático, ciegos ante la realidad, o peor —son mentirosos en el bolsillo del Petróleo? Por otra parte, ¿están los alarmistas climáticos usando el calentamiento global como excusa para refrenar el acceso a la energía y promover el objetivo ambientalista a largo plazo del control de la población? ¿Cómo puede una parte afirmar una pausa de calentamiento conclusiva, cuando la otra parte definitivamente afirma lo contrario?
La respuesta está en la revelación de Bates —simplemente, depende de dónde coloques el termómetro. NOAA ha estado haciéndolo azarosamente en los océanos y en el aire en la superficie de la Tierra y, según Bates, pellizcando los resultados. Sus prejuiciosos resultados alimentan el cártel alarmista del clima. (NOAA mantiene una de las tres bases de datos más grandes sobre temperatura de la superficie global. Las otras dos corresponden a U.S. National Aeronautics y Space Administration [NASA], y a la Unidad de Investigación Climática de la Universidad de East Anglia [CRU] en Gran Bretaña. Las tres agencias están de acuerdo en que el cambio climático hecho por el hombre es una peligrosa realidad.)
Los realistas del clima sitúan sus puntos de vista un poco más arriba —nominalmente, en la tropósfera, que es la capa más alta de la atmósfera de la Tierra y varía en profundidad desde las 12 millas de los trópicos a cuatro millas de las regiones polares. La tropósfera es donde ocurre el clima. Los investigadores miden la temperatura del aire allí mediante satélites que oscilan en círculo en los polos del planeta y, con instrumentos de microondas, miden cuánto calor se recibe de las moléculas de oxígeno. Existen dos organizaciones que se dedican a colectar y analizar datos satelitales: la Universidad de Alabama en Huntsville (UAH) y Remote Sensing Systems (RSS), una compañía privada con base en California. Es interesante observar que ha aflorado la competencia, no entre las organizaciones mismas, sino entre los escépticos del cambio climático que enarbolan los méritos de los datos de la UAH y la pandilla alarmista que observa a RSS porque trabaja en colaboración cercana con la NASA. A pesar de su rivalidad patente, tanto UAH como RSS predicen una disminución de la temperatura global en los próximos 100 años, basándose en tendencias actuales. Vamos a investigar este punto más adelante, pero primero echemos un vistazo un poco más profundo a los datos de temperaturas de la superficie y del océano.