por Alex Meneses Miyashita
Los inmigrantes mexicanos y centroamericanos se están asimilando a un ritmo mucho más lento que los inmigrantes de otras partes del mundo, concluyó un estudio del Instituto Manhattan.
Por otro lado, los panameños y cubanos tienden a ser los que mejor se asimilan entre los inmigrantes latinoamericanos.
Estos resultados fueron parte de una investigación que enfatizó que los inmigrantes en los últimos 25 años están asimilándose a un ritmo rápido, considerando el surgimiento en la población inmigrante, lo que tiende a bajar los niveles de asimilación, ampliando las brechas entre los que nacieron en el país y los que nacieron en el extranjero.
El estudio cuantificó los niveles de asimilación de los inmigrantes basados en un índice concebido a partir de los datos del Censo, que consideró factores económicos, culturales y cívicos que comparó a los inmigrantes con los ciudadanos nacidos en el país.
Los factores económicos considerados incluyeron las tasas de fuerza laboral, educación y de propiedad de hogares. Entre los factores cívicos se incluyeron las tasas de naturalización y servicio militar. Los culturales comprendieron las competencias en inglés y tendencias de matrimonio y crianza de hijos.
Los mexicanos tuvieron los niveles más bajos, con excepción de los inmigrantes nepaleses. Marcaron 13 en una escala de 100 puntos, donde el número mayor implica un nivel más alto de asimilación.
Los inmigrantes centroamericanos generalmente tuvieron los niveles más bajos también: guatemaltecos, 14, hondureños, 15, y salvadoreños, 18.
En contraste, los panameños marcaron 80 y los cubanos, 43. Los alemanes tenían las tasas más altas del índice de asimilación, con 87.
Jacob Vigdor, autor del estudio y profesor de políticas públicas y economía en la Universidad de Duke, dijo que las bajas tasas de asimilación de los mexicanos tienen que ver con las circunstancias económicas y el status migratorio de muchos de ellos.
Los mexicanos representan el grupo de inmigrantes más grande en Estados Unidos, con un estimado de 11 millones en 2006, señala el informe. El Instituto de Políticas de Inmigración estimó que más de la mitad de ellos son indocumentados.
“Para los inmigrantes que vienen al país principalmente a aprovechar las oportunidades económicas, hay menos necesidad de asimilar”, dijo.
“Hay muchos inmigrantes que vienen a Estados Unidos con el deseo de regresar a casa algún día. Para ese tipo de inmigrantes, es menos importante convertirse en ciudadano y dar otros pasos hacia la integración”.
Vigdor explicó que esto contrasta con los inmigrantes de otras partes del mundo, muchos de los cuales se convierten en refugiados políticos. “Los inmigrantes de Cuba, quienes escaparon del régimen de Castro “, dijo, “pueden esperar ser perseguidos si regresan. Una vez que están acá, pueden esperar quedarse por mucho tiempo”.
Vigdor también sostuvo que la falta de status legal en muchos inmigrantes mexicanos hace más difícil que avancen en términos de asimilación económica y cívica.
Señaló que los mexicanos tienen niveles similares de asimilación cultural que los otros inmigrantes.
Laureen Laglagaron, analista política del Instituto de Política de Inmigración, atribuyó al lenguaje ser la principal barrera de integración para los mexicanos y otros inmigrantes de países que no hablan inglés.
Vigdor dijo que aunque varios grupos inmigrantes se enfrentan a dificultades similares en cuanto al lenguaje, eso no les impide “progresar en las otras dimensiones”.
Laglagaron explicó que las barreras de lengua pueden ponerse en el camino de los “inmigrantes, en cuanto a que puedan obtener trabajos mejor pagados y asistir a mejores escuelas”, lo que “puede tener una influencia en disminuir la tasa de integración de los inmigrantes”.
Agregó que en el caso de los inmigrantes calificados, la falta de reconocimiento de su educación extranjera o competencias profesionales son la principal barrera para su integración.
Laglagaron dijo que su organización recomienda a los gobiernos a aumentar el acceso a la instrucción cívica y de idiomas para acelerar la integración de inmigrantes que no asimilan tan rápidamente como otros grupos.
Ambos expertos acordaron que los hijos de los inmigrantes se integran más rápidamente que sus padres.
Vigdor dijo que “es difícil distinguir a los hijos de inmigrantes que ingresaron al país antes de los seis años de aquéllos que nacieron en Estados Unidos”.
Para más información sobre el estudio, visite www.manhattan-institute.org. Hispanic Link.
