por los servicios de noticias de El Reportero
Dora María Tellez
Después de varios días de haber empesado una huelga de hambre, la legendaria guerrillera nicaraguense, Dora María Téllez, empieza a sentir los primeros efectos de la falta de alimentos.
Téllez quien fuera Ministra de Salud en el gobierno anterior del presidente Daniel Ortega, tomó esta desición en protesta ante la amenaza de que el Poder Electoral de Nicaragua cancelara la presonaría jurídica al partido Movimiento Renovador Sandinista (MRS) del cual ella es miembro.
El constantemente riesgo que corre la vida de la exguerrillera, podría ser un jaque a la terquedad con que el gobierno del Presidente Ortega ha tratado de ignorar esta protesta.
Este tema está causando alto revuelo político entre diversos sectores de la población nicaraguense que han manifestado su solidaridad con la exguerrillera Téllez.
En el campo internacional, el secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA) Miguel Insulza, dijo que ellos están evaluando esta situación política.
América Latina cierra filas en cumbre de alimentación
El 5 de junio los delegados que representan a Argentina, Venezuela, Cuba, y otros tres países latinoamericanos expresaron su descontento con el documento final realizado al final de la cumbre global sobre la crisis alimentaria realizada en la FAO (Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación) en Roma.
Argentina se negó a firmar la declaración, la que fue, sin embargo, ratificada por otros 42 jefes de estado que asistieron.
La cumbre de alimentación de la FAO – que se realizó entre el 3 y 5 de junio y a la que asistieron más de cinco mil diferentes delegados de 183 países, incluyendo, vergonzosamente, al presidente de Zimbabwe, Robert Mugabe – lo que fue caracterizado por una falta de consenso y un acalorado debate sobre las principales causas de la crisis actual.
Las protestas de Argentina, Venezuela, Cuba, Ecuador, Nicaragua y Bolivia – junto con la fuerte defensa del Presidente de Brasil, Lula da Silva, de los biocombustibles el 3 de junio – reflejó un creciente sentido de unidad en la escena mundial de varios países de América Latina.
Chávez renueva servicio de inteligencia secreto de Venezuela
El gobierno está preparado para llevar a cabo una reforma de barrido del servicio secreto de inteligencia para contrarrestar “la intervención de EE.UU. en los asuntos internos del país”. La policía secreta (Disip) y la inteligencia militar (DIM) serán suplantados por un servicio de cuatro áreas que consistirá en inteligencia militar y policial y servicios de contra inteligencia, el primero responderá al ex ministerio de Defensa y el último, al de Interior. El ministro del Interior, Ramón Rodríguez Chacín, no estableció un programa exacto para que sean implementados los cambios, pero dejó entrever que tomaría un año.
Brasil actúa contra riesgo que se percibe en conflicto en el Amazonas
El gobierno del Presidente Lula da Silva decidió instalar tropas en reservas indígenas, desarmar a los indios en el estado fronterizo de Roraima, imponer controles en la presencia de organizaciones controladas por extranjeros en el Amazonas, e introducir una legislación que regule las actividades de las ONGs. El movimiento, que aparece en medio de un escándalo inflado por los medios de críticas militares hacia las políticas indígenas del gobierno, se ha estado gestando por meses. Refleja la dispersada convicción de que la región del Amazonas está bajo amenaza ante los intereses extranjeros.
¿Es diferente esta vez?
Generalmente, cuando EE.UU. se acerca a una recesión, América Latina se desacelera. Esto no parece estar ocurriendo en 2008. La región, ampliamente, está esperando un extraordinario año gracias a los altos precios de las materias primas y casi una década de políticas económicas sólidas. En la década pasada, Latinoamérica pasó de una deuda con mercados extranjeros hacia una interna y, con la notable excepción de Argentina, los gobiernos han aprendido a vivir con sus medios. Otro importante cambio en las políticas económicas de la región (nuevamente con la excepción de Argentina y también Venezuela), los países han adoptado tasas de cambio flotantes.
