lunes, noviembre 25, 2024
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¿Qué es el ‘dinero’? Podría ser tan simple

por Archer Heart

Un billette de 1905 de 20 dólares respaldado con oroUn billette de 1905 de 20 dólares respaldado con oro

Con las ejecuciones hipotecarias que golpean tan fuerte y una inflación que avanza sin parar, uno se ve obligado a empezar a dar una mirada precisa a lo que ocurre. El presidente Jackson fue la perdición de los banqueros centrales, con comentarios como “Ustedes son un antro de víboras y ladrones. Voy a intentar aniquilarlos y por Dios eterno que lo haré”. O cuando expresó “el osado esfuerzo que la actual banca ha hecho para controlar al gobierno… no son más que premoniciones del destino que espera al pueblo estadounidense de ser engañado en una perpetuación de esta institución o en el establecimiento de otra similar a ésta”.

!Puede ser tan simple? Pueden las soluciones a nuestros problemas reposar a los pies de un pequeño grupo de hombres poco confiables, quienes se las han arreglado para manipular una nación entera y al mundo para que dependa de ellos con riesgo de ocasionar su propio detrimento? ¿Cuántos están conscientes del concepto de “banco central”?

Los que estuvieron antes lo sabían. Pregúntele a sus abuelos si acaso tenemos un banco central. Sin duda escuchará un enfático ¡NO! Pero escuche a las cabezas parlantes que tejen una red de desilusión en la televisión nacional y estaciones de radio y que usan el término como si siempre hubiese sido así, mientras al mismo tiempo lo culpan a usted por la destrucción financiera que enfrenta el país. “El banco central de esta nación” es un título que lentamente ha sido inculcado en los últimos años. La matriz de desilusión ha sido usada para manipular a la gente para que piensen que deben usar el sistema establecido por los banqueros internacionales. Mayer Amschel Bauer, quien patrocinó a la familia Rothschild había dicho, “Denme el control del dinero de la nación y no me importará quién haga las leyes”. Su hijo, Amschel Mayer Rothschild por su parte dijo, “Déjenme emitir y controlar el dinero de una nación y no me importará quién haga las leyes”. Otro hijo, Nathan Mayer Rothschild se jactó más adelante: “No me importa qué títere esté en el trono de Inglaterra para dirigir el Imperio en el que el sol nunca se pone.

El hombre que controla el dinero británico controla al imperio británico y soy yo quien controla el dinero británico”.

Sin entrar en el detalle de que Estados Unidos todavía es una colonia romano/británica, ya que no es el tema principal de esta nota, entiendan que lo que los Rothschilds dijeron sigue teniendo un profundo signifi cado en la actualidad.

El control del “dinero” de estas naciones se le ha dado a hombres de empresas privadas que determinan cuánto es emitido, a quién se le emite y cuánto se cobra por el privilegio de usarlo. El impuesto oculto del banquero sobre el uso de su guión personal es conocido como infl ación. La infl ación no es obligatoria, es manipulada. Hace cien años, una barra de pan costaba cinco centavos. Hoy, dependiendo en qué parte del país uno vive, ese pan cuesta el doble.

!Qué ha cambiado?

¿Acaso cuesta más producir una lonja ahora que hace un siglo? Al contrario, con los avances en la mecanización y la producción en masa disponible a las panaderías modernas, los costos individuales de una sola lonja son menores.

NOTA Diccionario Legal Black, cuarta edición 1953, la referencia usada en las cortes de leyes, defi ne un “dólar” como “La unidad empleada en Estados Unidos para calcular los valores del dinero. Sus monedas se hacen en oro y plata y tienen el valor de cien centavos. Busque en en las ediciones actuales y encontrarán que la defi nición de dólar ha sido borrada. ¿Sólo un descuido?

El fabricante de automóviles Henry Ford expresó en una ocasión, “Si la gente del país entendiera nuestro sistema monetario y bancario, creo que habría una revolución antes de mañana por la mañana”. Bueno, al parecer la revolución está llegando. La completa fe y crédito de EE.UU. está cayendo.

Demasiadas personas están despertando y se dan cuenta de que les mintieron y las mal dirigieron. Sutiles amenazas dominan esta sociedad. Preguntas como “No quiere perder sus beneficios, ¿verdad?” sirven para enfocar la gente hacia la sumisión. Ese tipo de técnicas ha ido lentamente perdiendo sus efectos para mantener a la gente en la esclavitud.

La solución para los problemas del pueblo puede ser tan simple como preguntarse algunas cosas básicas y luego mantenerse firmes en su resolución hasta que las preguntas sean respondidas de manera honesta. Si los objetivos de las preguntas se niegan a ser contestadas es nuestra responsabilidad mantener los pies en el fuego hasta que sean respondidas.

Aquellos en una posición de autoridad tienen un deber fiduciario para tratar con nosotros con honestidad. Y si fraCNS1344832casan, entonces depende de nosotros, y enfatizó que podíamos, “nosotros como pueblo” a hacer algo al respecto.

Probemos con otras preguntas simples. ¿Qué ley, regla, regulación, código o contrato requiere que use la moneda privada de una asociación de Reserva Federal para hacer negocios o pagar un impuesto o cumplir con las pensiones de los niños luego de un divorcio? ¿El uso de esos billetes me obliga a cualquier otro requerimiento?

Cuando firmé mi primer compromiso o mi inicial para comprar mi casa u obtener mi tarjeta de crédito o auto, ¿creé el dinero?

El problema es que la mayoría de los banqueros y abogados son deshonestos en lo que se refiere a este tipo de preguntas, ayudando así a crear un sistema corrupto. No pueden y, por lo tanto, no les mostrarán ninguna ley. Cuando se les pide transparencia en la forma de registros de la transacción, encontrará una piedra de tranca.

Dirán cosas como, no sé nada al respecto. O nunca he escuchado algo así. O es muy complicado. O mi favorita, no tengo que hacerlo.

La persona promedio realmente no puede ser culpada por no entender estos temas. Desde nuestros primeros días en la escuela estamos programados para hacer lo que nos dicen y no cuestionar la “autoridad”. Nos enseñan que “ignorar la ley no nos excusa”. Pero en 12 años o más de escuela pública ni un solo libro legal se nos abre.

Cuando alguno de los niños más inteligentes se atreve a formular una pregunta más aguda, se nos responde que es complicado. Muy malo para el niño que simplemente se tiene que quedar con la pregunta sin contestar.

Sin embargo, no tiene por qué ser así. Si le enseñamos a los niños a hacer preguntas y luego a exigir respuestas, en una generación, la corrupción sería drásticamente reducida.

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