por los servicios de noticias de El Reportero
Un grupo de 22 piezas arqueológicas de Bolivia, que habían estado en posesión de una familia alemana volverá al país, fue anunciado hoy aquí.
Las piezas arqueológicas son de las culturas Inca y Tiwanaku.
Según la embajada de Bolivia en Berlín, las obras estaban en posesión de Tobias Wagnerberger en la ciudad de Múnich, el cual los obtuvo a través de su abuelo, Hans Ertl fotógrafo y corresponsal en la guerra.
Ertl fue también un explorador que se instaló con su familia en Bolivia a finales de la Segunda Guerra Mundial, al igual que muchos alemanes en los años 50 del siglo pasado.
Wagnerberger explicó a las autoridades bolivianas que las piezas se almacenaron en un depósito de su residencia y cuando se dio cuenta del interés que podría tener para el país de América del Sur decidió ponerse en contacto con la embajada.
El presidente Evo Morales expresó su agradecimiento durante la ceremonia para recibir el nuevo andino-amazónico del Año 5524.
“Damos la bienvenida y las gracias porque estas piezas ya están en nuestra embajada en Alemania y pronto vamos a recuperarlos”, dijo el líder.
Mostró imágenes e hizo hincapié en que los arqueólogos bolivianos clasificaran la información y el origen de los objetos valiosos.
Según Morales, el canciller David Choquehuanca realiza una gestión permanente para recuperar piezas similares, al igual que ocurrió con el regreso de la Illa del Ekeko.
El ídolo de piedra de 16 cm, que representa un Dios de abundancia y prosperidad, fue repatriado en noviembre del 2014 después de pasar 157 en un museo en Suiza.
El líder dio las gracias a la buena voluntad de “algunos hermanos alemanes que tienen conciencia”, como Tobías Wagner Berger, hijo del fotógrafo Hans Elrd, que llegó a Bolivia en 1954, después de la Segunda Guerra Mundial.
También instó a las familias de otros países para devolver piezas arqueológicas más que salieron del país de manera incierta.
El cantante argentino Fito Páez entrega su corazón a La Habana
El cantante argentino, Fito Páez, dio su corazón de nuevo a La Habana la noche anterior, en un concierto dedicado a la ciudad que se enamoró en 1987.
El concierto que cierra su gira por América Latina de Páez, celebra 30 años de su disco ‘Giros’, lo cual tuvo lugar en el teatro Karl Marx.
El cantante, que está celebrando el álbum que lo catapultó a la fama internacional, se abrió con ‘Giros’ con una ovación de pie. En un concierto inolvidable, que también cantó 11 y 6, Taquicardia, cable a tierra y Alguna Vez voy a ser libre.
Los primeros acordes de Yo Vengo A ofrecer mi corazón “bienvenida a la etapa de uno de los músicos más importantes de Cuba, Pablo Milanés, que Páez dio las gracias por haberle invitado a la isla a finales de 1980.
El músico también compartió el escenario con el trovador Carlos Varela, el flautista José Luis Cortés, conocido como “El Tosco”, y la cantante Diana Fuentes.
Organizado por los estudios PM Records, el concierto que duró más de dos horas, contó con la participación de los cubanos de varias generaciones y es un homenaje a la cultura de Cuba y Argentina a través del lenguaje universal de la música.