viernes, noviembre 22, 2024
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Estás que te vas y te vas… y nunca te vas

por Jorge Mújica Murias

Fernando se iba a casar el sábado 26 de abril, pero la boda está pospuesta. Los 15 mil dolaritos que él, su chava y sus familias gastaron para el evento están perdidos. Dos días antes de la boda, Fernando fue a recoger a su papá y a su abuelita, bendita ñora de 80 años, al aeropuerto O’Hare, en Chicago.

Su apá salió de Aduanas y Migración a la media hora de que llegó, pero la abuelita no. Después de otra media hora, Fernando preguntó por ella a los agentes de la Migra. En vez de respuesta, lo arrestaron por estar en una jurisdicción federal sin ninguna identificación.

Fernando sigue en la cárcel de la Migra hasta el día en que escribimos esta columna, y no tiene para cuando salir. La novia y la mamá querían comprar un boleto de avión, llevárselo a la Migra y pedirles que lo llevaran directamente al aeropuerto. No hay modo. Y ni siquiera le ponen fianza.

La razón es simple: mantener inmigrantes en la cárcel es un gran negocio.

A finales de 2007 había, según el régimen de George Bush, unos 27 mil inmigrantes en detención. Por noche, como en los hoteles, el costo de tenerlos ahí era de 95 dólares por noche, un total anual de cerca de mil millones de dólares.

Dos compañías, Corrections Corporation of America, y el Geo Group, antes conocido como Wackenhut Corrections, que actualmente tienen las concesiones de 8 de los 16 centros federales de detención en Estados Unidos, están lanzando una campaña para privatizar más prisiones.

Y desde que el gobierno comenzó a trabajar en más redadas y “operativos” para detener, arrestar y deportar más indocumentados, se les ocurrió de paso no construir más cárceles, sino rentarlas y concesionarias. De hecho, las autoridades de los condados, que son los que mantienen al 57 de los indocumentados detenidos, tienen compañías que “manejan” las cárceles.

A la mejor ni es pariente del fundador de los Minuteman pero una mujer con su mismo apellido, Louise Gilchrist, jefa de publicidad de Corrections Corp., dice que ellos solitos pueden tener todas “las camas necesarias” para la Migra.

Menos inmigrantes, más lana

Curiosamente, según el Pew Hispanic Center, la crisis de la industria de la vivienda y otras, hizo bajar el número de indocumentados que vinieron a México del Norte el año pasado, en aproximadamente 50 mil.

Es importante hacerlo notar, porque los planes de las nuevas prisiones no son para detener a los que cruzan la frontera, sino a los que ya están adentro. ¿Para qué detener a 400 mil que entran bien escondidos, si se puede detener a 12 millones adentro?

Esa es parte de la estrategia de la lista de 600 mil “criminales” que tienen la Migra, donde hay desde narcos hasta gente que perdió sus procesos de asilo o legalización, y los “OTM”, Other Than Mexicans, título de la Migra para todos los indocumentados que no son de México y que la Migra deja en libertad aunque los agarren en la frontera, porque no puede deportarlos inmediatamente.

Esta estrategia permite tener “clientes” casi permanentemente, y a pesar de las bajas en la Bolsa de Valores por el precio del petróleo, las acciones de Geo y Corrections van pa’ arriba que vuelan. De febrero para acá, cuando Bush anunció su nueva estrategia, las acciones de Corrections han subido de 42 dólares 50 centavos, a 53 dólares 77 centavos, un 27 por ciento. Las acciones de Geo subieron de 23.36 a 39.24 dólares. Un precioso 68 por ciento.

A todo esto, hay que reafirmar que cruzar la frontera fuera de los puntos legales de entrada, o sea sin papeles, sigue siendo una falta administrativa, no es todavía un crimen. De hecho, eso es lo que permite que a los indocumentados como Fernando se les detenga por semanas o hasta meses, entre otras cosas porque como no son criminales no se les asigna un abogado de inmediato. Es más, ni siquiera se les permite en muchas ocasiones hacer llamadas telefónicas para reportarse con sus familiares o con su propio abogado.

En resumen, los indocumentados van a estar haciéndole más y más lana a Estados Unidos. Colateralmente, además de los impuestos, las contribuciones al Seguro Social, a Medicare y demás yerbas, los pagos de impuestos cada 15 de abril sin tener derecho a desempleos, pensiones y etcétera, van a estar contribuyendo ­a que una bola de empresarios se hagan más y más ricos. Como dice Judith Greene, directora del grupo de investigación Justice Strategies, “la privatización de las cárceles para indocumentados es parte del espíritu empresarial de este país, pero es un espíritu muy malsano”.

De pilón, prometemos la siguiente columna de México del Norte sobre los 60 muertos en las cárceles de la Migra… ¡no se la pierda!

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